La fontanería política.
La fontanería política.

Estamos acostumbrados a plantear el debate sobre la acción política centrada en las decisiones y/o propuestas que hacen los dirigentes políticos y, en general, no se presta atención a como se han obtenido esa decisión y si realmente ha sido resultado de un debate democrático interno en las organizaciones políticas.

Los variados artículos de opinión, cuando analizan, no suelen ocuparse de este relevante asunto y lo común es leer que “se ha acordado que… o se ha decidido que...”, pero no cómo se ha alcanzado el supuesto acuerdo o decisión. Pues bien, voy a intentar arrojar luz sobre esta cuestión que la mar de las veces acaba asfixiando la democracia interna de esas organizaciones de las que, paralelamente, sus dirigentes hacen, no obstante, baluarte del principio rector democrático en el funcionamiento interno del partido político de que se trate, cuando en realidad no es así. Nadie debe darse por aludido en particular, sobre todo porque es una dolencia general que afecta al conjunto, eso sí, es justo decir, que en diferente medida.

Cuando se habla y se defiende la democracia plena no solo debe estar referida de puertas hacia afuera, solo será plena si la hay también hacia adentro. La democracia tiene mucho que ver con las personas y su interrelación. Que la democracia entre dice mucho de la calidad de la relación, del respeto a ciertas normas para la solución de conflictos, empatizar y buscar consenso es una premisa democrática, por supuesto que esto implica no criminalizar o en el mejor de los casos, anular a la minoría, si esto es lo que ocurre en ese espacio el debate dará como resultado un encefalograma plano. Todo esto tiene mucho que ver, con lo que yo llamo, crecer hacia adentro, esto es, que la democracia entre en el interno de las organizaciones y que las decisiones si se dicen que son democráticas solo tendrán esa consideración si se han obtenido como consecuencia de la participación directa en las mismas. Solo así se consigue, lo que denomino, crecer hacia afuera. La decisión así tomada tendrá una mayor expansión en su defensa y aceptación, sobre todo para recabar el apoyo suficiente para su materialización, si bien, hasta llegar ahí hay un trámite, del que se encarga lo que se conoce como “fontanería política”.

Si las personas políticamente delegadas para esa tarea son mohínas, esto es, que no tienen gracia de movimiento, van a la chita callando, por detrás, segando todo lo que no sea refrendar una decisión ya tomada, el resultado no será otro que la propuesta nace muerta y habrá muy poca gente que la defienda hacia afuera y a su consecuencia, fracasará. De ahí que la persona fontanera es de extraordinaria importancia para la vida interna del partido político, pues se trata de construir organización y una mala elección en la fontanería siempre tiene efectos devastadores y llegado el momento, cuando se mira hacia atrás, simplemente no está ni la sombra.

Por tanto, la persona fontanera no puede ser de ánimo abatido, debe ser alguien que dinamice, que dé vida, que conozca bien la idiosincrasia de la organización, que empatice, que no piense en su estatus quo, no puede ser quien crea problemas, sino quien los soluciona, que abra la ventana para que ventile y dar entrada a opiniones enriquecedoras de la idea principal, debe creer y practicar la democracia interna, solo así se conseguirá el binomio, crecer hacia adentro y hacia afuera y la democracia sí será más plena. Esto tiene un inconveniente, que nadie es imprescindible en política. Todo tiene su tiempo y su límite, la permanencia en el cargo o acumulación de estos por las mismas personas “porque no hay otro u otra” o, lo que es lo mismo, “si no está este o esta, esto se cae” es el principio del fin. En política como en el deporte, el banquillo debe ser nutrido y bien entrenado para que en cualquier momento pasar a titular.

De la experiencia es de la que hay que aprender y para que la democracia sea plena de puertas hacia afuera, también lo debe ser de puertas hacia adentro, lo que no sucederá si la fontanería política es tristona.

Archivado en:

Si has llegado hasta aquí y te gusta nuestro trabajo, apoya lavozdelsur.es, periodismo libre, independiente y en andaluz.

Comentarios

No hay comentarios ¿Te animas?

Lo más leído