No crean las personas lectoras que no he pensado si era oportuno dar opinión en un momento como en el que nos encontramos, en el que todo se tergiversa o se interpreta de forma contraria a la que se dice. El dato no es refutable, solo basta ver las teles, sus medias verdades y sus falsas noticias, que es lo común.
No obstante, he considerado pertinente dar una opinión desde fuera de Madrid, donde todo ocurre y se proyecta al conjunto del país como si no hubiera más mundo, pues lo que no acaece en la capital de España, no acontece en lugar español alguno y si lo hace, será como diga Madrid. Es un dato objetivo que nos lleva a otro, cual es, que el discurso político de Madrid, con los medios que lo financian, está en la convicción de que el resto de los territorios del Estado español deben estar supeditados a la voluntad política y económica de la casta dirigente que medra en Madrid.
Los grupos empresariales mediáticos de la extrema derecha (no hay derecha), todos con sede en Madrid, como los de la progresía con la entidad comercial Prisa a la cabeza (ahora en conversaciones para cambiar de mula), se lanzan en tromba, un vez más, ahora para fijar que la derrota electoral de la izquierda solo reside en Podemos, como si los resultados obtenidos no hubieran afectado a las organizaciones de los “muy inteligentes pensadores” que desde el entorno de Sumar han compartido el camino trazado por el PSOE (el más perjudicado) para debilitar a la formación morada en estas elecciones, provocando con ello que la extrema derecha (no hay derecha) haya obtenido unos resultados que la han situado en buena posición para ganar los próximos comicios generales. Son datos irrefutables.
Asimismo, interesados aliados de Sumar no han salido bien en plazas electorales clave (los datos son tozudos), si bien, la finalidad, compartida con el PSOE de debilitar a Podemos la han conseguido, de más, tan de más que Sumar ha salido tambaleante sin haberse presentado a las elecciones municipales y autonómicas dada su errática decisión de apoyar a unos (más) y a otros (menos), como una especie de bienqueda. Alimentando así la confusión y la desesperación del electorado a la izquierda del Partido Socialista, provocando la abstención. El dato es tan evidente que no es necesario dar más explicación.
Por otro lado, se ha culpado a Podemos de ser responsable de la falta de unidad, cuando la realidad nos da unos datos absolutamente contrarios a esa versión de los hechos, pues esa organización ha concurrido en listas unitarias en la gran mayoría de las ciudades y comunidades y donde no se ha producido ese hecho ha sido porque, como así se ha publicado y no desmentido por que partidos autonómicos de esas circunscripciones socios de Sumar, por ejemplo, en Madrid y Valencia no lo han querido, siendo el resultado demoledor, pues la extrema derecha (no hay derecha) ha obtenido el mejor resultado. El dato es tan aplastante que no merece mayor discusión. Sin embargo, en vez de aprender de la experiencia se sigue insistiendo por esos mismos partidos o coaliciones dentro de Sumar en vetar a Podemos, aún la contundencia de la sinrazón que supone tan dislocada posición, eso sí, casi ningún grupo mediático le ha prestado la debida atención informativa a esa posición de traba. El dato es tan relevante que lejos de informar objetivamente se echa más leña al fuego por la supuesta progresía mediática a razón de las decisiones de Ada Colau y Alberto Garzón de no presentarse a las elecciones generales, como si sus circunstancias políticas personales fueran extrapolables a Ione Belarra e Irene Montero (ninguna de las dos incumple el código ético de su organización), y como si la cosa no afectara a Íñigo Errejón o a Joan Baldoví o a la propia Yolanda Díaz. Una vez más dato mata relato.
Está claro que la cacería contra Podemos no ha concluido. Las traiciones y las deslealtades desde dentro de esa formación y su entorno han sido notorias. Esas tácticas/estrategias resolvieron romper con Podemos en momentos muy delicados. Se sabe y no se niega por Sumar que su objetivo es reducir el espacio simbólico de Podemos, estrategia diseñada por el PSOE. El objetivo se ha cumplido, si bien el daño infringido ha sido superior al previsible y se han salido de la curva. En términos relativos el PSOE es el gran perdedor de estas elecciones municipales y autonómicas, razón por la que se han convocado elecciones anticipadas en un contexto del que sale debilitado Sumar.
Podemos, desde el día después del 28M, ha abordado la negociación por la “obligada” unidad con humildad. Yolanda Díaz debe liderar y asumir, por fin, la responsabilidad de conducir la nave. Podemos intentó la semana pasada salir del foco para facilitar el proceso de negociación, a sabiendas de que es imprescindible para dar credibilidad al proyecto Sumar como algo diferenciado del PSOE, más cuando Pedro Sánchez ya ha dado la orden de girar el discurso hacia la izquierda para cenarse a Yolanda Díaz la noche del próximo 23 de Julio, pero ni Baldoví, no la propia Díaz lo han considerado. El primero, exigiendo la bilateralidad y la expulsión de Podemos de la Comunitat Valenciana, la segunda señalando la puerta de la salida a Irene Montero.
Podemos sigue intentando no ser el enemigo de todos los que ha llevado a tener más influencia que nunca, de los atragantados con la palabra unidad, pero no lo dejan, no dejan que facilite un resultado digno. Razones debe tener la razón que la razón no entiende. Que lo explique Yolanda Díaz.
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