Estos ojos no lloran más por ti: soy fuerte, libre y puedo volar

Paco_Sanchez_Mugica.jpg.200x200_q100_box-190,0,950,760_crop_detail

Periodista, licenciado en Comunicación por la Universidad de Sevilla, experto en Urbanismo en el Instituto de Práctica Empresarial (IPE). Desde 2014 soy socio fundador y director de lavozdelsur.es. Antes en Grupo Joly. Soy miembro de número de la Cátedra de Flamencología; hice la dramaturgia del espectáculo 'Soníos negros', de la Cía. María del Mar Moreno; colaboro en Guía Repsol; y coordino la comunicación de la Asociación de Festivales Flamencos. Primer premio de la XXIV edición del 'Premio de Periodismo Luis Portero', que organiza la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía. Accésit del Premio de Periodismo Social Antonio Ortega. Socio de la Asociación de la Prensa de Cádiz (APC) y de la Federación Española de Periodistas (FAPE).

Pero sobre todo debemos defender el respeto y la igualdad para derribar muros, unir fuerzas para evitar que ni una mujer más forme parte de ninguna trágica lista. 

Cuesta creer que el ser humano sea capaz de hacer daño por naturaleza, sin razón.

Ninguna persona debería agredir jamás a otra, ni una inocente sufrir pero, por desgracia, ésta es una triste realidad que nos rodea día tras día en nuestra sociedad y a nivel mundial. Lo cual es alarmante a la par que triste.

Según las estadísticas en materia de violencia de género en España, numerosas mujeres han sido asesinadas en 2016 por agresores de edades comprendidas entre 16 y 85 años. La última víctima fue hallada en León el 18 de noviembre. Es la número 39 en lo que va de año, pero no sólo es un número, era una mujer que tenía nombres y apellidos, hijos y una vida injustamente arrebatada.

Por otro lado, 20 son los casos de menores de 18 años (hijas e hijos) víctimas de violencia de género. También con nombres y apellidos que apenas empezaron a vivir. Esto sin contar datos de denuncias, procedimientos penales y civiles registrados, y órdenes con medidas de protección solicitadas en los juzgados de violencia sobre la mujer (JVM)1, del año 2016.

Por si fuera poco, hay que sumar los casos en los que las mujeres agredidas viven con el miedo oculto, sin ni siquiera ser capaces de contarlo y esto no puede continuar así.

En este aspecto, está claro que el mundo no está girando bien: hay que cambiarlo, porque nadie debería vivir con miedo, porque no tener miedo es la llave de la libertad y la libertad es un derecho.

Tal es la situación, que hemos llegado al punto en el que las mujeres se ven en la necesidad de aprender a distinguir de antemano el prototipo de hombre con perfil de violencia machista. En detalles como por ejemplo: una actitud hiriente hacia la mujer y de menosprecio en público y en privado; que considere que las tareas domésticas son una labor únicamente del género femenino; ser celoso llamando cada cinco minutos mientras está con sus amigas; decidir por ella qué tipo de prendas puede o no usar. Tampoco dejará que la mujer dé su opinión o debata sus argumentos. Y poco a poco intentará distanciarla de sus familiares, amistades y entorno más cercando, procurando anular su personalidad y coartando su libertad. En estos casos la mujer debe reaccionar y actuar.

Es importante que la mujer sea independiente económicamente, ya que uno de los motivos que en numerosas ocasiones les impide huir es la escasez de medios para hacerlo.

Pero sobre todo debemos defender el respeto y la igualdad para derribar muros, unir fuerzas para evitar que ni una mujer más forme parte de ninguna trágica lista. Y que cualquier mujer que se encuentre en esta difícil situación se arme de valor y coraje para ponerle fin, pidiendo ayuda y concediéndole toda la ayuda que necesite. Para que pueda decir “estos ojos no lloran más por ti, soy fuerte, libre y puedo volar”.

Leticia Millán Cobos es pintora.

Si has llegado hasta aquí y te gusta nuestro trabajo, apoya lavozdelsur.es, periodismo libre, independiente y en andaluz.

Comentarios

No hay comentarios ¿Te animas?

Lo más leído