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Otro verano igual. Piensas semanas antes qué vas a leer, qué libros te vas a llevar en vacaciones para luego tirarlo todo por la borda. 

Otro verano igual. Piensas semanas antes qué vas a leer, qué libros te vas a llevar en vacaciones para luego tirarlo todo por la borda. Esa —supuestamente sabia— combinación de relecturas y libros que hace tiempo que tienes ganas de leer… todo para nada. Este verano tenía el firme propósito de leer (por tercera vez) El Quijote y releer Pálido Fuego y Lolita de Nabokov (esta última novela antes de que la prohíban, para lo que quedan quince o veinte años al paso que vamos) y aquí estamos, acabando agosto y no voy ni por la mitad de la primera parte de El Quijote y de meter mano (es un decir) a ‘la luz de mi vida, fuego de mis entrañas’, ni les cuento…

Lo que ocurre es que en verano no puedo sustraerme a que caiga en mis manos algún bestseller. En casa de mis suegros, en casa de mi cuñada, suelto en el vestíbulo de un hotel… no puedo evitarlo. La primera parte de Millennium, la primera parte de las 50 sombras de Grey; cualquier cosa sobre merovingios (y todos tipo de tipos acabados en ‘ingio’); Jesús esotérico (o cualquier otra esdrújula); el templo de Sión, los mensajes ocultos de Leonardo o toda la verdad sobre el yeti (y no me refiero a los helados). No puedo evitarlo, son un par de semanas en las que siempre me atasco —en Navidad no me ocurre, en Navidad, pese a todo, soy más yo— y hago como que me revuelvo contra mí…

En realidad se trata de conseguir información en el tiempo del sol y la sangría para cuando llegue el invierno. Fíjese el lector que cuando son sagas solo leo el primero de los libros: se trata de confirmar las sospechas y hacerlas certidumbres, confirmar que Millenniun no le llega a la suela de los zapatos a Chandler o Ellroy y que hay que estar verdaderamente enfermo para ponerse cachondo con las Sombras de Grey.

A estas alturas doy por seguro que me termino El Quijote bien entrado el otoño. No importa: últimamente Jerez se presta a que cualquier lectura se califique de veraniega en noviembre…

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