Pienso que el dinero público hay que distribuirlo en forma de ayudas de una manera JUSTA. Y la justicia no tiene nada que ver con la igualdad. Porque más que nos pese, no todos somos iguales.

En cuanto el presidente Zapatero sacó el conocido chequebebé , una amiga de mi tía Puchita, perteneciente a una organización religiosa en contra de todo uso de material anticonceptivo, con cinco hijos y embarazada del sexto, fue una de las primeras en conseguirlo. Su marido, profesional liberal, podía ganar unos cinco mil euros al mes. Y ella tenía un buen patrimonio por herencia familiar.

Esa señora luego también se benefició de los libros de texto gratis para sus hijos, que por supuesto estaban en colegios privados, pero concertados.

Tan religiosa es que siempre le ha gustado mucho pasear con su prole por Jerez en Navidad. Le gusta particularmente el alumbrado, que paga el Ayuntamiento, o sea, todos. Yo nunca entendí eso, de que tengamos que pagar del dinero público algo por lo que se benefician unos pocos. Me dicen que es bueno para la ciudad y para el comercio. Para el comercio del centro, lo tengo claro, le es beneficioso. Pero ¿para la ciudad? Jerez es una ciudad totalmente descentralizada. Yo, de hecho, nunca subo al centro a comprar nada. ¿Para qué, si en mi barrio tengo todo lo que necesito? Sólo subo a pasear, algo que también puedo hacer en mi barrio. Y por cierto, a los comerciantes de mi barrio no hay Ayuntamiento que le ponga ni un triste farolillo. Se lo tienen que pagar ellos. Por lo visto, el beneficio del comercio de barrio no es tan interesante para la ciudad como el del centro.

Escucho que hace unos días unos vecinos son desalojados de un piso porque literalmente se les cae. La amiga de mi tía Puchita dice que si su chalet se cae, se lo tiene que pagar ella. Y lleva razón, como a mí si se me hunde el techo.

Pero resulta que en Jerez, este Jerez descentralizado, hay personas en situación de pobreza tal que no pueden hacer frente ni al derecho constitucional de tener una vivienda.

¡No hay dinero! se les dice.

Pero sí lo hay para ayudas públicas a gente que no se la merece.

Pienso que el dinero público hay que distribuirlo en forma de ayudas de una manera JUSTA. Y la justicia no tiene nada que ver con la igualdad. Porque más que nos pese, no todos somos iguales. Hay gente que está mucho peor. Y a esa gente, vecinos y vecinas nuestras, es a la que tenemos que alumbrar y no con farolillos de Navidad.

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