Elecciones en Andalucía

Mario Ortega

Estoy casado y tengo una hija. Licenciado en Ciencias Químicas y Doctor en Ciencias Ambientales.

El vicepresidente andaluz, Juan Marín, en una foto de archivo
El vicepresidente andaluz, Juan Marín, en una foto de archivo

Los suyos de Génova en Madrid, le han hecho la pirula al presidente andaluz, Ciudadanos mediante. Juan Manuel Moreno Bonilla puede perfectamente decir en el congreso que el Partido Popular andaluz celebrará este sábado entrante en Granada, “al suelo que vienen los nuestros.”

La filtración de un audio del vicepresidente andaluz, Juan Marín, diciéndole al grupo parlamentario de Ciudadanos que en año electoral presupuestos andaluces con recortes para qué, desmonta cualquier relato que justifique echarle la culpa a la oposición o a Vox, sobre el adelanto electoral en Andalucía.

Todo se ha pergeñado, según insiste Marín, en un despacho de la obrada sede central del Partido Popular, ocupado por uno de sus hasta no hace mucho camaradas. Concretamente Fran Hervías, que fuese responsable de organización de su partido, cooptado por su homólogo del PP, Teodoro García Egea, consecuencia de lo de Murcia. Desde entonces Hervías, a modo de espía pasado al enemigo, colabora en el desguace de Ciudadanos.

La pregunta que nos permite entender la filtración y su momento es ¿a quién beneficia el destape del audio? Beneficia al poder del PP concentrado en la región de Madrid y a Pablo Casado en particular. Este PP afincado en el centralismo sobradamente reaccionario, no puede consentir que las negociaciones para la aprobación del presupuesto andaluz con el PSOE de Juan Espadas pudiesen tener éxito. Algo sabían de la intención real del PSOE andaluz de facilitar los presupuestos a Moreno y Marín para ganar tiempo, y por eso la han reventado.

Un presupuesto con los fondos Next Generation, el mayor con diferencia de la historia de Andalucía, 43.000 millones de euros, aprobado por una especie de nuevo monopartidismo andaluz, PP más PSOE, beneficiaría la estrategia de apariencia moderada de Moreno Bonilla, y la intención del nuevo viejo PSOE andaluz, dirigido por Pedro Sánchez, de volver a medio plazo al gobierno sin necesitar apoyo verdaderamente progresista en lo estructural, ya sea económico, fiscal, feminista, andalucista o ecologista. Los grandes perjudicados serían Vox y la estrategia radical extrema del PP de la capital de España, ya de Ayuso ya de Casado.

La filtración viene de Génova porque Pablo Casado tiene una posición de extrema debilidad. Está cogido en una pinza entre el tándem que forma Ayuso con la marquesa de Casa Fuerte, Cayetana Álvarez de Toledo, y la intención de Moreno Bonilla de representar una derecha más centrada para crecer en Andalucía por el espacio que el PSOE le cultiva.

Las elecciones andaluzas abrirán un nuevo ciclo electoral. Si había alguna posibilidad de que no se adelantasen como interesaba a Espadas (PSOE-A) y a Marín (C´s), ésta ha quedado reducida a escombros. La filtración va contra el presidente andaluz para laminar toda posibilidad de terminar la legislatura sin adelanto electoral tras un acuerdo presupuestario con el PSOE, lo que claramente le beneficiaría aumentando su espacio, con Ciudadanos en vía muerta y Vox reduciendo su capacidad de influencia.

Así son las cosas en Andalucía, un juego de intereses personales por parte de los líderes de las derechas y un juego de interés partidista por parte del PSOE andaluz. Todos al servicio de su ombligo, olvidan los intereses de las y los andaluces en un momento político tan determinante, que bien podría servir para que Andalucía liderase un proyecto de transformación productiva, que erradicara las causas estructurales de nuestra dependencia de poderes lejanos y de nuestro diferencial persistente de desigualdad.

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