Mamen tiene la oportunidad de demostrarle a sus partidarios y simpatizantes que es digna del cargo y que cree en esos principios e ideales que cada vez parecen más lejanos del partido socialista.
Cuando salgo de casa tengo que sortear una farola en la que quedan restos de una pegatina de Ganemos Jerez que aún resiste después de casi dos años. Los recuerdos que me trae son gratos, de ilusión y esperanza. No solo no me arrepiento, al contrario, me siento muy orgulloso de haber aportado, aunque sea un granito, al nacimiento de este movimiento. Ojo, en presente, me siento.
Ganemos ha supuesto un revulsivo en la política, no solo en lo institucional, sino en lo que es más difícil y menos agradecido, en el funcionamiento interno, en su relación con la sociedad. Sigo convencido, como cuando les voté, que son los mejores para llevar a cabo la revitalización de la ciudad y de hacerlo con honestidad, transparencia, participación y entrega. Sin duda no son los únicos, pero yo sigo pensando que los mejores.
Ya sabéis aquello que dicen, se pelean como hermanos, y eso me pasa, cuando, en mi torre de marfil, ensoberbecido, creo que han fallado, me escuece, me duele, y, los que me conocen, saben que se me calienta pronto la boca. Mis disculpas.
Ganemos ha sido un leal, activo y productivo socio para el PSOE de Mamen Sánchez. No sólo le apoyó en su elección, sino que con la responsabilidad que no era propia de inexpertos ni de perroflautas exaltados les ha ido apoyando para salir de la difícil coyuntura que pasa nuestra primera institución y Jerez. Esa lealtad no sólo no ha sido reconocida por el PSOE sino que incluso ha sido traicionada.
Todo lo dicho anteriormente no quita para pensar que el resultado de la asamblea de esta semana no es bueno.
Es para respetar e incluso alabar que Ganemos haya consultado con los ciudadanos que han querido participar lo de su entrada en el gobierno, ojalá se extendiera el ejemplo y algunos de los que hoy les critican les imitaran con una pizca de democracia y participación en sus decisiones. Pero no creo que el proceso de compartir un gobierno municipal tan complicado pueda tomarse con unas preguntas cerradas, un sí o un no, en una asamblea abierta.
Tampoco es propio de este grupo lo de vetar a una persona, máxime cuando ha sido elegida en su partido en unas elecciones primarias. No voy a repetir mis argumentos ya de sobra conocidos a favor de un gobierno tripartito, pero voy a insistir en que creo que es el único camino. Por lo menos el único que a mi me gustaría.
El PSOE tiene también la obligación de bajarse del sillón y en un proceso inter pares, entre iguales, hablar hasta la extenuación de presupuestos y gobierno. Mamen tiene la oportunidad de demostrarle a sus partidarios y simpatizantes que es digna del cargo y que cree en esos principios e ideales que cada vez parecen más lejanos del partido socialista; y a sus detractores, sobre todo a sus enemigos, sus compañeros de partido, que es capaz de gobernar incluso sin el apoyo, o peor, con las zancadillas de su propio aparato.


