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Esta vez ha sido el milagro de los panes y los peces –me remito a una de las ironías de Twitter- la gasolina que ha provocado el incendio de las redes sociales. El líder de Ciudadanos –formación que ya ha sido bautizada como “el Podemos del PP”-, Albert Rivera, encendió los ánimos de una Andalucía que ya calienta con unos comicios cada vez más cercanos, ofreciendo una “caña de pescar” y no “los peces” a los ciudadanos andaluces. Ignoro si la gente quiere el pescado ya condimentado y cocinado debidamente o si el andaluz medio prefiere ir de pesca él solito, en plan ‘Juan Palomo’, pero el caso es que cada vez que un catalán –tenga o no raíces verdiblancas- abre la boca aquí suele anunciar tormenta.

No hay más que recordar las declaraciones de Durán i Lleida o de Ana Mato. Por supuesto cabía esperar que los políticos oficiales –digo esto porque con las redes sociales los ‘oficiosos’ se cuentan por decenas- se lanzaran (déjenme seguir con el símil) a pescar en aguas revueltas. Ya saben que, aunque en Andalucía la hegemonía la mantiene el PSOE, el cortijo esta vez parece no ser propiedad de un solo pescador, sino de muchos. Si éramos pocos, parió la abuela.

Y a esto que viene Rivera, ese chico que se mostró cuasidesnudo en una publicación en Cataluña años atrás, a exigir su porción de la tarta (o de la trucha). Debió pensar, obviamente, que a río revuelto… Sólo que en esta ocasión se equivocó con el anzuelo en unas procelosas aguas donde hay demasiados pescadores profesionales. La principal, la candidata socialista, Susana Díaz, viene a ser algo así como el pez grande que se quiere comer al pez chico –léase Pedro Sánchez-, ya que esta playa se le ha quedado pequeña en su meteórica carrera.

Eso sí, con el permiso de la juez (o jueza, nunca me aclaré) Alaya y del ‘grumete’ Bonilla, o “soldado”, como llamó recientemente Susana Díaz al candidato popular. Supongo que a Teresa Rodríguez le va más lo de cocinar el pescado, visto el traje de ‘faena’ con el que analiza las encuestas en televisión. No me olvido tampoco de otros peces de colores como UPyD , ni de IU, a quien tiraron directamente por la borda sus ex. Tras la tormenta griega, el mar anda revuelto en Andalucía y muchos no dejan de mirarlo fijamente por si en sus aguas se reflejan los pactos que las formaciones harán luego en las generales.

En medio de todo este jaleo, le tocará a García-Pelayo batirse el cobre en mayo para intentar ganarse a una ciudadanía hastiada por el alto índice del paro y la falta de proyectos en un municipio en el que, como decía González Fustegueras en una carta abierta en este medio, navega sin rumbo fijo. Y sin timón. La excusa, la de siempre: unas arcas más tiesas que una mojama, que ese fruto del mar sí que es muy de aquí.

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