Simpatizantes de Vox, tras conocerse los resultados de las elecciones andaluzas. FOTO: JUAN CARLOS TORO
Simpatizantes de Vox, tras conocerse los resultados de las elecciones andaluzas. FOTO: JUAN CARLOS TORO

Son los que eran. Los que en la transición votaron a la derecha, tras 40 años de fascismo, por el miedo al cambio. Son los del no a los derechos fundamentales del ser humano. Son los de la pena de muerte. Son los que obvian los sentimientos de las regiones y sus luchas. Son los del no al aborto y abortaban en Londres.

Son los de los moros, los negros y los gitanos... Son los de todos los políticos son iguales. Son los que odian a la política, sin saber que su alternativa es el totalitarismo. Son los que no tienen memoria. Lo que no saben qué pasó con Lorca o Machado. Son los que creen que la palabra matrimonio sólo puede darse entre un hombre y la mujer. Son los que creen que el pecado es delito.

Son los que creen que todos son vagos menos ellos. Son los que se regocijan y se estimulan con las estadísticas a la baja. Son los que ven en el feminismo una pérdida de poder y obligaciones. Los que creen que el arte y la cultura deben estar al margen del gasto social. Son los que odian la filosofía en las aulas. Son los que sólo ven patria en las banderas.

Son los que ven en un desahuciado un moroso. Son los que creen que el ser humano es malo por naturaleza. Los que quieren que la Sanidad te la pagues tú y no entre todos. Son los que han perdido la vida quejándose sobre lo que pagan los ricos en impuestos. Son los que creen en el mecenazgo más que en los impuestos progresivos. Los que buscan en la caridad la única solución. Los que equiparan a demócratas con golpistas. Los que creen que la dictadura no fue, en sí misma, un acto de guerra y sí un periodo de paz.

Los que ponen la mano para cobrar pero odian al sindicalismo. Son los que no creen que el mundo sufre un cambio climático. Los que no superaron el éxito de cobrar catorce pagas al año, tras una infancia terrible, y aman su meritocracia. Los que odian al Estado si controla movimientos financieros. Los que ven más agravio en un marica el día del Orgullo que en una cuenta en Suiza. Son los que quieren ser esbirros de un rey heredero y educado en el franquismo. Los que tras 40 años de fascismo jamás votaron a la socialdemocracia.

Son los que se aferran a la copla, la mantilla y la sevillana como única opción cultural. Los que ven en el Ellas un problema. Los de no te metas en política. Los de no voto por pereza. Los de antes todo era mejor y los jóvenes no valen para nada. Son los que creen que ya no hay educación. Los que creen que los animales son de segunda. Los que creen que todo se hace por dinero. Los que creen que los artistas son titiriteros.

Los que valoran más el dinero que nada. Los que criminalizan el ocio. Los asustados. Los machistas. Los camaleónicos de taberna y de ocasión. Los que tienen tragaderas con la iglesia pederasta. Con la iglesia que apoyó al fascismo y al absolutismo. Son los que han hecho que relaciones la palabra República con bolchevique radical. Son los que no saben que es el neoliberalismo. Son los de los pantanos. Son los de la banca siempre gana. Los que leen y ven películas libertarias pero no les cala en el alma.

Son los que siempre fueron. Son los que siempre serán.

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