Un perro en La Granja: FOTO: JAVIER FERGÓ.
Un perro en La Granja: FOTO: JAVIER FERGÓ.

Otro nuevo alegrón en el bar de la barriada. Entre cerveza y cerveza, llenos de júbilo, hemos celebrado, tras haber heredado ya (emocionados con lo del impuesto de sucesiones) los mayorazgos y los ducados de nuestras excelentísimas familias. En un acto solidario y de buena voluntad el gobierno de la derecha andaluza nos sorprende con otra bajada de impuestos. Ha sido otra montaña rusa de vítores y un no parar de gozos para los que ganamos entre 60.000 y 120.000 o más euros al año.

Todos, absolutamente todos, estamos en la taberna de Antonio gozando y pensando en cómo celebrarlo. Muchos han sido los comentarios entre todos los emprendedores y empresarios que estábamos en el bar. Y tras frases sobre el esfuerzo personal, la meritocracia y las innumerables pagas, subvenciones y derroches que la izquierda estaba dando a negros, gente que vive del cuento y demás chusma iracunda, envidiosa y despojada del espíritu de sacrificio necesario hemos, repito, de nuevo, estallado de júbilo.

Hombre es que cosas como la ayuda a la dependencia y las pagas a cascoporro estaban quebrando un estado cada vez más paternalista y comunista, con tintes populistas. Los bares hoy, no sólo el de Antonio, están llenos de júbilo y las plazoletas a reventar de ciudadanos con esta bajada de impuestos. ¡Ojo! Que nos favorece por igual a todos en el barrio.

En mi zona, por La Granja, se calcula que habremos unos 30.000 habitantes, no se me ocurre a ningún vecino que no vaya a verse favorecido porque somos la clase media. Nuestro voto, al fin, está dando sus frutos y se ve representado. No en vano, tras la rebaja fiscal, se instalarán empresas de gente que nos pondrá a la altura en producción y empleo como en esa Europa de los mercados, llena de alemanes y holandeses, que vienen por aquí a alquilar pisos en el casco histórico, haciendo que los que tenemos tres viviendas para alquilárselas saquemos un buen pellizco ¡Júbilo y alegría!. Y sobre todo el reconocimiento a nuestro esfuerzo; que somos los de clase media quienes tiramos del carro.

¡Viva la clase media! Gritábamos de emoción y con vehemencia mientras, entre aceituna y aceituna, nos tomábamos otra cerveza. Ya sólo falta que privaticen la sanidad y el que se tenga que hacer un TAC que se lo pague. Que con esta rebaja de impuestos obviamente tendrá de sobra, sin ningún lugar a dudas, y no tendrá que esperar colas con maleantes. Ya basta de compartir hospital con desalmados y gente con cara dura e inmigrantes. Ya basta de pagar impuestos injustos. España se lo debe a la gente de bien. A nosotros, la clase media.

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