La bola de cristal

"Podemos no advierte que la pureza, al personal, le da ya pereza. La tentación de volver a despolitizarnos por hartazgo se palpa en el ambiente. Y eso, eso es ganancia de los ultras y los malvados"

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, minutos antes del primer debate electoral. FOTO: DANI GAGO
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, minutos antes del primer debate electoral. FOTO: DANI GAGO

Veo a Pablo e Irene un sábado por la nochecita, con un buen Rioja, en una sobremesa, sentados en una estancia llena de libros sobre la revolución rusa, lamentándose de la oportunidad perdida.

Todo eso en el chalet. Que no es casta, es de color castaño como los matices del vino. Luego hablarán sobre el ser humano a lo largo de los ciclos de la Historia. De lo que le pasó a Prim y lo bien que escribía Galdós sobre Godoy o Cánovas, quién sabe.

Podemos no advierte que la pureza, al personal, le da ya pereza. No ve que se avecina otra división interna. Porque lumbreras de lo heterogéneo hay y habrá hasta en la sopa. Entonces, en esa pausa tras la cena, le dirá alguien, que también sabe de Sartre más que nadie: Pablo, y si no hubiera nada nuevo bajo el sol... A lo que él contestará que están ellos. Eso veo mientras froto la bola.

Pero resulta que no quieren, eso me parece, formar parte de un Gobierno progresista, en un contexto neoliberal, cruel y donde un populismo de extrema derecha se relame. Sin caer en la cuenta de que en el bar ya hay tipos muy testosterónicos que empiezan a recordar el antídoto, supuestamente perfecto para idiotas, y se acuerda de gente para que gobierne esto con las emociones, las banderas, la religión y el machismo.

No se puede gobernar a la sociedad que quieres, hay que gobernar a la que existe para que se convierta en la que deseas. Pablo, como se dice en Cádiz, todavía hay que mamar, churra. Aunque el PSOE esté loco por ser el esbirro de quien le presta el dinero y reafirmarse en su concepto de economía liberal con concesiones suaves en lo social. Profesor, ¿de verdad crees que en las próximas habrá sorpasso?

Vox en el Parlamento con la sonrisa de Smith y el juicio de los políticos catalanes en septiembre. De cada tres votos progresistas en España dos son de ellos y uno nuestro. Y te lo juro por los niños que palabras como transversalidad, asamblea y horizontalidad mis vecinos y vecinas no tienen ni puta idea. Lo que hay es lo que hay. Y la tentación de volver a despolitizarnos por hartazgo se palpa en el ambiente. Y eso, eso es ganancia de los ultras y los malvados. Ya me gustaría a mí vivir en una ínsula amorosa, sin tipos de interés y con tipos que interesen. Dice mi abuela, con 99 años, que "lo que Dios manda y el rey ofrece no queda nada más que joderse". Esta frase por supuesto es reaccionaria y salida de la alienación, la asimilación de las calamidades y las frustraciones en su mísera niñez. Y no es que la defienda pero, por los clavos de Cristo, ¿has visto quiénes están sentados a tu derecha?

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