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La semana que viene, el próximo viernes, empieza el Festival de Jerez. Mucho más que un festival, para mí y para muchas de las personas que conozco. Durante 15 días la ciudad se convierte en la capital internacional del flamenco. No solo por su programación oficial, tanto de cursos como de espectáculos. También por todas las actividades paralelas que se llevan a cabo en Jerez y que se organizan desde la iniciativa privada de escuelas de baile, de tabancos, de peñas y de locales varios.

Calculo que más de 39.000 participantes, entre cursillistas y espectadores, se darán cita en Jerez, durante esta próxima edición, la numero 21. No solo asisten alumnos y alumnas, de más de 40 nacionalidades de todo el mundo. También lo hacen programadores de espectáculos y promotores, que vienen a Jerez a ojear y seleccionar posibles espectáculos para sus ciudades, los principales medios de comunicación relacionados con el flamenco —unos 80 medios acreditados en anteriores ediciones—, y artistas que durante 15 días impartirán cursos intensivos diversos, artistas jerezanos y artistas de otros lugares, lo más reconocidos a nivel internacional: “La crème de la crème”. Y la semana próxima, todo este mundo variopinto pero a la vez unido por una misma pasión, empezará a llegar a Jerez.

Esto es el Festival. Pero para las personas que año tras año lo disfrutamos es mucho más que eso. Imaginaos que tenéis una gran pasión, sea la que sea, fútbol, yoga, literatura, música, lo que sea. Y ahora imaginaos que durante 15 días, y además en una de las ciudades más acogedoras y bonitas que existen en España, os dicen que vais a convivir con todos los referentes de vuestra pasión. Y no solo con maestros y artistas, también con personas profesionales o aficionadas como vosotros. Imaginaos que durante 15 días podéis disfrutar de varios espectáculos cada día, que podéis compartir bares y terrazas con todo este mundo, y que vuestra pasión no solo la viviréis en las escuelas y en los teatros, sino que impregnará las calles, las plazas y cualquier rincón del centro de Jerez. ¿Verdad que es una maravilla? El Festival es aprendizaje, es cultura, pero también es compartir, es intercambio, es respeto, es multiculturalidad, es diversidad, es creatividad, es expresión, es dialogo, es pura vida.

Por experiencia os diré que muchas de las grandes amistades que tengo en el mundo del flamenco las he hecho durante el Festival. Personas apasionadas por el flamenco que cruzan el mundo para poder estar aquí y que solo ves durante estos días. Pasa un año, pero las amistades se mantienen vivas festival tras festival. Muchas de estas cursillistas invierten sus vacaciones y sus ahorros para venir a Jerez. No se van a la playa o a viajar por el mundo. Año tras año dedican sus vacaciones a sudar en las clases, a ir de espectáculo en espectáculo, y a dormir poco pero a disfrutar del momento.

Se dan momentos mágicos y especiales, y algunos espacios de Jerez cobran especial protagonismo. Nada me gusta más que acercarme al Tabanco La Reja al finalizar el espectáculo del Villamarta. Es la costumbre, acercarse a La Reja. Y allí estamos todos: cursillistas, artistas, cantaores, periodistas, promotores, hablando del espectáculo que acaba de finalizar y compartiendo nuestras sensaciones. Al cabo de un rato, suelen venir también los artistas que han actuado esa noche. Y si ha ido bien, contagian su éxito y su alegría a todos los que estamos allí. Están satisfechos, contentos, pletóricos y también cercanos. No hay problema en poder acercarse a ellos y felicitarles personalmente. Hablan y conversan no solo con sus compañeros o colegas de profesión, también con sus espectadores.

Sinceramente, creo que es un ambiente que deberían aprovechar mucho más todos los jerezanos. Porque curiosamente, lo que más se percibe es la asistencia de gente de fuera, pero no de jerezanos. De hecho, en muchos de los cursos a los que he asistido, la mayoría de alumnas y alumnos no son españoles. Suelo ser la única española, o quizás somos dos. Y hasta ahora, nunca he coincidido con otra jerezana. En el Villamarta, y a excepción de los jerezanos directamente vinculados al flamenco, no se suelen ver espectadores de Jerez. En los tabancos tampoco.

Por eso creo que quizás, sería necesaria más presencia del Festival en la calle. Poco a poco, y edición tras edición, es verdad que se van incorporando más actividades paralelas en la calle. El año pasado una de las más innovadoras y que más me gustó fue un espectáculo en la propia plaza de abastos, en la zona de las pescaderías, un sábado por la mañana. Se notó muy buena energía y una gran acogida entre las personas que estaban allí haciendo su compra. Algunas de ellas ni siquiera sabían qué era el Festival de Jerez.

Este año, y según la nota de prensa que se puede leer en la web del Festival, se han vuelto a incorporar más actividades a pie de calle. Entre ellas un flashmob el día 28 de febrero delante del Villamarta. Pero en mi opinión creo que esta actividad también estará más bien protagonizada por las habituales cursillistas. Muchos jerezanos se van a perder la energía y los espectáculos de este Festival, quizás por limitaciones económicas o quizás por desconocimiento. Y es una pena que alguien de Jerez se pierda ver cómo su ciudad se convierte en la capital del flamenco durante estos 15 días. Desde aquí incentivo a todos los que lean este artículo a dar un paso y conocer más de cerca el Festival. No todos los espectáculos son de pago, muchos son gratuitos, sobre todo los que tienen lugar en las peñas.

De todas formas, se me ocurre que quizás Jerez debería copiar algunas de las iniciativas que se llevan a cabo en otras ciudades durante festivales de música o similares: escenarios en las plazas y calles donde los jóvenes talentos jerezanos puedan exponer su arte. Clases abiertas o en la propia calle. Visitas de artistas y protagonistas del festival a los centros educativos de Jerez. Actividades infantiles y lúdicas. Conferencias gratuitas. Entradas con descuentos especiales para ciudadanos de Jerez. Espacios abiertos donde las cursillistas pueden bailar la coreografía aprendida. Actividades y talleres en las organizaciones sociales de Jerez de la mano de artistas, como clases a colectivos desfavorecidos, etc. Cualquier tipo de actividad que genere mayor relación entre los dos mundos, el internacional y el de Jerez. Porque estoy convencida de que las dos partes se nutrirán y se alimentarán de buenas experiencias.

El Festival de Jerez es mucho festival. Y si lo pienso, creo que es una de las mejores herramientas que tiene Jerez para venderse y posicionarse como ciudad flamenca y anfitriona de la cultura, de la creatividad y de la diversidad. A todos lo que les gusta el flamenco les diría que viniesen aunque solo fuera una vez en su vida. A todos los jerezanos que no os habéis acercado, os diría que os suméis, porque os encantará ver vuestra ciudad viviendo y vibrando con flamenco y compartiéndolo con el resto del mundo.

Más info en www.jerez.es/webs_municipales/festival_jerez/

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