Año 2000. Gaspar Llamazares es elegido coordinador federal de IU con el voto de los miembros aperturistas de la coalición de izquierdas. La tristemente desaparecida Concha Caballero, que fuera portavoz de IU en el Parlamento de Andalucía, defiende la candidatura del asturiano en el cónclave donde éste vence a Paco Frutos, representante del sector impulsado por el PCE, uno de los partidos que integran la turbulenta formación que nació tras el referéndum sobre la OTAN.
Llamazares cuenta en este cónclave también con el apoyo de la corriente valenciana Esquerra i País, que en el País Valenciano juega el mismo papel abierto y contrario a la dirección del PCE que el sector de Concha Caballero en Andalucía.
Ese mismo año, Concha Caballero se presenta para liderar IU en Andalucía frente a Diego Valderas, que contaba con el apoyo del PCE. Un pucherazo privó a Concha Caballero de ser la líder de la coalición de izquierdas en Andalucía. Llamazares deja tirados a los andaluces que denuncian el pucherazo y estrecha lazos con el sector duro del PCE para consolidar su liderazgo en Madrid.
La corriente de Esquerra i Pais gana las primarias de Esquerra Unida en el País Valenciano para las elecciones generales de 2008. Isaura Navarro, que había sido compañera de Gaspar Llamazares en el Congreso de los Diputados durante la legislatura 2004-2008, finalmente no será la candidata de IU por Valencia aunque ganó las primarias.
Gaspar Llamazares traiciona a quienes le han dado respiración asistida para garantizar su superviencia en la estructura federal de IU y se alía con el sector duro del PCE. Finalmente, los candidatos a las elecciones generales de Esquerra Unida del País Valenciano serán los del PCE. Así empieza la ruptura de la federación valenciana de IU que da lugar al nacimiento de Compromís.
Cuando en 2008 dejó de ser coordinador de IU se intentó reinventar y funda Izquierda Abierta, un partido dentro de IU que defendía la apertura y la construcción de un espacio de izquierdas plural, abierto, regenerador y confluyente. Todo cambia en los planes de Llamazares después de las elecciones europeas de 2014, en las que Podemos irrumpe en el panorama político español con 5 eurodiputados, un 8% de los votos y un 1,2 millones de votos.
Entonces, Gaspar Llamazares deja de ser abierto y se convierte en el guardián de las esencias, llegándose a aliar con el marxismo ladrillista de Izquierda Unida de la Comunidad de Madrid (IUCM), la de las tarjetas black y el izquierdismo de relato pero de decisiones que pasarían por la izquierda a Ciudadanos.
De repente, el Llamazares abierto desarrolla una identidad de pertenencia a IU desconocida que le lleva a defender las tesis de Paco Frutos, el ortodoxo contra el que él mismo se enfrentó para llegar a la dirección federal de IU.
Sus últimos aliados, la IUCM de Bankia y de los pelotazos urbanísticos, son expulsados de IU y entonces se queda absolutamente solo. Izquierda Abierta ya no le sirve, aunque ya antes la mayoría de la militancia, que se creyó el proyecto de apertura y confluencia del nuevo invento llamazarista, se había ido.
Para tratar de sobrevivir, se inventa un egopartido, Actúa, y radicaliza su discurso contra Podemos, las confluencias y el aperturismo de IU que lidera Alberto Garzón, que es lo que él defendía cuando el PCE era su enemigo. Le dedica más críticas a la izquierda que a la derecha y se convierte en el tertuliano preferido de los enemigos del cambio para legitimar las críticas a Unidos Podemos desde una voz amiga, que defiende una IU chiquitita y sumisa con el PSOE.
Paralelamente, el asturiano se convierte en fetiche de los manifiestos firmados por los 'abajos firmantes'. Llamazares puede ser quizás la persona que más manifiestos ha promovido. "A falta de bases y de implantación territorial, buenos son los manifiestos", pensará.
Entremedias, frena cualquier colaboración con Podemos en Asturias y ha sido especialmente beligerante con los nacionalistas, aunque aplaudió como de izquierdas la entrada de IU en un gobierno de coalición con el PNV en el Gobierno vasco de Ibarretxe. ¿Se acuerdan del Plan Ibarretxe? Pues eso se hizo en un gobierno con presencia de la Izquierda Unida de Llamazares que ahora se presenta como el enemigo de los independentistas y el capitán de una izquierda centralista sin raíz histórica en España.
No sería de extrañar que Pedro Sánchez lo rescate y nombre ministro 'independiente' dentro de la cuota de animales exóticos e inofensivos con los que justificar un gobierno sin Unidas Podemos. Una especie de ‘Operación Rosa Aguilar’ que tanto le gusta al PSOE para lanzar mensajes sin fondo pero con mucho marketing. Al fin al cabo, Llamazares es el izquierdista cómodo que no desentona y no entorpece la relación del PSOE con el IBEX-35.
Él, que pensó que los medios de comunicación del Grupo Prisa le harían caso cuando se fuera de Izquierda Unida y que los votantes socialistas lo abrazarían, se ha encontrado con la nada. Su epitafio político son 30.000 votos, después de 30 años en la actividad política activa y de haber pasado por todos los escaños, responsabilidades internas, medios de comunicación que lo tenían de tertuliano cuando era útil para el PSOE y de un sinfín de manifiestos a su favor del club de los ‘abajo firmantes’.
Pudo haberse despedido de la política como un gran señor que intentó abrir la izquierda al siglo XXI y construir un espacio político ecosocialista, abierto, plural y regenerador, pero ha preferido terminar su carrera política como martillo de herejes y defensor de una izquierda antipática, ensimismada en lo que pudo ser y no fue, aislada, incapaz de llegar a acuerdos y de construir espacios amplios de colaboración.
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