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¿Se imaginan el agobio que debió sentir Bill Murray al levantarse cada mañana a las seis en punto, con la misma música (I got you baby) y el mismo parte meteorológico radiofónico, en el eterno clásico de Harold Ramis? La trama era más o menos la siguiente: periodista gruñón acude a un pueblo ‘paleto’ de lo que llamamos con despectiva ironía la “América profunda” a retransmitir el día de la marmota.

El roedor en cuestión, mascota de las predicciones invernales, viene a ser algo así como los ‘caminantes blancos’ de la serie preferida de Pablo Iglesias –y la mía- pero de buen rollo: Winter is coming y durará más de seis semanas, vino a decir. La gélida temperatura cercana a los cero grados que estamos padeciendo en Jerez –y no me quiero imaginar allende Despeñaperros- da de momento la razón a la clarividente Phil.

Pero no sólo nuestros pies parecen haberse congelado en este invierno frío, reflexioné mientras conducía por una circunvalación, la de la Reina Sofía, que a este paso lleva también camino de eternizarse. Fue la instantánea, otra vez congelada, del esqueleto del Palacio de Congresos lo que me abrió los ojos a la realidad. Ahí sigue legislatura tras legislatura pudriéndose en la nevera un proyecto que me hace sentir como a Bill Murray cuando la radio lo levanta cada mañana.  

No es el único: ¿qué ha sido de la Ciudad de la Justicia o del Flamenco? ¿Y del proyecto en torno a la plaza Esteve que anunciaron los populares al principio de la legislatura? Son sólo algunos ejemplos que ya se resaltaban en el espacio de este mismo medio ‘La rotonda’ hace pocos días. Igual que el desdichado reportero de Atrapado en el tiempo, tengo la sensación de leer el mismo periódico todos los días. Esa sensación de abulia que ha sustituido a los proyectos faraónicos –parece que no encontramos el punto medio- y que sólo se rompe de vez en cuando con motivo de algún acontecimiento festivo como la feria de septiembre o la ‘noche blanca y azul’. Al menos al protagonista de la película le servía para ligarse poco a poco a una atractiva Andie MacDowell a la que no podría haber aspirado jamás de no haber sido engullido por un agujero temporal.

Pero no quiero amargar la existencia a un lector que seguro que ahora se encontrará expectante ante lo que se avecina: Festival de Jerez, Semana Santa, Feria, Motos y el eterno retorno. Pero con variaciones importantes: es el año con más elecciones que se recuerdan en el país. Ya lo decía Heráclito –vean que culto me hace la Wikipedia-: “No se puede cruzar dos veces el mismo río”.

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