Años persiguiendo sediciosos catalanes, cayendo en constante ridículo ante jueces europeos que no veían rebelión ni sedición por ningún lado y, ahora, resulta que son los padres políticos de Ayuso-lideresa de facto del PP-los que incitan a una rebelión nacional y a organizar la resistencia contra un presidente que ni siquiera es el candidato que se presenta a la investidura. Aznar y Esperanza Aguirre ¿Esquizofrenia política o estrategia frentista?
Probablemente ambas. No nos engañemos, Feijóo manda en el PP lo que yo en la curia vaticana. El desprecio de los populares hacia su jefe, y hasta al propio rey que lo erigió como candidato, es cuanto menos llamativo. A estos, digan lo que digan, se la pimplan la Constitución y la Monarquía. Lo único que quieren es el poder a toda costa y con sus palabras dejan claro lo que todos sabemos: Feijóo es un mero trámite prescindible para el desembarco de Ayuso.
José María Aznar. Qué oscuro personaje. Darth Vader a su lado es Winnie The Pooh. Hoy, miro al pasado y recuerdo cómo engañó a tantos votantes, yo entre ellos. Antes de ser presidente vendía que su partido era una opción de centro. Corrían los noventa y un joven pituffo Gruñón pensaba (lo sigue haciendo) que España necesitaba una derecha democrática y europea, alejada de los fantasmas del franquismo.
En sus primeros cuatro años, Aznar pareció mejorar un país que González, en sus últimas legislaturas, había hundido en un cenagal. El popular pactó con catalanes y vascos, redujo considerablemente el desempleo, consiguió que España entrara en el euro e incluso llegó a acuerdos con los sindicatos. El campeón José Mari parecía un tipo centrado y con sentido de estado, incluso dialogó con el “Movimiento de Liberación Vasco”, mientras aún sus asesinos mataban sin piedad, y acercó a presos etarras a las cárceles vascas.
No me malinterpreten, no me estoy justificando- no creo que tenga que hacerlo y no es el único de mis votos que, echando la vista atrás, hoy me da asco- pero hay que tener en cuenta que veníamos de un gobierno hasta las trancas de paro y corrupción, cuya solución al conflicto vasco fue crear otro grupo terrorista. Las manos llenas de cal viva, como recordó Iglesias.
Eran años en los que incluso a Julio Anguita se le acusaba de hacer pinza con el PP para acabar con González, algo totalmente injusto e incierto.
A mí me engañó Aznar, o me dejé engañar, quién sabe, igual que a mi padre lo engañó González. Pero hay una diferencia entre nosotros y la gran mayoría de votantes hoy de PP/Vox: ni mi difunto padre ni yo éramos hooligans y después fuimos críticos con aquellos a los que votábamos cuando descubríamos sus engaños. Nunca nos valió el 'y tú más'. Mi padre era un admirador de Anguita, pero estuvo desencantado con la izquierda hasta que se volvió a ilusionar cuando apareció el de la coleta.
Por mi parte, yo nunca entendí eso de que el PSOE era socialista y hasta el gobierno de Sánchez con Podemos nunca he visto poner en marcha verdaderas medidas sociales; pocas, eso sí, pero importantes. Yo, en los noventa, voté a Aznar, supuesto chico moderado, ¿os suena?- pero lo cierto es que José Mari desde el año 2000 y engrandecido por su mayoría absoluta, mostró su verdadera cara incendiaria, abyecta y nauseabunda. Bajo su liderazgo, el PP abandonó el centro, si alguna vez estuvo en él. Hoy, parece ser que la única opción que contempla la derecha para gobernar es una rebelión o, por qué no, un alzamiento. Ya tienen práctica en esto. Todo sería cómico si su alianza con VOX no tuviera once millones de votos.
Mientras sus poderosos voceros lanzabulos sigan inflamando, pronto el asalto al Capitolio y lo de Brasil, nos va a parecer un jardín de infancia comparado con lo que pasará en España. Quieren incendiar a sus tropas. Si sale bien tendremos un verdadero golpe de estado. Si sale mal le echarán el muerto a cuatro locos con cuernos en la cabeza. Con tantas simpatías entre jueces y cuerpos de seguridad del Estado, creen que no tienen nada que perder. Son muchos los que se empeñan en darles la razón, y es que estos, como la banca, siempre ganan
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