Vicente Vallés, durante un informativo.
Vicente Vallés, durante un informativo.

Pobre Vicente Vallés. Indefenso ante las acusaciones e insultos graves de un desalmado Echenique. Menos mal que muchos de sus compañeros acudieron a solidarizarse con él para reivindicar la libertad de prensa con la que ese engendro bolivariano llamado Podemos quiere acabar. Estos tipos y tipas no nos regalan las buenas formas del resto de políticos y, en un país en el que no estamos acostumbrados a que los miembros de los distintos partidos insulten a la prensa, nos chirría que el señor Echenique llame “periodista de derechas o ultraderecha” al desprotegido Vallés.

Se les olvida, a estos podemitas, que la primera regla del oficio de periodista, para un sector amplio de la prensa en este país que se apresuró a rescatar a su vilipendiado compañero, consiste en la libertad absoluta para soltar cualquier burrada, mentira o manipulación desde sus ilustres púlpitos. Ellos mismos nos recuerdan que siempre se tiene la opción de acudir a la Justicia, acto bastante más decoroso que hacer una crítica a este tipo de periodistas. Además, el juez les condena, quédense tranquilos que la mayoría seguirá en tertulias televisivas o radiofónicas sin realizar, ni remotamente, acto de contrición alguno.

Ese tal Echenique no tuvo el talante de Rafa Hernando cuando llamó “hienas” a un sector de la prensa tras la muerte de Rita Barberá. Tampoco tuvo el político podemita la clase de Espinosa de los Monteros que, amablemente y con toda educación, ayer mismo envió al psiquiatra al periodista Antonio Papell. Entiendo que debe ser así cuando no he tenido conocimiento del hastag #YosoyAntonioPapell, por lo que supongo que no debe haber un gran problema. Además, el señor Papell debe agradecer a la Asociación de la Prensa Madrileña que, en su condena a los comentarios del señor Espinosa, acertara a encontrar la verdadera causa de estos agravios, que no es otro que el maligno encarnado, el Lucifer de la política española, Pablo Iglesias. Aquí está la causa de todos los males y hay que acabar con él y su engendro político revolucionario y bolivariano.

Desde aquí mi ánimo pituffo a esos periodistas de bien como los Herrera, los Inda o Jiménez Losantos, que jamás descalifican ni insultan cuando trasladan sus opiniones al populacho. En representación de este sector vilipendiado, desde aquí, me gustaría crear el hastag #YosoyFernandoSantiago, para apoyar a este ilustre miembro de la prensa gaditana que llama mamarrachos a los que visten la camiseta de su Cádiz Club de Fútbol. Gracias por enseñarnos la luz y mostrarnos que la clase se encuentra en ponerte una sudadera, de una calidad textil discutible, del Atlético de Madrid para hacerle la pelota al pregonero Sabina. Gracias por tu luz y gracias al Diario de Cádiz por permitirte juntar cuatro letras en su columna. Qué haríamos sin ti.

Fdo: Un Pituffo Gruñón y cada día más mamarracho.

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