Vivienda: el arte del malabarismo

El continuo aumento de la cifra de viviendas públicas que quiere impulsar el Gobierno de Pedro Sánchez poco ayuda a dar credibilidad a sus políticas para abordar una necesidad social incuestionable

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este miércoles, a su llegada junto al ministro Albares, a la sesión de control en el Congreso.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este miércoles, a su llegada junto al ministro Albares, a la sesión de control en el Congreso.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en su defensa 'práctica' de la nueva Ley de Vivienda, empieza a recordar a esos malabaristas que hacen girar primero un plato sobre un palito, luego pasan a dos, después a tres, a cuatro, y así cada vez más y más rápido mientras crece la dificultad del número y cada vez es más posible que alguno de ellos o incluso todos terminen por caer al suelo... Ahí es dónde, más o menos, se encuentra ahora Sánchez, después de anunciar sucesivamente cuatro cantidades distintas, siempre al alza, de ofertas de carácter social en esta materia.

El martes pasado, en el Senado, el presidente dio cuerpo al tercero de estos platos giratorios que se empeña en mantener activos a la vez, al anunciar 20.000 nuevas viviendas "de alquiler asequible", que provendrían de suelos del Ministerio de Defensa sin actividad y que se desarrollarían a través del Sepes.

Estas 20.000 viviendas se unen a los 'platos giratorios' número 1 y número 2, que son las 43.000 viviendas que provendrían de la Sareb (el denominado popularmente banco malo) y que se anunciaron en primer lugar, y las 50.000 que se financiarían a través del ICO que vinieron a continuación: son 113.000 viviendas, ni más ni menos que 113.000 viviendas nuevas de 'inspiración estatal' que Sánchez ha ido lanzando de manera escalonada a la opinión pública en solo unos días para respaldar una de las leyes estrella de la legislatura, aunque en franca disputa con sus socios de gobierno en tiempos electorales tanto a corto como a medio plazo, que nadie se olvide.

Es loable que el Gobierno de Sánchez apueste ahora por la vivienda, pero hay que repasar los números de la coalición en estos cinco años

Parecía que ahí paraba la cosa, pero qué va. De repente ha entrado en funcionamiento a toda velocidad un cuarto plato giratorio con su correspondiente palito debajo, al acordarse el presidente este miércoles de otras 70.000 viviendas que corresponden a iniciativas del Ministerio de Transporte. Nuevo total: 183.000 viviendas. Conclusión: un presidente atendiendo ya cuatro platos que giran a toda velocidad y no pueden detenerse. Incluso el anuncio de que los primeros trámites se han iniciado al menos para el 60% de las viviendas que corresponderían a los tres primeros anuncios podría considerarse un quinto plato. ¿Se pueden atender cinco platos de este tipo?

Llegado este momento, tal vez convendría reflexionar sobre lo que es la realidad de la vivienda pública en España, que no llega al 3% del total, mientras que, dato curioso, en países supuestamente ultraliberales —sobre todo tras el caso Ferrovial— como Países Bajos, la vivienda pública supera ni más ni menos que el 25%.

Es loable que el Gobierno actual apueste ahora por hacer realmente efectiva la conquista de este "nuevo derecho", tal y como se considera la vivienda por parte del Gobierno tras la aprobación de la nueva Ley de Vivienda, pero no merece la pena repasar los números que llevaba –que lleva, en realidad– la coalición PSOE-Unidas Podemos durante estos cinco años, el período electoral que se viene encima y las competencias en la materia que tienen otras Administraciones públicas como autonomías y ayuntamientos. Es mejor seguir viendo girar platos y platos...

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