Sin amnistía no hay legislatura... pero sin legislatura tampoco hay amnistía

El Gobierno lo está pasando mal, seguro que peor de lo que esperaba tras obtener la investidura, pero aún tiene recorrido para alcanzar su primer objetivo real, que es sacar los Presupuestos Generales del Estado

Amnistía. Pedro Sánchez y María Jesús Montero, en el Congreso de los Diputados, durante el primer debate de la ley.
Amnistía. Pedro Sánchez y María Jesús Montero, en el Congreso de los Diputados, durante el primer debate de la ley.

"Y ahora qué", "habrá nuevas concesiones", "humillación del Gobierno"... son muchas las reacciones que han acompañado al fiasco que ha supuesto para el Gobierno que Junts no se haya sumado a la ley de amnistía, teniendo en cuenta todo lo que, evidentemente, está arriesgando el Ejecutivo al intentar sacar adelante esta ley... Un asunto que, además, se complica por momentos según van apareciendo más detalles de la llamada 'vía rusa'.

Es cierto que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tenía muy mala cara después de la sesión parlamentaria del pasado martes, pero lo ocurrido es solo un accidente en un camino que sabía complicado. La legislatura ha comenzado con un quid pro quo del PSOE con Junts, en algo que viene a ser 'legislatura a cambio de amnistía'. Por supuesto que es así, pero no es menos cierto que también es amnistía a cambio de legislatura, por lo que, si se tambalea la legislatura, huelga decir que lo primero que se vería afectado sería la posible amnistía del independentismo catalán. Esa idea han empezado a hacerla llegar los socialistas a la gente de Junts. El PSOE sabe que está exactamente al borde la Constitución y de que haya interpretaciones abiertamente negativas de la Unión Europea sobre este tema, pero Junts piensa que quedan todavía unos centímetros antes del precipicio.

En cualquier caso, a veces se pasa por alto que la política suele ser (como mínimo) a tres bandas. Realmente, la idea del PSOE era/es sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado (PGE) y luego, el año que viene, si vienen mal dadas, renovarlos 'legítimamente', es decir, plantarse en dos años y medio de legislatura y ver entonces por dónde sopla el viento. Ese es el plan. Por eso está arriesgando tanto con la amnistía. Un precio, no un objetivo. Comenzar una legislatura renovando los PGE, aunque vinieran, se puede decir, de un Gobierno de continuidad, es evidente que es un signo manifiesto de debilidad. No puede ser. Si se aprueba la amnistía en el Congreso, el Gobierno exigirá de inmediato que le aprueben los PGE. Luego ya, lo que ocurra con la amnistía a partir de ahí, pues si sale, bien, y si no... Por eso, la partida sigue y los PGE son la pieza.

Si has llegado hasta aquí y te gusta nuestro trabajo, apoya lavozdelsur.es, periodismo libre, independiente y en andaluz.

Comentarios

No hay comentarios ¿Te animas?

Lo más leído