El PP, un improbable socio de legislatura para el PSOE

Los socialistas sondean el apoyo de los populares para sacar adelante los 'decretos 'ómnibus' ante la negativa, al menos por ahora, de Junts, que a las primeras de cambio deja claro que no va a ser un socio estable

El ministro de Presidencia, Félix Bolaños, en una reciente intervención parlamentaria.
El ministro de Presidencia, Félix Bolaños, en una reciente intervención parlamentaria.

El PSOE ya está comprobando que la legislatura va a ser muy complicada. Y que ante la falta de fiabilidad de alguno de sus socios –léase por ahora Junts, a la espera de ver si Podemos se queda en la bravata o, efectivamente, hace valer en algunos temas sus cinco diputados–, va a tener que negociar algunos asuntos, ni más ni menos que con el PP, un 'socio' inesperado.

La formación de Carles Puigdemont tiene una fuerte componente sentimental y, como tal, siempre tendrá un punto imprevisible. Es una fuerza política que tiene dos únicos objetivos señalados en rojo –primero la amnistía y luego un referéndum de independencia– y, en consecuencia, todos los temas del día a día tienen un interés relativo, que se convierte directamente en nulo si no puede esgrimir ante su electorado al menos el interés catalán, bien sea político, económico o social.

El problema es que ni tan siquiera, con el desgaste que para el PSOE puede significar la Ley de Amnistía, desde Junts se esfuerzan en demostrar no ya una 'luna de miel', sino un mínimo de quid pro quo. La conciencia de que sus siete votos son necesarios se aplica en sentido inverso: no se trata de ayudar a que un gobierno en minoría vaya gobernando, al contrario, se trataría más bien de que el PSOE y Sumar tengan claro que Junts va a ser siempre la última valla en su carrera para abordar cualquier asunto.

Y desde el minuto uno, como ha quedado claro con su negativa (por ahora) a aprobar la convalidación de los llamados 'decretos ómnibus', siempre en línea con lo que se ha comentado: no se fían del PSOE, estiman que cualquier cosa podría utilizarse para justificar un parón en la aprobación de la amnistía y no ven que la subida del IVA en la luz y el gas "a los catalanes" (les daría exactamente igual si solo se le subiera al resto) sea una medida que deban apoyar.

Lo curioso es que el PP parece que le ha cogido el tranquillo a cómo están funcionando los socios del gobierno. Después de que el ministro Félix Bolaños llamara a Cuca Gamarra para pedirle su apoyo, la respuesta no ha sido que no, ha sido "bájame", "súbeme" y "cámbiame", es decir, muy cerca de cómo se comportan los socios. ¿PNV, Bildu, Bloque, ERC, CC, Junts, Podemos y ahora, para algunos asuntos, el PP? Lo cierto es que la legislatura promete...  

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