¿Dónde está La Chusma Selecta?

La obra del Capitán está cargada de mensajes contra los poderes fácticos y por la defensa de valores para una sociedad más justa e igualitaria

16 de mayo de 2025 a las 11:49h
Ofrenda en el Falla a Juan Carlos Aragón.
Ofrenda en el Falla a Juan Carlos Aragón.

Se cumplen seis años del fallecimiento de Juan Carlos Aragón Becerra. Una vez le oí decir a Javi Bohórquez: “Me hubiera encantado que Juan Carlos hubiera visto como la gente ha dicho ole tú y tu forma de vivir”. A pesar de que él no pudo verlo, no hay duda de que se ha convertido en una leyenda para una parte considerable del mundo carnavalero y hasta de más allá de él. Su obra se ha expandido desde el barrio de “La Laguna” (Cádiz) hacia el mundo convirtiéndose en una referencia para millones de personas.

Al Juancarlismo, lo define muy bien la periodista Sandra Pérez en “Juancarlismo, la palabra disfrazada”: “Dícese de la filosofía del canto y la palabra que desprende la obra del autor del Carnaval de Cádiz Juan Carlos Aragón Becerra y del movimiento cultural de sus seguidores, los Juancarlistas, que comparten su singular visión de la vida y el carnaval”.

Soy Juancarlista. Del poeta y carnavalero, no del ladrón. Somos muchos y muchas. Y, por ese motivo, tras estos seis años sin él, surge el hacer una reflexión de lo que esto significa. Una reflexión de su forma de hacer y de su obra.

Nadie puede dudar de la caracterización del Juancarlismo que describe Sandra Pérez como movimiento cultural. Un autor que fue capaz de generar un movimiento de seguidores dispuestos a profanar su palabra. ¿Y qué palabra? La de la subversión. Lo describe muy bien la filóloga gaditana Cristina Braza en los estudios y artículos que desarrolla sobre el Capitán Veneno: “El día en el que lo que se cante en el Carnaval de Cádiz deje de molestar a quienes ostentan el poder y, por el contrario, en vez de incomodar sea aplaudido, habremos fracasado para siempre. ¿Ha llegado ese día? ¿O todavía no?”

La obra del Capitán está cargada de mensajes contra los poderes fácticos y por la defensa de valores para una sociedad más justa e igualitaria. Además, hizo una caracterización de Andalucía donde la oligarquía sigue pesando sobre los hombros de andaluces y andaluzas. Juan Carlos siempre agitó nuestras conciencias para revelarnos por la libertad, el anticlericalismo, el antimilitarismo, la lucha contra la extrema derecha… Utilizó el carnaval como un vehículo para expresar su visión de la sociedad, aplicó la filosofía y su intención fue levantar la conciencia de los más jóvenes. Con esa mirada amplia del mundo cargó su guitarra. En su última obra, El carnaval sin mí, manifiesta: “Mi función como filósofo unido a la de carnavalero militante me brinda el deber de hacer que el ruido llegue hasta vosotros (hasta alguno de vosotros, quiero decir)”. Ese “hasta alguno de vosotros” se refiere a lo que denominó la Chusma Selecta.

En su libro, “El carnaval sin nombre”, define a la Chusma Selecta de la siguiente manera: La Chusma Selecta está permanentemente abierta a la novedad, venga de donde sea. Es crítica aún con sus propias devociones. Descarta, como regla general, la aplicación de las matemáticas a las ciencias sociales. Posee una sensibilidad que le permite el acercamiento sin que la distancia suponga barrera. Usa como criterio de igualdad el color de la diferencia. Y aunque con razón o sin ella defienda sus pasiones, tiene a éstas mejor educadas que a sus propios hijos”. En este sentido, entendía que existe una relación dialéctica entre el autor y el público que le permite ser fiel a su obra frente a otros autores que se dejan llevar por la Chusma Profunda.

A la Chusma Profunda la define como básica, conservadora y reaccionaria. Para Juan Carlos, el problema no es la convivencia de las dos Chusmas, sino el poder de esta última de hegemonizar el carnaval de manera mafiosa. Una élite minoritaria, que, utilizando la excusa de lo añejo o lo purista, determina una visión del carnaval para mantener sus posiciones e intereses. Aquí está la cuestión para Juan Carlos. La Chusma Profunda consolida una hegemonía basada en romper con la innovación o lo sublime a través del establecimiento de lo más mediocre.

Es recomendable leer su última obra. “El carnaval sin mí”, justifica las sombras del gaditano y es aquí donde analiza cómo la Chusma Profunda ha ido tomando el control del arte carnavalero reduciéndolo a pura artesanía, entendiendo esta artesanía como un engaño conducido a través de la moda y las exigencias del mercado. De esta forma, el carnaval actual va perdiendo identidad y se va degenerando. Pero claro, para Juan Carlos esto no es un botón rojo donde alguien aprieta y desaparece la identidad, todo lo contrario, lo describe como un proceso histórico que define como desgaditanización del carnaval, cuyo objetivo es que este llegue a ser un Operación Triunfo gaditano.

Una situación donde lo estético predomina sobre el fondo, el chovinismo se impone a lo universal y la identidad cultural y social gaditana se sustituye por nuevas identidades artificiales, cuyos máximos objetivos responden a los intereses del mercado. Aquí la cuestión. La falta de dirección que para él tiene el carnaval no obedece exclusivamente al mundo carnavalero, es decir, al carnaval como una isla en sí misma. Se trata de un proceso histórico capitaneado por distintas etapas y factores entre las que se encuentran las consecuencias de la globalización y el neoliberalismo, las cuales, han sido capaces de ir sustituyendo las identidades de los pueblos por las propias necesidades del mercado. Sin entrar en el fondo, lo que sí parece es que, atendiendo a sus reflexiones, los cambios que necesitan darse en nuestro carnaval son estructurales. Sólo produciéndose esos cambios se podrá recuperar esa identidad y el sentido del carnaval que demandan los versos de Juan Carlos. Sandra Pérez lo define de la siguiente manera: “el poder de la palabra…la voz del pueblo que a través de la palabra disfrazada tiene el poder de desenmascarar”.

Seis años después de su fallecimiento, creo que hay que preguntarse ¿dónde está la Chusma Selecta, esa que, según Juan Carlos, está desplazada por la Chusma Profunda? La respuesta es que está en todas partes y que es más necesaria que nunca. No sólo para revertir el mundo carnavalero al que apunta el Capitán, sino mucho más que eso. Los que nos consideramos Chusma Selecta no debemos resignarnos a dar la batalla por perdida. Y esto significa que, sin convertir la palabra de Juan Carlos en un dogma, hemos de ser capaces de reivindicarla y llevarla a nuestra acción militante en nuestra vida cotidiana. Es una responsabilidad que el poeta nos dejó.

Martínez Ares llegó a decir con su comparsa, La oveja negra, que se sentía un “llanero solitario” y que “los autores se han vuelto corderas obedientes, no sacan los colmillos, tienen dientes de leche”. Llaman la atención esas afirmaciones, creo que fueron equivocadas. En ese sentido, este año hubo respuesta por parte del Jona con su comparsa, El cementerio. Este autor reaccionó indignado a los versos de Ares, reivindicando la existencia de un relevo generacional que, de alguna forma, confronta con la Chusma Profunda. Y estoy de acuerdo, hay autores y autoras que reivindican e intentan sacar ese carnaval con identidad: el propio Jona, Beatriz Aragón, Bienvenido, Marta Ortiz, el Chapa, Miguel Ángel Moreno… y el propio Martínez Ares. Todos ellos deben estar unidos y unidas.

El resto de la Chusma Selecta, debemos entender que la responsabilidad no puede ser sólo de estos autores y autoras, que bastante hacen con traernos una agrupación cada año y dar la cara. Con exponerse. También es necesario que la afición que forma parte de esa Chusma Selecta, ocupemos espacios. La Chusma Selecta debe conectar con los problemas estructurales del pueblo. Si el pueblo esta inseguro y emocionalmente frustrado por los problemas cotidianos (sanidad, educación, vivienda...) la Chusma Profunda se crece. Se adueñan de los espacios, no sólo del concurso o el Falla, también de la calle, de los bares, de muchas mentes.

En este sexto aniversario del fallecimiento del Capitán, la Chusma Selecta debe reflexionar sobre su papel. Esto no es sólo responsabilidad de los autores que han seguido la senda que manifestaba Juan Carlos. Esto va más allá del carnaval, tiene que ver con la vida cotidiana de la gente. Si la Chusma Selecta se organiza y pelea junto a la gente, en su lucha por la felicidad, inmediatamente el carnaval irá girando a otro rumbo. Si nos conformamos con poner nuestros casetes escuchando agrupaciones de Juan Carlos desde la nostalgia, habremos perdido. La sociedad se encuentra en plena batalla cultural, los reaccionarios van ganando, es responsabilidad de toda la Chusma Selecta disputar cualquier espacio en el que doblegar esos valores mediocres que nos empobrecen como sociedad. Reivindicar a Juan Carlos es pasar a la acción.

Juan Carlos tendía a expresar en muchas de sus letras una especie de nilhilismo y de resignación. Quizás este haya de ser una de las cuestiones más importantes a las que ha de enfrentarse la Chusma Selecta en relación a la obra de Aragón. Cumplir su propia exigencia del quebrantamiento del dogma y demostrarle que ahí estaba confundido. Que si se pelea, se gana y todo se transforma. Romper la palabra del poeta en pro del cambio que a su vez él también propugnaba y, finalmente, poder decirle donde esté: “asquí te equivocahte, cabesa”. Esa es nuestra más importante tarea. La Chusma Selecta debe cumplir con la ruptura de ese planteamiento pesimista de su pensamiento para así alcanzar a consolidar el avance de la defensa de nuestra identidad y de nuestros intereses. La defensa por lo nuestro y por nuestra identidad que es el centro fundamental de su obra. Ese debe ser el más grande homenaje a su memoria.

Salud y libertad.

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