Destinos

oscar_carrera-2

Estudió filosofía, estética e indología en las universidades de Sevilla, París y Leiden. Autor de 'Malas hierbas: historia del rock experimental' (2014), 'La prisión evanescente' (2014), 'El dios sin nombre: símbolos y leyendas del Camino de Santiago' (2018), 'El Palmar de Troya: historia del cisma español' (2019), 'Mitología humana' (2019) y la novela 'Los ecos de la luz' (2020). oscar.carrera@hotmail.es

Protestas contra golpe de estado en Tailandia de 2014, el decimonoveno desde 1932.
Protestas contra golpe de estado en Tailandia de 2014, el decimonoveno desde 1932.

Un factor que abarataba los vuelos a Tailandia cuando la pisé por primera vez era que, hacía apenas unos meses, un golpe de Estado había sumido al país en una dictadura militar provisional, inaugurada con los obligados exilios, detenciones y toques de queda. Cuatro años después, hasta el más tierno infante tiene claro que venían para quedarse. La vecina Camboya, que viene soportando al mismo señor desde hace varias décadas, esperó hasta 2017 para ilegalizar a la oposición y convertirse en una dictadura de facto.

Vietnam, como sus enemigos del norte, ha experimentado un crecimiento espectacular mediante unas reformas de mercado que no han suavizado a las huríes de su paraíso proletario. Laos apenas sueña con una Revolución triunfal, contento —como muchos de nosotros— con Revolución a secas, y Myanmar ha trocado su dictadura militar por una democracia militar que continúa perpetrando horrores, ahora horrores legitimados. (Sólo Malasia y, en menor medida, Indonesia alimentan con algunas razones la esperanza, o mejor, el beneficio de la duda con que solemos confundirla).

Conozco de Filipinas sólo lo suficiente como para figurarme que ya se cometían ejecuciones extrajudiciales antes de tener a un presidente que presumiera de ellas. Pero nadie supera al rey (absoluto) de Swazilandia, que acaba de cambiar el nombre de su país a eSwati, aprovechando que él mismo se llama Mswati. Por otro lado, que Estados Unidos y Rusia compitan en bravuconadas, a ver quién la tiene más great, es sólo un síntoma de su actitud general ante la vida. En Europa el fascismo es como ese gato que siempre acecha en la próxima esquina. Y Brasil no necesita a otro strongman para ser el gigante que pudiera.

Archivado en:

Si has llegado hasta aquí y te gusta nuestro trabajo, apoya lavozdelsur.es, periodismo libre, independiente y en andaluz.

Comentarios

No hay comentarios ¿Te animas?

Lo más leído