Borja Sémper, portavoz de campaña del PP, presentando el 'Verano azul' que no tiene nada que ver con la serie de Chanquete.
Borja Sémper, portavoz de campaña del PP, presentando el 'Verano azul' que no tiene nada que ver con la serie de Chanquete.

Se ha empeñado el Partido Popular con Feijoo a la cabeza en hacernos creer que es posible soplar y sorber al mismo tiempo cuando el más mínimo conocimiento de fisiología humana deja de manifiesto la imposibilidad de hacer ambas cosas al unísono. Por eso me preocupa esa campaña edulcorada y bonachona que con el título de Verano Azul PP pretende ocultar la realidad de los pactos que el Partido Popular y Vox vienen celebrando por toda la geografía nacional. Cómo será la cosa que, hasta la familia del propio creador de la serie, Antonio Mercero, ha denunciado la utilización partidista de lo que probablemente fue la banda sonora de toda una generación.

Porque a mi no me cabe duda de que si Chanquete, aquel pescador bonachón y amigo de los niños, levantara la cabeza volvía a agacharla al ver el estropicio sentimental que han provocado con su manipulación los publicistas que ha contratado el partido de Feijoo para blanquear la realidad de sus pactos con la extrema derecha. Tan falso el pretendido efecto tranquilizador como el propio escenario que utilizaba su portavoz de campaña, Borja Sémper, que pretendía simular una playa idílica en un polideportivo madrileño. 

Y es que la realidad en la que se mueven estos días los populares dista mucho de ese espíritu idílico y tranquilo de su campaña veraniega porque a las primeras de cambio han puesto de manifiesto su doble personalidad como si del Dr Jekill y Mr Hide se tratara. El escandaloso pacto con Vox en la Comunidad Valenciana, que entre otras cosas coloca en la Vicepresidencia Primera y en la Consejería de Cultura al matador de toros retirado Vicente Barrera, es por ahora el paradigma de la locura pactista del equipo de Feijoo, que además ha querido supuestamente alejarse de la negociación de esos acuerdos por si las cosas no vienen bien dadas en el futuro. 

Y como resultado de ese ficticio alejamiento, ha explotado la bomba extremeña cuando su candidata Guardiola se ha propasado en sus consideraciones sobre el posible pacto con Vox, obviando además que la lista más votada en esa comunidad es la de Fernández Varas. Probablemente, el equipo de Feijoo, con el inefable Elías Bendodo encabezando el reparto, sólo pretendía blanquear el pacto valenciano con el teatrillo extremeño pero el experimento parece que se le ha ido de las manos y puede terminar con la convocatoria de nuevas elecciones o con la marcha de su candidata Guardiola, o con ambas cosas a la vez. Y es que los experimentos con gaseosa como decía el clásico.

Y mientras tanto, una vez celebradas las sesiones constitutivas de los Ayuntamientos, toca en los próximos días las de las Diputaciones provinciales que por mor de la convocatoria de elecciones generales se han convertido en el eslabón perdido de todo el proceso. Será este momento una nueva oportunidad para escenificar que sobre el pretendido verano azul tranquilo del Partido Popular planean las cumbres borrascosas de los pactos con Vox, y es que lo de soplar y  sorber al mismo tiempo es como lo de la canción de Siniestro Total: "lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible".

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