Cuentan las crónicas políticas provinciales que la flor y nata del socialismo gaditano celebró cónclave ordinario en el teatro municipal de mi querido pueblo. Y cuentan todas esas crónicas la misma cosa, que una parte del socialismo provincial aprovechó tan señalada reunión para presentar sus credenciales como disidencia interna, algo que por otra parte era totalmente innecesario por cuanto los últimos acontecimientos en torno al cese del anterior subdelegado, Jose Pacheco, y el consiguiente nombramiento de su sucesora, Blanca Flores, había dejado bien a las claras que no era precisamente unanimidad el oro que relucía en la agrupación provincial socialista.
Aquello dimes y diretes, envueltos en la retórica a la que se recurre cuando la dirección va por un lado y una parte de los liderazgos provinciales por otra, habían dejado claro que la Pax Romana que se había disfrutado desde que Irene García ascendiera a las alturas regionales se había resquebrajado quizás irremediablemente por cuestiones de las que ya nos ocupamos en esta misma columna y en su momento.
Y cuentan esas mismas crónicas, y además todas cuentan lo mismo y de la misma manera, lo que lleva a pensar que han sido algo más que inspiradas por el señor Fuentes, que hubo doce intervenciones que el mismo señor Fuentes considera críticas con la actual dirección y que en palabras, al parecer del propio Ruiz Boix, fueron cinco voces críticas y siete reflexivas, lo que no es sino un reconocimiento explícito de que los doce hombres y mujeres fueron como en aquella vieja película, doce sin piedad, porque ya me contaran ustedes qué es lo que separa a las críticas de las voces reflexivas.
La propia enumeración de las y los intervinientes sirve para dibujar, por su mera procedencia geográfica, que quienes perdieron el último congreso provincial y bastantes de ellos también sus cargos institucionales tras las últimas elecciones municipales, han empezado a organizar la oposición interna a la actual dirección provincial, aunque las prisas que alguno mostraron en un primer momento por llamar a rebato pidiendo un congreso extraordinario han sido acalladas por quienes les lideran conscientes de que ahora no toca porque las elecciones europeas están a las puertas y la política nacional requiere de una organización territorial periférica capaz de librar la batalla contra la extrema derecha y el Partido Popular.
Parece pues que la sensatez que reclamábamos en esta misma columna se ha impuesto, aunque solo sea por aquello de que a la fuerza ahorcan. No obstante los fieles a la anterior secretaria provincial y hoy miembro reforzada de la dirección de Juan Espadas han puesto de manifiesto su posición contraria a los designios de la dirección provincial al tiempo que han reforzado su entente cordiale con el llamado romanismo, que fue el triunfador de la contienda en torno al nombramiento para la Subdelegación del Gobierno de España en Cádiz.
Y nadie en la cúpula socialista debió pasar por alto dos fotos vinculadas al nombramiento de Blanca Flores como subdelegada, la primera de ellas la de su toma de posesión en Sevilla, donde aparece acompañada de Irene García y Jose María Román, y la segunda, de esta misma semana, la de su presentación oficial en la sede de Cádiz, donde estuvo acompañada por unos y otros pero con la cúpula provincial ausente. Quienes quieran satisfacer su insana curiosidad sólo tienen que acceder al photocall oficioso o del acto.
Lo dicho, esto no ha hecho nada más que empezar así que toca proveerse de palomitas y un asiento cómodo que el espectáculo está garantizado porque lo peor de la cara oscura del ADN socialista está loco por salir a escena.
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