El PP en su laberinto

El líder de los populares, cada vez que pretende alcanzar la gloria con sus preelaboradas intervenciones termina provocando controversias que dañan gravemente las perspectivas electorales de él mismo y de su organización

04 de octubre de 2025 a las 08:02h
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, en una imagen del inicio del curso escolar.
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, en una imagen del inicio del curso escolar.

No hay día en que no encontremos motivos para preguntarnos qué le está pasando al Partido Popular de Alberto Núñez Feijóo. En ocasiones, cuando veo la sucesión de acontecimientos disparatados que rompen la necesaria armonía de un partido que se considera alternativa de gobierno, recuerdo aquel viejo chiste que intentaba retratar la angustia de los militantes andalucistas: si eres del Betis, de Curro Romero y del PA, ¿tú cuando disfrutas? Pues ese mismo sentimiento de resignación fatalista es el que puede estar invadiendo a la militancia más sensata del Partido Popular, esa que huye de los aquelarres filoextremistas de Ayuso y sus portavoces y también de la retórica extremadamente caricaturesca de Tellado y su partenaire Ester Muñoz.

Y es que cada vez que parece que tienen a Sánchez derribado en la lona aparece como por arte de magia del pérfido sanchismo gobernante algún tema de confrontación política o social que termina con otra bajada en las encuestas que parecen haberse convertido en el único espejo en el que se mira Feijóo. Y, la verdad sea dicha, en bastantes ocasiones, yo diría que las más de las veces, no es Sánchez, sino el Partido Popular el que se dispara en su propio pie hasta el punto que el de Feijóo tiene ya más agujeros de bala que un queso gruyere de máxima calidad. El líder de los populares, bien arropado por su cohorte de insultadores profesionales, Tellado, Muñoz, Gamarra y algún que otro secundario en busca de su minuto de gloria, cada vez que pretende alcanzar la gloria con sus preelaboradas intervenciones termina provocando controversias que dañan gravemente las perspectivas electorales de él mismo y de su organización, y a su propuesta sobre inmigración me remito con esa genialidad del visado por puntos que se ha convertido en trending topic de la imbecilidad política.

Pero sería injusto atribuirle al señor Feijóo la responsabilidad exclusiva de los malos resultados que anticipan buena parte de las encuestas que circulan, entre ella la nada sospechosa de Opina que hemos conocido esta semana y que sitúa al PP como segunda fuerza política por detrás del PSOE y con Vox pisándole los talones. A esto contribuyen también los liderazgos regionales populares y sobre todo el hiperliderazgo populista y extremista de la señora Ayuso que ha olido sangre en la cúpula nacional de su organización y vuelve a ser presa de la sobreexcitación política que padece cada vez que presiente su previsible ascenso a Génova. El comportamiento de Ayuso reiterando una y otra vez el apoyo al genocida Netanyahu, burlándose de la flotilla humanitaria a Gaza en sede parlamentaria en un dueto con su portavoz parlamentario extremadamente cruel para con los grupos de la oposición política madrileña y los propios integrantes de la expedición, puede que de votos en Madrid pero con toda seguridad favorece su perdida en el resto de comunidades autónomas del Estado español.

Contribuye también a ensombrecer el horizonte electoral alguna que otra situación difícilmente comprensible de líderes autonómicos que presiden sus comunidades. El gravísimo error conocido esta semana del cribado de cáncer de mama en el Servicio Andaluz de Salud, con más de 2000 mujeres afectadas hasta el momento, se ha convertido en algo más que un quebradero de cabeza para el moderado Moreno Bonilla que ha tenido que corregir públicamente a la que ya es su tercera Consejera de Salud.

El acuerdo del alcalde Almeida con Vox en el Ayuntamiento de la capital en relación con el pretendido síndrome postaborto, una aberración sin base científica alguna, se ha convertido en otra piedra en el camino de Núñez Feijóo que en el reciente congreso nacional de su partido había conseguido obviar el tema del aborto con la ausencia de valentía política que le caracteriza cuando de los grandes temas de debate político y social se trata. En fin, lo dicho, si eres de Curro, del Betis y del PP, ¿tú cuando disfrutas?

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