El (des)orden mundial

La globalización, el cambio climático o la gestión de los recursos son algunas de las cuestiones que protagonizan la agenda de las generaciones presentes y futuras. Sin embargo, existe otra realidad que se viene anteponiendo frente a toda exigencia humana

El (des)orden mundial. Fotograma de 'Nuevo orden', cinta mexicana.
El (des)orden mundial. Fotograma de 'Nuevo orden', cinta mexicana.

En primer lugar, pido disculpas a mis lectores por el silencio de las últimas semanas. Pero, la actualidad viene estando marcada por informaciones dolorosas y reiteradas que lastran el libre ejercicio de la opinión. En ocasiones, la maldad del ser humano no tiene límites y supera cualquier tipo de expectativa.

Efectivamente, el conflicto entre Rusia y Ucrania es algo más que una guerra y una división entre hermanos. Se trata de la constatación de un mundo caótico y desigual. Tras la finalización de la Guerra Fría, las grandes potencias mundiales llevan salpicadas en un conflicto silencioso y sibilino. En especial, Estados Unidos, China y Rusia no se conforman con ser meros convidados de piedra en la obtención de la hegemonía económica y estratégica del globo.

Y si no, ¿por qué se han producido guerras con anterioridad en Irak, Palestina, Libia, etc.? Las casualidades no existen cuando las armas están empuñadas. Incluso, en la situación actual de Ucrania, la OTAN parece quedarse sin respuesta, pendiente de las últimas palabras que dicte Joe Biden.

La globalización, el cambio climático o la gestión de los recursos son algunas de las cuestiones que protagonizan la agenda de las generaciones presentes y futuras. Sin embargo, existe otra realidad que se viene anteponiendo frente a toda exigencia humana: el reparto de poder silencioso de unos pocos para las próximas décadas. En definitiva, si se utiliza la metáfora, las cañas de pescar son más importantes que los peces que puedan capturarse.

En conclusión, ¿cuáles son las opciones que tiene la ciudadanía para enfrentarse a los desastres de la humanidad? Primero, y con carácter general, debe conocer este orden mundial de fuerzas, que a la postre se convierte en un desorden intencionado. Posteriormente, una sociedad crítica y reflexiva está más preparada para dar salida a los líderes caudillistas y autoritarios que gobiernan en la sociedad. Por lo tanto, la bandera del mundo presente y futuro tiene que estar presidida por esta reflexión de Paul Claudel: “El orden es el placer de la razón y el desorden la delicia de la imaginación”. O lo que es lo mismo, más pensamiento racional para la vida diaria y la creatividad para el mundo imaginario. Eso haremos……

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