El feminismo es teoría y práctica cuyo objeto es equilibrar poderes, espacios y acceso a las oportunidades entre mujeres y hombres. Es el trabajo incansable para conseguir equidad, justicia y libertad en un mundo que oprime a las mujeres, eso es feminismo (y más); y nada de superioridad ni odio por parte de las mujeres.
Empiezo mi colaboración con lavozdelsur.es con un clásico: la necesidad de feminismo en prensa. El feminismo (feminismos) es teoría y práctica cuyo objeto es equilibrar poderes, espacios y acceso a las oportunidades entre mujeres y hombres. Es el trabajo incansable para conseguir equidad, justicia y libertad en un mundo que oprime a las mujeres, eso es feminismo (y más); y nada de superioridad ni odio por parte de las mujeres.
Muchas personas caen en el tópico típico “ni machismo ni feminismo, mejor igualitarismo”. Oigan, no pierdan el miedo a decir palabras que suenen a mujeres, esta lucha la empezaron mujeres para cambiar su situación de precariedad de derechos (yendo incluso a la guillotina) de ahí que se llame feminismo. Y ni el feminismo es lo mismo que el igualitarismo, ni el feminismo es lo contrario al machismo. El machismo es el ejercicio (consciente o no, pero igual de reprobable) de poder masculino con acciones y actitudes que promueven la inferioridad de las mujeres: con leyes, con teorías, con burlas… Así que es la idea preconcebida de que las mujeres somos o entendemos menos; y en este caso concreto que nos ocupa, el machismo es la idea preconcebida de que todas las mujeres no sabemos o no vamos a entender los playoff. Machismo es lo que ejerció Don Alfonso Carbonell en un simple, ligero y humorístico (creía) tuit que decía: “¿Puede haber algo más coñazo en este mundo que explicarle a una mujer cómo va el rollo de los playoff?”. Lo peor es que no es nuevo ni anecdótico, esto se repite.
Y es que muchos hombres, afortunadamente no todos, a veces nos explican cosas a las mujeres sin que les preguntemos nada, porque creen que no lo sabemos (mansplaining); también hay veces que nos dedican un tiempo preciado a contarnos las cosas como si explicasen astrofísica en la guardería, a falta de marionetas; y por último, la mofa machirula que sirve para pavonearse de la pesadilla que resulta explicarle algo a las mujeres, porque por lo visto todas hemos preguntado a la vez (un poco de guasa) y que encima, no entendemos ni media. El machismo en todo su esplendor visible. Sepamos o no de fútbol, nos guste o no a cada una, sabemos cuándo nos están tratando como a carajotas. Y este es el caso.
A pesar de que Don Alfonso Carbonell ha pedido disculpas por su tuit, en otro tuit, haciendo un clic, y que esta sea una acción loable, debo decir que su comentario, nada humorístico, es de una mediocridad reprochable como profesional.
Mire, de profesional a profesional, aunque de campos distintos, le digo que dedicándose a la prensa debería formarse en feminismos e igualdad. Y de gaditana a gaditano en gaditano, le digo: “No te meta en ná, ni me expliques ná, quillo”.


