Otros novios de la muerte

Mi familia y mi territorio son lo primero, son mi libre elección y he de protegerlos con mi vida

ramon reig

Catedrático de Estructura de la Información, Universidad de Sevilla. Entre 1974 y 1991 ejerció el periodismo en medios y gabinetes de comunicación. De todas las tendencias. Desde 1991 hasta ahora es profesor de periodismo. Ha tenido su faceta de literato. Más de veinte libros publicados sobre Comunicación, Historia, Periodismo y Antropología. Once libros de poemas, tres de narrativa, algunos premios, estancias académicas en el extranjero (América y Europa). Ama la música y el gazpacho. Y cree que el periodismo es imprescindible. 

El presidente ruso, Vladimir Putin, ordena a las Fuerzas Armadas entrar en Donetsk y Lugansk.
El presidente ruso, Vladimir Putin, ordena a las Fuerzas Armadas entrar en Donetsk y Lugansk.

La Legión española aún canta aquello de “soy el novio de la muerte”. Es su trabajo y su obligación: me gusta esa canción, se supone que nos van a defender de quienes nos ataquen y pongan en peligro nuestras vidas, las de los ciudadanos civiles que con nuestros impuestos les pagamos sus sueldos y sus armas que desde luego hay que reforzar para que puedan protegernos mejor. La guerra, por el momento, es un mal necesario o eso nos dice la realidad. Un mal necesario al que hay que intentar remediar para que sea la razón y no la emoción ni el instinto quienes gobiernen nuestras vidas y de esa forma nos diferenciemos de las demás especies de animales.  

Más, oh, he aquí que entre la ciudadanía no castrense hay predicadores de la guerra, que son los nuevos, los otros novios de la muerte, ¿cómo progresar así? La muerte no sabe ya dónde meter tanto novio laico o religioso que predican la paz al mismo tiempo que pregonan la muerte. Como las representaciones reales que proceden de la Edad Media, en una mano llevan la cruz y en la otra la espada. Y las hacen compatibles. Y lo son. Pero si lo son para ellos lo serán también para todos, incluidos Putin, Xi Jin Ping y demás malos de la película occidental made in Hollywood.  

Se conmemoran ahora los 75 años de fundación de la OTAN. Los otanistas están de fiesta, le cantan serenatas a la muerte. Y hay otanistas progresistas -como el Grupo PRISA- y otanistas conservadores -como el Grupo COPE-. Aquí apenas hay diferencia, todos se unen para agasajar a la muerte, a la señorita OTAN. Todos van detrás del flautista Tío Sam hasta la muerte o la victoria, todos son hermanos de la muerte en nombre de la libertad y la democracia. ¿Por qué? Porque existe Putin, afirma Carlos Herrera desde la COPE. 

El señor Herrera estaba hace algo más de una semana alabando al Cristo de la Semana Santa y poco después va de pretendiente de la OTAN. ¿Hubiera querido su Jesucristo que prosiguiera la OTAN en estos tiempos? Bueno, Jesucristo, que yo sepa, usó el látigo contra los mercaderes, no contra las tropas romanas, no le gustaba el mercadeo en la casa de Dios. A la Iglesia, propietaria de la COPE y de Trece TV, por lo visto y escuchado, le gustan los mercadeos y la guerra, no atiende lo que dice su supremo mandatario, el Papa Francisco. Hay una Iglesia española -y no española, alemana o gringa- que es más papista que el Papa. 

¿Era necesaria la OTAN tras la caída del Pacto de Varsovia? ¿Hablan de OTAN o de venta de armas? La Iglesia más terrenal es doble novia de la muerte, guerrea y adora la muerte porque nos lleva a un mundo mejor, nos libra de este “valle de lágrimas”. ¿Estaba Putin en primer plano una vez que se hundieron la URSS y del Pacto de Varsovia? No, estaba un borracho llamado Boris Yeltsin que le vendió Rusia a Occidente. Yeltsin era bueno, Putin es el malo, ya sabemos que, en esta vida, para que te consideren, debes ser bueno y dócil, en mi caso no sé qué hago escribiendo así en lugar de apuntarme a alguna tribu, partido político influyente o quiosco derivado de esos partidos políticos. 

Esa venta de Yeltsin permitió que la OTAN no solo siguiera adelante, sino que extendiera su presencia hasta los mismos morros de Rusia. Miren, si a mí me ponen tres perros de raza potencialmente agresiva en la puerta de mi casa y cada vez que salgo me ladran y me sacan los dientes y dentro de mi casa está mi familia y dispongo de una escopeta, llega un momento en que saco la escopeta y me cargo a los tres perros, aunque luego me apliquen la ley de protección del animal irracional y agresivo. Así es la vida, no la he inventado yo, como cantaba en mis tiempos Sandro Giacobbe. Si quiero la paz en mi casa, debo estar preparado para la guerra, por desgracia, es la única forma de hacerse respetar. Mi familia y mi territorio son lo primero, son mi libre elección y he de protegerlos con mi vida. 

La OTAN está reunida porque teme la llegada de Trump al poder. O sea, que los novios de la muerte temen que otro novio de la muerte se convierta en novio de la paz y o se marche de la OTAN o les siga diciendo a sus dóciles colegas que se arrasquen el bolsillo y dejen de depender tanto del tío Sam y su pensión. EEUU seguirá siendo una gran potencia, pero también el país más endeudado del mundo cuando en 1945 era al que más dinero se le debía. 

¿Un magnate inmobiliario como Trump puede parar la guerra de Ucrania sin forzar otras guerras en otros lugares? ¿Va a terminar con el cuento pavoroso que se han montado para acojonarnos, afirmando que Putin va a invadir toda Europa cuando ni siquiera ha sido capaz de tomar Ucrania en unos meses? Putin será lo que sea menos idiota y suicida. Un ejército harto de frente de combate lo va a poner ahora a conquistarnos cuando la economía de Rusia ha crecido más que la de los países de la UE, cuando el mamporrero Israel le está tocando las partes bajas a Siria y cuando el misterioso terrorismo internacional mata a más de cien rusos inocentes de una tacada…    

¿Cómo se va a tolerar que Trump no siga con la guerra ahora que hemos convencido a los países nórdicos para que se sumen al club de los novios de la muerte? Algo parecido -prevenir una guerra nuclear- hizo Kennedy con la URSS en los inicios de los años 60 del pasado siglo. ¿No habrá por ahí algún francotirador naturalmente al servicio de Cuba, Irán, Rusia, Corea del Norte y China que le ajuste las cuentas al tal Trump que además es un machista,  xenófobo y homófobo? ¿O un simple accidente de aeronave como el que sufrió Omar Torrijos en 1981? Vaya, qué lástima, se perdieron los papeles del “accidente” cuando EEUU invadió Panamá en 1989 en nombre de la libertad. ¿Y un experto envenenador ruso corrupto para comprarlo como Stalin “compró” la fórmula de la bomba atómica USA a través del espía doble, el físico alemán Klaus Fuchs?      

En junio de 2001 formé parte de un grupo de profesores de periodismo al que invitaron a la sede de la OTAN en Bruselas. ¿Saben ustedes qué pasaba en junio de 2001? Que había un vientecillo de paz en el mundo, una tendencia a que se acabaran los servicios militares obligatorios, un deseo de que el siglo XXI no fuera el sangriento siglo XX, en definitiva. Nos ofrecieron un excelente alojamiento y unas interesantes conferencias privadas por parte de altos mandos de la alianza a la fuerza, ya está bien de decir que se trata de una alianza por la paz y la democracia, nosotros en España votamos en los ochenta -con alta abstención, 41%- por consolidar la alianza con el brazo político de la OTAN, no para sumarnos al militar.   

Era junio en aquel viaje a Bruselas de 2001 y, como dije, había deseos de paz. En septiembre las Torres Gemelas cayeron y el belicismo empezó a subir y subir, destrozamos Afganistán para luego abandonarlo, destrozamos Irak, destrozamos Libia y aún intentamos destrozar del todo a Siria, hoy en día hay más armas que nunca actuando por el mundo y además son más mortíferas de lo que lo han sido jamás. 

Bin Laden o quien sea le hizo un favor a los novios de la muerte que nos decían en Bruselas que la OTAN tenía que seguir, entre otros motivos, por el terrorismo internacional. ¡Pero si el tío Sam y la OTAN son unos de los padres de los yihadistas que salieron de Afganistán cuando la URSS decidió abandonar aquel Vietnam soviético! ¿Qué pasa aquí? Después de la bestialidad de la OTAN en la guerra de Los Balcanes -matando periodistas indiscriminadamente- al mando de un socialista Javier Solana al que alguna prensa lo expuso cuando alzaba el puño en contra de la Alianza, había un deseo de no más sangre. ¿Cómo? ¿Matar a la muerte? Eso no puede ser: la muerte da mucho dinero, mucho trabajo y mucha información a los medios de comunicación que así venden más, no se puede dejar plantada a la señorita Muerte, hay que adorar a su encarnación terráquea llamada OTAN. ¡Hasta a Pedro Sánchez le dan lustre los huesos de la muerte sin cobrar derechos de imagen! 

Si creen ustedes que este es un artículo pacifista típico de la ingenuidad de la izquierda están bien equivocados. No, antes maté a tiros a los perros que amenazaban a mi familia, ahora les digo que los países árabes están demostrando su desprecio al pueblo palestino dejándolo a merced de un país apoyado por la OTAN como es Israel. Los árabes prefieren matarnos a nosotros cuando estamos tranquilamente tomando una cerveza antes que enfrentarse a Israel para defender a sus colegas de cultura. 

Si la OTAN se sigue pasando con Rusia y con Taiwán, China deberá intervenir, debe intervenir. Nada de esto me gusta, nada, a pesar de que mi cultura sea la occidental-judía y domine, por ahora. Porque estamos hablando del fin del mundo tal y como lo conocemos con las fatiguitas que nos ha costado llegar a él. Yo no voy por ahí con pancartas bobas de esas “No a la guerra”, que las puede llevar un novio de la muerte, un nazi, un fascista, un yihadista… El mundo está enfermo de cáncer con metástasis y si seguimos así puede convertirse en cáncer terminal. Habrá que buscar el tumor primario o los tumores primarios y comprobar si la enfermedad tiene remedio. ¿Tiene remedio la especie humana o va caminando hacia ese destino que parece fatal?

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