Las cosas inútiles, esas que no sirven para nada. Nada. ¿Qué cosas no sirven para nada? No sirve para nada la Divina Comedia, de Dante Alighieri, pero se llenan las plazas de parejas que en un solo azulejo son capaces de bailarse un chotís entero, al son de un organillo, que en realidad tampoco sirve para nada. ¿Qué valor tiene ponerse una chaqueta de tela de pantalón de cocinero de restaurante caro, un pañuelo blanco al cuello, una gorrilla lavada a 60 grados en la lavadora y un clavel reventón en el ojal? Lo que no vale para nada es la Divina Comedia ni la canción de Luisa Sigea, que se pueden leer bien a la sombra:
“así que en fantasias
se me passan los meses y los dias,
en fantasias y cuentos
la vida se me pasa”
Así se nos pasan los meses y los días, diciendo que Quevedo no sirve para nada, y arrancándolo a cuarterones de los programas de enseñanza. ¿Para qué? Para que a nadie se le ocurra decirle esto el conde-duque de Olivares:
“¿No ha de haber un espíritu valiente?
¿Siempre se ha de sentir lo que se dice?
¿Nunca se ha de decir lo que se siente?”
Y que lo que sí sirve es la romería de san Isidro y la verbena de San Antonio de la Florida del Parque de la Bombilla. Se nos murió Nuccio Ordine y se nos muere la escuela pública, porque la útil o lo inútil lo definirán, ¿quiénes?, ¿por qué?, ¿para qué?
La vida se nos pasa en no decir lo que sentimos o en gritarnos que lo que sentimos es lo único valioso; que la Divina Comedia no le interesa a nadie y que la romería de san Isidro mola mazo: las bibliotecas se vacían, a pesar del aire acondicionado, y el parque de La Bombilla de bote en bote bajo un sol de castigo. Eso sí: el Cid cabalga…
La cuestión podría ser así: que cada quién decida lo que le interesa y lo que no. ¿No quiere usted leer a Dante?, pues no lo lea, pero luego no reclame. ¿Quiere usted besar a otro hombre en Málaga o donde usted quiera? Pues béselo, y quien prefiera besar a una mujer que la bese. Y al parque de La Bombilla que vaya a quien le dé la gana.
Hay, sin embargo, personas inseguras que necesitan tipøs rudøs que se suban a una tribuna y les digan que lo que ellos hacen es lo único que está bien y todo lo demás hay que destruirlo, después de perseguirlo y encontrarlo. El lector de Dante, fresco, atento a Francesca y Paolo; los bailarines del chotís asaos de calor,, con dolor de pies y felices. Pues un plan perfecto para todøs, ¿no? Pues no, tendrá que venir la burla, la risa y la displicencia hacia el lector de Alighieri o de Luisa o de Francisco, o de quien sea. Y a la escuela se va para aprender cosas de fundamento. Ya se sabe que con fundamentos empiezan los edificios que una vez levantados sirven de viviendas para quien las pueda pagar, viviendas que sirvan más que para vivir para poner en algún lugar el capital y vivir de las rentas. ¿Usted ha pensado que si las medicinas tienen limitado el precio por el Gobierno, también el del PP, por qué no se puede limitar el precio de las viviendas? Real Decreto 177/2014, de 21 de marzo.
¿Para qué sirve la igualdad de hombres y mujeres? ¿Para qué sirve que todøs tengan acceso a la educación pública y gratuita? ¿Para qué sirve un Servicio de Salud público y gratuito? ¿Para qué sirve poder enterrar a los muertos en una sepultura con su nombre?
Estas son las cosas sobre las que hay que decidir el 23 de julio, si estás cosas son útiles o no. Útiles para nuestra vida en común, útiles para quien baila el chotís y también para quien lea a Espronceda. Sin músicos ni gente inútil que se inventan instrumentos musicales y danzas no habría chotís.
Que la tierra le sea leve, Prof. Nuccio Ordine, que prefirió seguir viviendo en Calabria y enseñando en una universidad pública.
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