Jerez de las colas

Carlos Piedras, nuevo jefe de Edición y Opinión de lavozdelsur.es, en un retrato en la redacción del periódico.

Nací en Madrid, en 1965, aunque llevo exactamente media vida viviendo en Jerez. Soy licenciado en CC de la Información (Periodismo) por la Universidad Complutense. He sido jefe de la sección local del Diario de Jerez y también he trabajado en Información Jerez y el Diario Ya (época de Antena 3). He colaborado con El Mundo, Economía y Empresas, Notodo… Soy socio fundador y colaborador habitual de lavozdelsur.es. Últimamente he publicado el libro ‘Sherry & Brandy 2.0’ y he redactado el guion del documental sobre el vino de Jerez ‘Sherryland’. Todo esto ha hecho que me vaya haciendo una idea aproximada de las cosas… 

El antiguo 'Simago' del centro de Jerez, durante el confinamiento. FOTO: MANU GARCÍA
El antiguo 'Simago' del centro de Jerez, durante el confinamiento. FOTO: MANU GARCÍA

Me hago un Jerez Transfer y no deja de sorprenderme cómo está saliendo la ciudad de debajo del confinamiento. Como pandemita, debo decir que ese cómo no es exactamente positivo y que más bien debe entenderse “en qué medida” o “de qué manera”. No sé si es porque estamos a primeros de mes o el motivo exacto, pero es muy llamativa la cantidad de colas que te vas encontrando (más o menos en todas se respeta la distancia de seguridad, todo hay que decirlo) cada cincuenta o cien metros en el centro de Jerez. Me recuerda un poco a lo que en los años 80 se veía habitualmente en prensa y Tv sobre la URSS y los países del Este de Europa bajo su órbita, que cuando un ciudadano, cualquiera, veía una cola en la calle –también cualquiera-, inmediatamente se ponía el último, que era porque “algo habría” en unas tiendas que habitualmente estaban muy desabastecidas.

Personalmente el único país comunista que he visitado por ahora es Cuba y debo decir que, en honor a la verdad, quitando la heladería Coppelia –estoy hablando de La Habana-, que por entonces permitía el pago tanto en dólares (obligatorio para los turistas) como en pesos, no había grandes colas en ningún sitio. Ni siquiera había colas. En Coppelia sí… había gente –siempre cubanos, los turistas iban con sus billetes verdes por otro sitio- capaz de echar su buena hora para disfrutar de unos helados estupendos para sobrellevar bien fresquitos el comunismo, digo el calor de la isla.

Siguiendo con el paseo, constato que la cola en el banco que está en el Frikis’s Corner llega casi hasta la estatua ecuestre obra de Mariano Benlliure (ya ven que en Confesiones nos estamos malacostumbrando a hablar en clave… y todo por no decir del Santander a Primo de Rivera, que ya me dirán si es o no más corto). Gente haciendo cola para el cajero, para atención directa en oficinas... de todo. Un poco más abajo, la cola de Correos también era tremenda, de hecho alguno de los últimos podía perfectamente tomarse un café y media tostada –por la hora- en La Manzanilla. ¿Compras masivas por internet? ¿Rebajas? Ni idea. Me da que no, cada vez tiene más pinta de que es cosa de poco servicio, de que más de uno sigue en el confinamiento.

En Simago (este sí tiene un nombre real más largo: Carrefour Express) también había aforo completo, aunque no era exagerado, no más de cinco o seis personas esperando fuera. Los martes no, pero los lunes en Simago suelen ser días duros, siempre con problemas de reposición en unas estanterías con muchos claros, como si la ciudad hubiera sido azotada de repente por, no sé, un virus o algo así, como en las pelis americanas…

Incluso las paradas de autobús de la plaza Esteve que el Ayuntamiento ha trasladado a Honda por las obras tenían colas, algo inevitable si se tiene en cuenta la concentración que se ha llevado a cabo, que es lo que pega ahora con lo del coronavirus, claro. Pero que nadie tema: el aire que respiran los ciudadanos con las mascarillas ha mejorado notablemente con la colocación de unos bonitos maceteros, así que ya no hay problema en lo que llega o no un bus de un servicio que sigue incomprensiblemente reducido al máximo…

Y eso es lo que he visto en un breve paseo no más allá de 300 metros de mi casa en Jerez de las Colas. Fase 2, Fase 3… la gente reclama ya unos servicio que por ahora no está recibiendo, ni del sector público ni del privado, dos meses y medio después del encierro. El confinamiento sigue en algunos casos, está claro…

Pues sin esperar cola alguna pasamos ya a su magazine de prensa, La Pandemia, al día. No sabemos cómo ha salido el off the record de Irene Montero de una entrevista concedida justo el día después de las manifestaciones del 8-M. A ver, sabemos que lo grabó ETB y que ha aparecido en ABC, que lo han reprochado medios de izquierda (sobre todo Público) y que te puedes echar unas risas con la parodia del youtuber Un Tío Blanco Hétero, pero aún no podemos confirmar quién ha movido los hilos. ¿El PNV, el PSOE, la T.I.A. o la A.B.U.E.L.A.? Hasta El País, eh, hasta El País pone en entredicho la versión oficial del cese del coronel de la Guardia Civil De los Cobos por parte del ministro Grande-Marlaka. Este medio da plena veracidad a una nota reservada mientras distintos medios a su derecha piden abiertamente el cese del ministro de Interior. En CTXT Mar Calpena habla en “Auge y caída del país de los camareros” de la oportunidad que puede suponer el coronavirus para abordar algunos de los males del sector turístico…

Cuba, además de turismo, tiene grandes escritores, uno para cada gusto: Cabrera Infante, Lezama Lima, Pedro Juan Gutiérrez… Todos con un poquito de ron moreno acompañando la lectura, claro.

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