'Una hora con Pedro'

Carlos Piedras, nuevo jefe de Edición y Opinión de lavozdelsur.es, en un retrato en la redacción del periódico.

Nací en Madrid, en 1965, aunque llevo exactamente media vida viviendo en Jerez. Soy licenciado en CC de la Información (Periodismo) por la Universidad Complutense. He sido jefe de la sección local del Diario de Jerez y también he trabajado en Información Jerez y el Diario Ya (época de Antena 3). He colaborado con El Mundo, Economía y Empresas, Notodo… Soy socio fundador y colaborador habitual de lavozdelsur.es. Últimamente he publicado el libro ‘Sherry & Brandy 2.0’ y he redactado el guion del documental sobre el vino de Jerez ‘Sherryland’. Todo esto ha hecho que me vaya haciendo una idea aproximada de las cosas… 

Pedro Sánchez, durante su comparecencia del fin de semana. IMAGEN: TVE
Pedro Sánchez, durante su comparecencia del fin de semana. IMAGEN: TVE

Pedro Sánchez le ha cogido gusto a salir en la tele. No sé si se trata de una prerrogativa más de la declaración del estado de alarma o qué, pero el fin de semana hemos salido a alocución diaria. Si el sábado fue la ‘celebración’ de la semana en que se decretó el confinamiento, ayer domingo 22 la disculpa fue informar sobre la cumbre telemática mantenida con los presidentes de las comunidades autónomas.

Yo, al principio, entre que andaba recogiendo la mesa y fregando los cacharros, como que no me enteré muy bien: de hecho lo primero que pensé fue en qué morro le echa La 1 (la cadena que tenía puesta… por cierto, ya habrá tiempo de hablar del papelón que está haciendo) repitiendo el ‘speach’ de la noche interior. Pero me di cuenta del sutil cambio en el color de la camisa del protagonista, tampoco era el mismo fondo…

Efectivamente, el envoltorio había cambiado: era lo mismo pero no era igual. Total, que tras el éxito de Una hora con Pedro del sábado por la noche, parece que el programa busca afianzarse también en horario dominical, en este caso en la franja vespertina, con idea de llegar más a las familias recluidas, digo, confinadas. En Moncloa tienen muy claro cuáles son los horarios que acumulan shares más importantes y en esa zona de la parrilla han decidido ubicar los dos días Una hora con Pedro, sin duda la gran revelación de la temporada. Por ahora, Pedro se dedica a tirar balones fuera en todo lo que se refiere a la previsión de la desgracia que tenemos encima –incluida su familia tras los positivos primero de su esposa y ahora de sus suegros, desde aquí nos desmarcamos un momento del tono del artículo para desearles una pronta recuperación— y va armando el relato en la respuesta que se está dando desde el Gobierno… tiempo habrá de hablar de ello.

Volviendo al tema que nos ocupa, personalmente creo que Una hora con Pedro tiene posibilidades por explorar más allá de la pandemia. Estamos ante un hombre con presencia, con pico y que además tiene a la mayoría de las teles de su parte… eso es un filón, queridas amigas y amigos. Pedro, como hacía en su día Hugo Chávez y (creo que) actualmente Nicolás Maduro, podría perfectamente utilizar un programa de televisión para llegar a la audiencia –incluso intercomunicar con ella— en temas de distinto calado social y personal, dando siempre su opinión templada y sosegada, utilizando tanto su tono normal como el ‘tonillo convencer’, sí, ya saben, ese tono enfático, levemente bajo y arrastrado que tanto gusta entre sus seguidores y que tantas satisfacciones le ha dado en política. “Cómo podrían quedarme más esponjosas las torrijas”, “Mi novio quiere hacer un trío y yo otro, pero al revés”, “¿De verdad es efectivo meter las medias en el congelador para que no se te rompan?” o “Vino blanco o vino tinto con el bacalao” son algunas de las preguntas de amplio espectro que podrían tener cabida en Una hora con Pedro, siempre teniendo en cuenta en la selección de las cuestiones a tratar que el programa del sábado noche es más pícaro y el del domingo por la tarde forzosamente más familiar. Es lógico. Crisis sanitaria, crisis económica, crisis catalana… son temas que tienen su público y en su momento serán objeto de atención, claro, pero la vida continúa y hay que insistir en que estamos adelantando contenidos, estamos hablando ya a dos meses vista, que es como se trabaja en la tele.

Lo que es seguro es que tiene que ser con Pedro. Ya, ya sé… Hemos hecho mención a Venezuela, un país que –dicen— tiene enamorado a sus socios de Gobierno, seguidores de Chávez y su legado. Personalmente creo que Una hora con Pablo no sería lo mismo. Pablo Iglesias tienen ese rintintín, como dice no sé si en serio o en broma una amiga mía, ese punto hosco que al menos en prime time haría todo más complicado. Habría que ver si encaja en horario de madrugada o dotándole de una sección propia dentro de Una hora con Pedro, tal vez ahí…

Pues otras Confesiones que se van sin que les cuente gran cosa. El domingo se fue entre algo de tele, algo de lectura –ando con Una casa de tierra, una rareza escrita por Woody Guthrie, sí, el cantautor de izquierdas que firmó la mítica This land is your land que ha cantado exactamente todo el mundo en Estados Unidos—, algo de bici… y vuelta a empezar, todo ello sin dejar de lavarme las manos. Ayer, después del sexto lavado me apareció una ecuación de segundo grado que, por cierto, me entretuve en resolver…

Ayer ni a tirar la basura. Ánimo a todos…

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