Aleluyas y perros de alquiler

Carlos Piedras, nuevo jefe de Edición y Opinión de lavozdelsur.es, en un retrato en la redacción del periódico.

Nací en Madrid, en 1965, aunque llevo exactamente media vida viviendo en Jerez. Soy licenciado en CC de la Información (Periodismo) por la Universidad Complutense. He sido jefe de la sección local del Diario de Jerez y también he trabajado en Información Jerez y el Diario Ya (época de Antena 3). He colaborado con El Mundo, Economía y Empresas, Notodo… Soy socio fundador y colaborador habitual de lavozdelsur.es. Últimamente he publicado el libro ‘Sherry & Brandy 2.0’ y he redactado el guion del documental sobre el vino de Jerez ‘Sherryland’. Todo esto ha hecho que me vaya haciendo una idea aproximada de las cosas… 

El oratorio 'El Mesías' de Haendel.
El oratorio 'El Mesías' de Haendel.

[En el momento en el que empiezo estas Confesiones de cómo fue el martes, las doce menos diez del miércoles 18, un vecino tiene puesto El Mesías de Haendel, el famoso coro del Aleluya, lo que hace que me precipite a internet a ver si… a ver si nada, aunque dicen que China está muy cerca de la vacuna].

La gente –alguna, otra sigue ‘viviendo su experiencia’ en las redes fecales— se está empezando a enfadar con lo que transmiten los telediarios. Unos optan, en este orden, por lo que podríamos llamar espectáculo social-economía-muerte y otros por economía-espectáculo social-muerte, total, que aquí nadie parece reparar en que hay más de 500 compatriotas muertos en poco más de una semana. La muerte, a fin de cuentas… ¿a quién le interesa si podemos sustituir esos minutos por el perro de alquiler, el alpinista limpiador o el bingo de la ‘urba’?

Sin ir más lejos, la presentadora de A3 Noticias, para referirse a los viejos que han muerto en una residencia de Madrid, dice que “han perdido la vida”, y lo dice en el mismo tono del que puede darse una vueltecita por la oficina de objetos perdidos a ver si hay suerte y la encuentra. Y así todo. Todo mientras crece el sentimiento de que los políticos nos han vuelto a tomar el pelo. Los políticos y sus técnicos adláteres. Ay, lo bien visto que estaba solo hace unos días el tal Simón, el médico ese de “los jerseys de pelotillas”, y miren ustedes ahora. A mí también me caía bien y me chocaba que mi amigo F. se refiriera a él desde el principio acordándose de la supuesta profesión de su madre. Hoy, con su voz metálica, parece un personaje salido de la serie V, la de la invasión de los lagartos, algo hasta simpático si no fuera porque es el que aventuró que en España habría unos pocos casos y se mostró neutral -¡un epidemiólogo!- sobre lo de acudir a las manifestaciones del 8-M… Dejémoslo estar, que tiempo habrá para pasar “la factura”, que es la palabra que empiezan a usar firmas de referencia como Alberto Olmos o Miquel Giménez en los digitales.

Total, la rutina: comienzo el martes echando un vistazo a ocho o diez digitales, limpio un rato y luego cruzo unos whatsapp precisamente con mi amigo F, profesor de Filosofía, que está corrigiendo exámenes. Después de los últimos hallazgos en mis manos –ayer, por cierto, en el cuarto lavado apareció en la derecha no sé qué de las mónadas, átomos metafísicos de Leibniz, nacido en Leipzig… todo, como ven, muy inconexo— me ofrecí a corregirle unos cuantos exámenes de la materia, por hacer algo… No tema la inspección, que fui rechazado pese a que ya ve que estoy completamente al día. Escribí la edición de ayer de este artículo, me tomé el aperitivo –no quiero perder las buenas costumbres— y vi el telediario que me tocó ya definitivamente los cojones sobre la información que se está dando (A3).

Vi mi serial –sin éxito, no hubo cabezada— leí un poco y luego bajé al gimnasio que A. se ha montado en el sótano. Media hora de bici a ritmo de un CD con alguno de mis grupos favoritos (Stone Roses, That Petrol Emotion, Manic Street Preachers, Blur… todo muy ‘actual’, ja ja) para conseguir un ‘estupendo’ dolor de piernas, ducha, lectura y cena –me acabé el conejo (¿?), no está la cosa para andar tirando nada- mientras veía el Telediario de TVE-1, que vaya telita también. Y después… y después, sólo unas horas después, ni me acuerdo bien qué vi en la tele. Recuerdo haber visto un momento una especie de testimonios sobre la pandemia y luego un reportaje sobre el Boeing 737 MAX, sí, otro que tal baila…

No he salido nada de nada desde el domingo que tiré la basura (dos minutos). Me desdigo de lo que escribí líneas arriba: que alguien me alquile un perro, por favor…

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