Raúl-Ruiz-Berdejo
Raúl-Ruiz-Berdejo

Raúl Ruiz-Berdejo, secretario local del PCE

Ocurrió hace poco más de un año. Warren Buffet, director ejecutivo de Berkshire Hathaway y poseedor de la cuarta mayor fortuna personal del mundo, valorada en más de 58 mil millones de dólares, reconocía públicamente lo que es un auténtico secreto a voces. "La lucha de clases existe y la estamos ganando los ricos", afirmó en un arranque de sinceridad el multimillonario norteamericano. Desde luego, si no fuera por el autor de semejante afirmación, nadie debería sorprenderse a estas alturas. Efectivamente, la lucha de clases existe y, evidentemente, la están ganando ellos.

"Nosotros, los empresarios, votamos al PP, que es quien defiende nuestros intereses". He aquí otra afirmación que nadie debería poner en duda. El PP defiende unos intereses de clase y prueba de ello es, por ejemplo, la Reforma Laboral, aplaudida por los grandes empresarios, que pueden despedir a trabajadores por una miseria. Sin embargo, algo no termina de encajar si quien pronuncia esa frase es un humilde vendedor de calcetines en el mercadillo de los sábados.

Aunque, aparentemente, las dos aseveraciones reseñadas no guardan relación alguna entre sí, si profundizamos en cada una de ellas, comprenderemos que la segunda responde al por qué de la primera. Efectivamente, la lucha de clases existe. Y, como asegura Buffet, la están ganando ellos. Y la están ganando porque la otra clase, la nuestra, la que está cosechando una visible derrota, a diferencia de su opuesta, no es consciente de la lucha que se libra, ni del rol que debe desempeñar en ella.

No es difícil encontrar a autónomos y pequeños empresarios que, hablando como si fuesen el mismísimo Amancio Ortega, rechazan tomar parte en la lucha de la clase trabajadora porque, sencillamente, no se sienten parte de ella. Y, sin embargo, la realidad demuestra que se equivocan. Porque no son ellos quienes se benefician de las políticas sociales, laborales o fiscales que la clase dominante impone. Al contrario, son los primeros que las padecen.

Tampoco es difícil encontrar a trabajadores aplaudiendo los ataques que sufren otros compañeros de clase. "Que los echen a todos", claman algunos como si el sufrimiento de sus semejantes fuese a mejorar sus situaciones particulares. "Que les bajen el sueldo, que ganan mucho dinero", gritan otros sin ningún tipo de contemplaciones. De nada sirve explicarles que su lucha debe consistir en mejorar sus condiciones y no en esperar a que empeoren las de los que tienen a su lado. Pocos son capaces de entender la lucha en su conjunto, de enfocar el mundo desde una perspectiva de clase.

Ese es el principal éxito del sistema y una de las razones del resultado que actualmente arroja la lucha de clases. El individualismo capitalista, alimentado durante décadas en nuestro país, impide a nuestra clase actuar como conjunto, cosa que sí hace la clase dominante, consciente de la lucha que se libra. Por eso están ganando ellos, porque existen quienes entienden como ajeno el sufrimiento de sus semejantes, quienes sólo reaccionan cuando la amenaza se aproxima a ellos y quienes ni siquiera son capaces de hacerlo aun habiendo sido empujados al abismo.

No pretendo pecar de pesimista. Al contrario. Podemos darle la vuelta. Y lo haremos. Claro que antes tendremos que afrontar un profundo trabajo de concienciación. Hay demasiados ojos que permanecen cerrados, demasiadas conciencias en letargo. Por eso hay que insistir, una y otra vez, en la necesidad de enfocar la política desde una perspectiva de clase. Y no se trata de hacer proselitismo de ningún partido, de decirle a nadie a quién debe o no debe votar o, simplemente, apoyar. Se trata, ni más ni menos, de explicar a algunos las consecuencias de tirar piedras contra su propio tejado.

Si has llegado hasta aquí y te gusta nuestro trabajo, apoya lavozdelsur.es, periodismo libre, independiente y en andaluz.

Comentarios

No hay comentarios ¿Te animas?

Lo más leído