Contar en palabras sencillas el trabajo que hacen estas personas en sus laboratorios es complicado.

Cuando estudié la carrera de Periodismo en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla, nunca imaginé que mi futuro estaría relacionado directamente con la ciencia en su sentido más amplio. Desde hace nueve años, trabajo como divulgadora científica, es decir, intento acercar a la sociedad las diversas investigaciones y descubrimientos que llevan a cabo investigadores residentes en nuestra provincia que, sin apenas financiación y recursos (esto daría para otra columnita) logran cosas maravillosas que nos ayudan a mejorar nuestra calidad de vida.

Contar en palabras sencillas el trabajo que hacen estas personas en sus laboratorios es complicado. Tengo que reconocer que tanto tecnicismo a veces ha originado en mi mente verdaderos colapsos, pero de una forma u otra he conseguido salir airosa y explicar con mis palabras y de la forma más rigurosa posible temas relacionados con la aeronáutica, la química, la física, la genética o la arqueología subacuática, porque, amigos, la investigación realizada dentro de las áreas de las humanidades también existe y es de suma importancia.

Pero además de trabajar como periodista científica, una de mis funciones es crear y poner en marcha diversas acciones que hagan más cercana eso de la investigación a los ciudadanos. A esa función la llamamos desde hace unos años divulgación científica y en torno a ese término podemos encontrar fundaciones públicas, asociaciones, blogs, redes sociales, pequeñas empresas privadas… Es muy importante que todos conozcamos en qué se invierte el escaso dinero público o privado que se destina a I+D+i en nuestro país y para ello es fundamental encontrar nuevos caminos a través de los cuales todos podamos comprender bien distintos aspectos de la ciencia.

Porque no es lo mismo leer una publicación científica a que te la cuenten en vivo y en directo o poder ver in situ cómo la química, la física o la biología forman parte de nuestro día a día a través de la puesta en marcha de un experimento en el que nosotros podemos participar de forma activa.

Pero la divulgación científica, además de ser innovadora y, con ello, conseguir acerca la ciencia y el conocimiento a las personas, debe ser rigurosa. Hace unos días, acudí a unas jornadas donde nos reunimos divulgadores científicos de toda España. Este foro, esencial para conocer cómo se encuentra el sector y donde nos ayudamos a superar los traumas fruto de este trabajo (entiéndase la ironía), sirvió para conocer en detalle nuevos métodos e iniciativas que estaban logrando el tan ansiado objetivo de hacer que cada vez más personas se interesen por la ciencia.

Unas de las charlas que se impartió fue de una youtuber, una influencer (disculpen el término, pero ahora se llaman así) para mi desconocida hasta ese día, ya que tengo que reconocer que no sigo a nadie de ese mundo. El caso es que Daniela, que es como se llama, es super conocida en su país de origen, de hecho ha realizado campañas de publicidad muy importantes. Esta joven se dio a conocer por sus videos de moda, sus consejos para adolescentes en materia de amor y otros tema similares. Tiene miles de seguidores en la red Twitter y tengo que reconocer que es una comunicadora extraordinaria. De hecho, me gustó más en directo que en sus videos (que he visto a posteriori), ya que es una joven cercana, amable, simpática y que derrocha energía. Daniela vino a vernos para contarnos que desde hace algún tiempo hace videos donde aborda temas científicos y eso había hecho que, por desgracia, hayan bajando sus seguidores. Que una chica joven, guapa y con éxito, comience a hacer divulgación científica es una gran noticia, ya que a través de ella se puede llegar a un tipo de público más diverso y se puede lograr despertar la curiosidad sobre la ciencia en personas de las que de otra forma sería imposible. No obstante, a mi Daniela me dejó preocupada.

Ella ha sido duramente criticada (yo diría que de forma desproporcionada e incluso demandable, en varias ocasiones) por su estilo y forma de vestir. Ella misma en las jornadas se preguntaba “¿por qué una chica guapa, tatuada y con escote no puede hablar de ciencia?”. Y tiene razón, ¿por qué no?  Desde mi punto de vista, ese no es el problema. Ella puede vestirse como le de la gana, faltaría más, y puede hablar de lo que quiera. Pero hay dos cosas que me inquietan: la primera, es que ella misma reconozca sin tapujos (algo que también es de agradecer por otra parte) que usa poca ropa para conseguir más followers, y la otra, que no tenga ningún tipo de formación ni asesoramiento científico y que su discurso se centre en algún texto puntual que ha caído en sus manos o que ha leído en internet.

Del primer punto diré que aunque ella se autodefina como feminista, haga videos sobre micromachismos y asegure que se viste así porque ella quiere y que nadie le obliga, a mi como mujer me resulta muy penoso que para tener más followers haya que enseñar cacho y, creo que esa sí es una actitud machista que refleja que no tiene muy claro determinados conceptos. Me da igual de lo que hable en sus videos: moda, religión, series de televisión o ciencia. Creo que es una chica con una capacidad comunicativa extraordinaria y si para triunfar tiene que mostrar buena parte de su anatomía, nos está mostrando de forma clara que tenemos un problema.

Del segundo punto diré que para mí eso no es divulgación científica, o ¿es eso en lo que queremos que se convierta? Información sin contrastar, enseñanzas que pueden o no ser reales… y enlazo con lo que indicaba antes: la divulgación científica, además de ser innovadora y, con ello, conseguir acerca la ciencia y el conocimiento a las personas, debe ser rigurosa. No todo vale y mucho nos ha costado que en determinados círculos se crean esto de transmitir el conocimiento generado en los laboratorios a la sociedad para que se desprestigie en un momento con mensajes que pueden ser erróneos o directamente falsos. Creo que el fin no justifica los medios. Hay que acercar la ciencia a todos el mundo, pero no convertir este objetivo en un mero pretexto para hacer un espectáculo.

PD: La semana que viene volveré a escribir sobre alguna de mis escritoras africanas. 

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