¿Te has comprado un coche entre 2006 y 2013?: así puedes reclamar tu indemnización por lo que te cobraron de más
¿Te has comprado un coche entre 2006 y 2013?: así puedes reclamar tu indemnización por lo que te cobraron de más

Jerez no puede ser una gota de aceite en medio del agua, no puede permanecer como un búnker en el que se permite el libre albedrío del coche por la zona histórica.

Me avergüenzo de los gobernantes que tenemos y hemos tenido. Siento un profundo rubor por el trato que le han dado al centro histórico y a la fuente de riqueza que representa. Su indolencia, falta de interés y nulo compromiso jamás serán olvidados. No quiero resultar pesado, pero a partir de ahora comenzaré todos mis escritos con esta pequeña frase, aunque en nada tenga que ver con el tema del artículo, como es el caso de hoy. Así, a modo de salmo como los que rezaban los primeros cristianos en catacumbas o los creyentes medievales en aquellos templos góticos adornados con esculturas que infundían un profundo terror en ellos, un temor a la cólera de un Dios vengativo y estricto. La diferencia es que ellos creían que les iba a resultar y sus plegarias serían estimadas. Yo tengo claro que puede no servir de mucho, pero hay que intentarlo todo y perseverar siempre en el empeño.

Estuve viendo el otro día un reportaje titulado así, cochecracia, que trataba sobre la invasión del coche en las ciudades, el desprecio por el peatón y en las campañas publicitarias que han convertido al vehículo privado en una aspiración de vida, como una prolongación del propio cuerpo y algo sin lo que sería imposible entender la existencia como la apreciamos en la actualidad. Y todo ello apoyado por las respectivas administraciones públicas, que lógicamente ven en la industria automovilística un nicho de empleo que hay que mantener a toda costa.

Centrándonos en Jerez, este reinado del coche se ha visto reforzado con la construcción del carril bici, que ha resultado ser una infraestructura que le ha robado aún más espacio al peatón en líneas generales. Se ha quitado espacio de las aceras, en algunos casos la totalidad del mismo, pero una iniciativa destinada a limitar el uso del vehículo privado no ha despojado de espacio a este, con lo cual la incentivación de su uso es prácticamente nula. Por cierto, un carril bici que en intramuros ni olemos y en la mayoría de los casos ni siquiera se acerca a la línea de la muralla. Quizá nunca te hayas percatado de una cosa: en la zona interior de la muralla, quitando la calle Consistorio, por todas las calles por donde cabe un coche, entran los coches. Estamos hablando de un centro histórico, no lo olvidemos, algo que en cualquier ciudad sería impensable. Y es que me gustaría que respondieras a algunas preguntas: ¿has visto alguna otra ciudad donde se permita la circulación por el reducto de su catedral, o en la que éste se convierta en aparcamiento masivo improvisado al menos dos veces al día? ¿Has observado en algún otro lugar una imagen tan abominable como la que vemos aquí a diario en la zona trasera de la comisaría del Arroyo? Son sólo dos preguntas, pero podría haber realizado muchas más, porque hay calles estrechas por donde no caben vehículos y personas a la vez, la plataforma única es prácticamente inexistente y desde luego no se controla ni la velocidad ni el acceso de los coches por unas calles que ni son avenidas ni están preparadas para tanto trasiego.

Jerez no puede ser una gota de aceite en medio del agua, no puede permanecer como un búnker en el que se permite el libre albedrío del coche por la zona histórica. Y hay modelos en España que pueden servir de ejemplo. Pontevedra ha reducido un 88% el tránsito de vehículos por su casco histórico en quince años, lo que la ha convertido en un ejemplo a escala mundial de sostenibilidad y socialización de sus espacios públicos. Zamora, Burgos, Granada, Córdoba…..Incluso Cádiz, que ha visto aumentada su zona peatonal de forma exponencial en los últimos años. Finalmente todo repercute para bien en los comerciantes, al principio desconfiados y luego totalmente convencidos; también en los ciudadanos, que ven aumentado su espacio de convivencia y esparcimiento; y, en fin, repercute positivamente en la propia ciudad en sí, ya que se proyecta una imagen bestial de ella que produce un efecto llamada no sólo de turistas, sino de personas que quieren vivir en esa ciudad tan fantástica y utópica, pero real.

El debate sobre si dejar transitar bicicletas por la calle Larga no es más que un síntoma y demostración de las poquísimas zonas estrictamente peatonales que hay en Jerez, ya que de lo contrario ese debate ni siquiera se habría producido. Hay que meterse en la cabeza que no hay futuro para nuestro centro histórico sin peatonalización, una labor de años, pero que hay que comenzar cuanto antes porque ya llevamos lustros de retraso. Derrocar al rey coche y entronizar a una nueva reina: la persona, ese es el camino al que debemos acceder lo antes posible, aunque sea difícil, imposible para algunos, de entender y asimilar.

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