Portada de la novela 'Las luces del fin del mundo' de Germán Fonteseca.
Portada de la novela 'Las luces del fin del mundo' de Germán Fonteseca.

Este verano presentaba en el programa que hago los sábados en Frontera Radio, el escritor y periodista Germán Fonteseca, su último libro Las luces del fin del mundo’cuyo entrevista pueden escuchar al final de esta columna.

Es una novela de ambientación distópica, es decir, nos presenta una sociedad terrible en la que nadie quería vivir. ¿Qué podría pasar en nuestra sociedad para que de pronto todo se desmoronara como un castillo de arena? Fonteseca nos presenta una situación que hasta ahora nunca se ha vivido a nivel global.

Pregunto al lector de esta columna: ¿Qué piensas que ocurriría en el mundo, en nuestra sociedad del siglo XXI si de pronto, dejáramos de tener electricidad y todos los aparatos eléctricos dejaran de funcionar?

Posiblemente te hagas una idea, pero el autor va desgranando poco a poco las situaciones que van a ir ocurriendo. Desde la pequeña catástrofe de no tener agua caliente hasta otras muchas más graves. La novela hace un repaso no solo a la dependencia actual de la tecnología y la técnica. También nos revisa la condición humana, nuestra conducta ante eso que los antropólogos llaman ‘los imponderables de la vida real’.

¿En qué tipo de persona nos podemos convertir en una situación extrema? ¿Son precedibles nuestras conductas? ¿Estamos preparados para enfrentarnos a una calamidad?
Precisamente mi lectura del libro coincide con la gran crisis sanitaria de la COVID-19 que es nada comparado ante lo que puede suceder en lo que nos cuenta esta novela.
Porque lo peor es que no es una ciencia ficción imposible, como aquellas novelas fantásticas de marcianos verdes que invadían la Tierra. Lo que sucede es totalmente posible. Puede pasar mañana o ahora. ¿Tienen los gobiernos del mundo planes para actuar ante esto? Más aún ¿y si la misma catástrofe provoca que no haya gobiernos?

La lectura del desarrollo de la novela se te va haciendo cada vez más incómoda y angustiosa conforme avanza pero no debe desanimar al lector. Hay que llegar hasta el final. Entonces comprenderás en sí la magnitud de la novela. Desarrollada en Jerez de la Frontera, en zonas cercanas y en algún otro sitio de España, cuenta la reacción ante la catástrofe de diferentes familias jerezanas que podía ser cualquier familia de las nuestras.

Situaciones cotidianas que los jerezanos conocemos al dedillo nos aterrorizan aún más, porque esta vez, la catástrofe no ocurre en Nueva York. Sucede en la puerta de nuestra casa.

Al lector que no sea de Jerez le servirá también para conocer nuestra ciudad, milimétricamente descrita en sus calles y en muchas situaciones de la idiosincrasia jerezana.
Resumiendo, es un libro que engancha al principio, que agobia por el centro pero que tiene un final que merece la pena, por supuesto, que no te imaginas, que guarda la intriga y que cuando lo cierras al haberlo terminado, te hace sentir que no has perdido el tiempo en absoluto. Léanlo. Háganme caso. No se arrepentirán.

 
https://www.youtube.com/watch?v=WnDaw66iJ20

 

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