Una montaña de dólares.
Una montaña de dólares.

Sí, queridos lectores y lectoras de lavozdelsur.es. Quería compartir con ustedes esta gran alegría, porque entre otras cosas, me ha subido la autoestima hasta las nubes. Nunca había yo ligado tan fácilmente como ahora y es que las redes sociales, como las ciencias en la zarzuela La Verbena de la Paloma, adelantan una barbaridad. Tiene que haber sido por mi indudable atractivo y por mi capacidad de fotogenia. Lo que se conoce de siempre como un flechazo cibernético.

Pues sí, como dice el titular, una joven militar norteamericana con residencia en Israel, ha perdido a su marido en una misión en Iraq. Ha recibido una gran fortuna. El seguro y esas cosas que tienen los militares en acto de servicio. A los extranjeros me refiero, porque a los españoles ya se sabe. Yakolev y tal.

Ella ha contactado conmigo a través de messenger. Le salió mi perfil como recomendado. Será que ya soy influencer de esos. Me contó su dramática historia, lo sola que se siente en estas circunstancias  y el deseo de buscar de nuevo un hombre, atractivo, serio, responsable que cuidara de ella para cuando volviera de la misión y que supiera gestionar su herencia porque ella sabe de invadir países pero no de economía. 

Lo primero que me preguntó es si estaba casado. Le expliqué que tenía pareja de hecho, lo que a los efectos es casi lo mismo. Entonces me pidió que le diera mi whatsapp. Se me encendió la luz de alerta.

– No, no tengo whatsapp.

– No me puedo creer que no tengas whatsapp.

– Bueno, sí lo tengo, pero solo lo tengo para mi pareja.

No quiero extender el artículo. Todo su afán era conseguir mi whatsapp para vernos por video llamada. Ya sé que era mi rostro el principal atractivo por el que se dirigió a mí, pero empezó a manifestar un interés inusitado en ver mi colita. Seguí ya para saber hasta dónde iba a llegar. Me prometió que yo la vería a ella. Su interés era, por si no se han dado cuenta ya, grabarme desnudo, y luego chantajearme  con enviar el vídeo a todos mis contactos de Facebook. Decidí cortar por lo sano.

-Te he dicho que mi marido no me deja que me grabe en vídeo para extrañas.

– ¿Cómo marido?

– Mi marido.

– ¿Estás de broma? me habías dicho que estabas en pareja de hecho.

– Sí, eso te dije.

– Pero no me dijiste que era un hombre.

– No me lo preguntaste.

– Pues no me lo creo.

Siguió insistiendo con verme por vídeo. Lo tenía todo pensado porque le pregunté una vez por la hora, y me contestó con la hora de Israel. O estaba allí, o lo tenía bien pensado.

La bloqueé. 

Yo me di cuenta. Pero sé de gente que no se dió cuenta y cayó en la trampa y los grabaron y fueron chantajeados.

Tengan cuidado. No saben quién está al otro lado del messenger.

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