Sobre los nombres franquistas de los centros escolares

La inclusión de María Josefa Pascual Ríos (Josefina Pascual) no solo es un error sino que constituye una afrenta a la que fue Directora de la Escuela Normal de Maestros en Cádiz y colaboradora de FETE-UGT desde los inicios en 1932 del sindicato en la provincia de Cádiz

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Manuel Santander Díaz

Mª Josefa Pascual Ríos, en una imagen de la UCA.
Mª Josefa Pascual Ríos, en una imagen de la UCA.

Durante 40 años de dictadura se designaron a los centros educativos en España con nombres referidos a personajes vinculados al franquismo o al pensamiento conservador desapareciendo el de las personas que pusieron lo mejor de ellos mismo por la creación de una escuela pública gratuita y democrática, a la par de moderna y renovadora, o a una España abierta: Giner de los Ríos, Eduardo Benot, Salmerón, etc. Así, fueron sustituidos por los frecuentes “Generalísimo”, “Franco”, “Caudillo”, “José Antonio”, etc. a la par de otros nombres vinculados a personajes, en algunos casos locales, que formaron parte del elenco más selecto del nacionalcatolicismo o de la cruenta dictadura franquista: “Pemán”, “Maeztu”, “Lora Tamayo”, “etcétera.

La normativa sobre Memoria Histórica a nivel estatal y autonómico prevé el procedimiento para la modificación de los nombres de los centros escolares basado fundamentalmente en un proceso de abajo a arriba desde la comunidad escolar (consejo escolar) a la administración con competencia en materia de enseñanza del gobierno de la comunidad autónoma. Todo ello de acuerdo con el artículo 15.1 de la LEY 52/2007, de 26 de diciembre, por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura (Boletín Oficial del Estado de 27 de diciembre de 2007) y en el caso de la Comunidad Autónoma de Andalucía la Ley 2/2017, de 28 de marzo, de Memoria Histórica y Democrática de Andalucía (Boletín Oficial de la Junta de Andalucía de 3 de abril de 2017).

Con base en esta normativa se ha procedido democráticamente a cambiar el nombre de numerosos centros escolares no universitarios en la provincia de Cádiz e incluso con anterioridad a la legislación sobre Memoria Histórica y Democrática. Colegios como “Benafelix” en Ubrique, “Ruiz Enciso” en Medina Sidonia o “Profesor Gálvez” en Villaluenga del Rosario son una muestra de las actuaciones eficaces que llevaron a sustituir los antiguos nombres de los colegios citados. “Benafelix” responde a una fuente en la localidad de Ubrique y “Profesor Galvez” y “Ruiz Enciso” a dos Maestros que ejercían en años 1936 y que murieron fusilados por la vileza e ignominia de la represión franquista. Como estos muchos más.

En 1976, en una reunión, en casa, con D. Francisco Giner de los Ríos, sobrino nieto del fundador de la Institución Libre de Enseñanza, destacado hombre de la República española de 1931, exiliado en Chile y México, poeta, ensayista, traductor y antólogo español, y su esposa Dª. M.ª Luisa Díez-Canedo, hija del académico Enrique Díez Canedo, con los que mantuve unas relaciones entrañables hasta el fallecimiento de ambos en los años noventa, me reprendió cuando critiqué severamente a un escritor español tachándole de fascista: No solo me reprendió sino que me señaló la trayectoria del llamado “exilio interior” refiriéndose a aquellos artistas, académicos, profesores e intelectuales que se quedaron en España y soportaron y adaptaron al régimen franquista sin prestar una colaboración manifiesta y ejerciendo una mínima oposición. Fueron los que permitieron tender puentes entre la intelectualidad en el exilio y el que hemos llamado “exilio interior”, entre ellos el escritor por mi criticado.

Viene todo esto a cuento por la noticia publicada el pasado 13 de abril de 2021 con el título "7 centros escolares de Cádiz conservan nombres franquistas e incumplen la Ley de Memoria Histórica". Se incluye a JOSEFINA PASCUAL como franquista junto a otros nombres de personajes que están en el nomenclátor de centros escolares en la provincia de Cádiz.

La inclusión de María Josefa Pascual Ríos (Josefina Pascual) no solo es un error sino que constituye una afrenta a la que fue Directora de la Escuela Normal de Maestros en Cádiz y colaboradora de FETE-UGT desde los inicios en 1932 del sindicato en la provincia de Cádiz. Mujer de gran cultura, traductora de textos de matemáticas; referente, junto a Gregorio Hernández de la Herrera, Andrés López Gálvez y otros, de las innovaciones en la formación del magisterio y la implantación del llamado Plan Profesional que se consideró como la mejor planificación de la formación de maestras y maestros de la primera mitad del siglo XX en Europa. Llegó como Profesora de Matemáticas de la Escuela Normal del Magisterio de Cádiz en 1925 y nombrada directora de esta en 1934, cargo que continuó ocupando hasta el año 1967. Ya, muy joven, durante su etapa en la Escuela Normal de La Laguna se distinguió por su preocupación por elevar el nivel de la escuela: En una sesión extraordinaria del claustro celebrado el 24 de septiembre de 1923, ante la propuesta de emplear un sobrante del presupuesto en la compra de mobiliario para el profesorado, expuso la necesidad de adquirir libros para la Biblioteca de la Escuela, oponiéndose a la propuesta de la dirección de esta.

Su actividad como directora a partir de 1936 se limitó a cumplir las normas que se promulgaron, distinguiéndose en la realización de actuaciones que no propiciasen perjuicio al profesorado o al alumnado, sobre todo en los momentos álgidos de la depuración del personal docente. Evidentemente, tras la victoria del levantamiento militar y la instauración del franquismo, se acomodó a la nueva estructura pero no por ello desarrollo actividades que pudiesen identificarla como franquista. A duras penas superó el proceso de depuración pese a la insistencia de algunos miembros de la Comisión correspondiente y de destacados prohombres destacados en el levantamiento militar en la provincia de Cádiz en destacar sus actuaciones a favor de la política educativa de la República. Su prestancia intelectual y su buen hacer fue causa de la defensa que exhibieron algunas de sus amistades de derechas y que la libraron de un destino funesto.

Tengo que recordar a mi respetado Francisco Giner de los Ríos y aceptar que durante 40 años España estuvo colmada de “exiliados interiores” que como muchos se enfrentaron al franquismo de diversas maneras, y una de ellas fue no colaborar o para comer colaborar lo menos posible. En otros casos, los indispensables, se enfrentaron abiertamente a la dictadura y sufrieron cárcel e incluso muerte. Estos fueron los menos.

Continuemos proponiendo el cumplimiento y denunciemos las situaciones que infringen la normativa de Memoria Histórica y Democrática, pero reflexionemos antes sobre nuestras propuestas de actuaciones. Y cuidado con las propuestas, no cambiemos los nombres por el de artistas folclóricos defraudadores, malos e indignos profesores que se distinguieron supuestamente como artistas en géneros populares,… Elijamos bien.

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