'Michi' Primo de Rivera, presidente de la asociación, en una imagen de su cuenta de Twitter.
'Michi' Primo de Rivera, presidente de la asociación, en una imagen de su cuenta de Twitter.

En relación con el “Comunicado de la Asociación Andaluza Jerezanos de la Diáspora” publicado en la edición digital del Diario de Jerez del pasado sábado 24/11/2018, debo hacer las siguientes precisiones:

1a.- Comienza el mencionado comunicado aludiendo genéricamente a unas supuestas“inexactitudes” publicadas sobre “la finalidad, autonomía y organización” de dicha asociación.“Inexactitudes” que no se concretan, no se especifican, porque tales inexactitudes sencillamente no existen, y omitiendo que el asunto planteado en esas últimas publicaciones no atañe a la “finalidad, autonomía y organización” de esa asociación, sino única y exclusivamente a un hecho tan lamentable como que el Ayuntamiento de Jerez acepte que el Festival de Jerez reciba un homenaje público en una berza navideña “exclusivamente masculina”, esto es, con un formato sexista en el que no se permite la presencia de mujeres. Nada más y nada menos.

2a.- Así, todas las proclamas que la asociación hace en su comunicado sobre las supuestas libertad, autonomía, independencia, apertura y antigüedad de esa asociación, sobre las personas privadas que han sido homenajeadas en ediciones anteriores de la berza (cada persona privada, particular, es muy libre de acudir a dónde quiera, no así los representantes de los ciudadanos), sobre que la asociación no percibe ninguna subvención o ayuda pública (mucho mejor; así no hay que pedir que se las retiren), sobre la realización de campañas a favor de determinadas entidades sin ánimo de lucro, sobre la existencia de otra reunión paralela de“Jerezanas de la Diáspora” (parecen ignorar que en español el plural jerezanos no es masculino, sino neutro, incluye a varones y mujeres; sería más exacto que se llamaran Asociación Andaluza de Varones Jerezanos de la Diáspora) y el deseo de fusionarse ambas organizaciones“atendiendo a la lógica de los tiempos” (esos “tiempos” no son tan “nuevos”, el artículo 14 de la Constitución está vigente desde 1978, otra cosa es que algunos entiendan la igualdad de género como una moda), sobre la participación de diversos miembros de las sucesivas Corporaciones Municipales en ediciones pasadas del acto (allá cada munícipe con su coherencia política) y sobre la mayor o menor asistencia de jerezanos de diversas edades residentes en Madrid son, todas esas manifestaciones, sólo un prolijo, farragoso y vano esfuerzo para tratar de justificar lo injustificable con declaraciones del todo irrelevantes al caso, para tratar de confundir distrayendo la atención del público de la verdadera cuestión planteada.

3a.- La cuestión planteada es tan sencilla como lo siguiente: el Festival de Jerez, y el Ayuntamiento de Jerez que lo promueve, como entidad financiada con dinero público, supuestamente comprometida con la defensa y promoción de la igualdad de género y que debe aspirar a convocar a todos los jerezanos y jerezanas, no puede moralmente, no debe, aceptar ningún homenaje de ninguna asociación que se realice en “una reunión exclusivamente masculina, como en los antiguos tiempos, que no todo va a ser cuestión de cuotas”, como claramente me comunicó el presidente de la mencionada asociación; el Festival de Jerez no sólo no necesita ese homenaje, sino que su imagen pública saldrá perjudicada del mismo; y, además, el Festival de Jerez, como entidad municipal, no es moralmente libre para participar en actos de esa naturaleza.

4a.- Es muy cómodo, fácil y vistoso apuntarse a todo tipo de campañas, marchas, carreras, manifestaciones, actos, declaraciones, subvenciones... en apoyo de las políticas de promoción y defensa de la igualdad de género. Todo eso queda en el plano del “compromiso” genérico que realmente compromete muy poco o nada personalmente; es muy insuficiente si sólo se queda en eso, en el marketing político, en la búsqueda del voto. Otra cosa es cuando la supuesta coherencia con esa defensa y promoción de la igualdad de género coloca a cualquier ciudadano, especialmente a un responsable político, ante la tesitura de tener que adoptar decisiones concretas molestas, que inclusive pueden afectar a su esfera personal, que suponen decantarse de un lado o de otro, renunciar a homenajes y ágapes, enfrentarse a determinado grupo social; ahí la voluntad política suele flaquear, se confía en que el paso del tiempo lo sepulte todo bajo el olvido y a seguir con la rutina bienpensante. Quizá eso explique el clamoroso silencio de la directora del Festival de Jerez, de los concejales responsables de las áreas de cultura y de igualdad y, sobre todo, de la alcaldesa.

Antonio Ribelles Calderón

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