El vicepresidente de la Junta, Juan Marín, junto al  consejero de Salud, Jesús Aguirre, a su llegada al Palacio de los Guzmán, el año pasado en Sanlúcar. FOTO: MANU GARCÍA.
El vicepresidente de la Junta, Juan Marín, junto al consejero de Salud, Jesús Aguirre, a su llegada al Palacio de los Guzmán, el año pasado en Sanlúcar. FOTO: MANU GARCÍA.

Que la derecha nunca ha creído en los servicios públicos es una evidencia y que cuando tiene la oportunidad de gobernar, acomete privatizaciones declaradas o en cubierto, siempre apelando demagógicamente a que de esta manera los ciudadanos tendrán un mejor servicio, cosa que a la larga se demuestra que no es así, pero eso ya no les importa porque ya han cumplido sus objetivos al privatizar dichos servicios, que en poco o nada están los de mejorar el servicio y sí los de beneficiar a empresarios muy espabilados.

La decisión de la Consejería de Sanidad de Jesús Aguirre del PP, con el beneplácito del vicepresidente de la Junta, Juan Marín, de retirar la referencia a determinados hospitales públicos en beneficio de hospitales privados concertados es una prueba evidente de privatizar, aún más, la sanidad pública andaluza. Poco ha tardado la derecha en el gobierno andaluz (PP y Cs) sustentado por la extrema derecha, en demostrar su poco apego a los servicios públicos.

Para los municipios de la Costa Noroeste, con esta medida el hospital de Jerez ha dejado de ser el centro de referencia en beneficio del Hospital Comarcal de Pascual. Es decir, los usuarios de estas poblaciones tendrán que ir sí o sí al citado hospital privado concertado para su atención médica, hospital que, como toda empresa, supedita su actividad al beneficio económico que es su esencia de ser como empresa privada.

Los sanluqueños ya no podrán elegir el Hospital de Jerez para sus consultas médicas y, si acostumbraban a ir al Hospital Comarcal de Pascual, más que nada por su cercanía, van a ver como este centro se va a masificar al tener que atender forzosamente a los usuarios de Trebujena y Chipiona, con el deterioro y tardanza en las consultas que ello conllevará.

El PP de Sanlúcar ha dado la callada por respuesta. Cs, en una demencial comparecencia pública de Javier Porrúa, portavoz de su formación en Sanlúcar y fiel escudero de Juan Marín, se ha enredado en su intento de justificar esta medida, demostrando a pesar de su condición de médico, un desconocimiento supino del tema al afirmar que el hospital comarcal era de naturaleza pública.

Otro silencio, muy significativo por cierto, es el del PSOE del alcalde de Sanlúcar de Barrameda, Víctor Mora, que gobierna la ciudad junto a Cs, a diferencia de otros alcaldes de los municipios afectados que ha denunciado la medida. A buen seguro que este hecho le condiciona y en nada eso otro de que un ex alcalde socialista que facilitara en su día la construcción del hospital comarcal, tras su paso por prisión encontrara cobertura laboral en dicho centro o que un presunto clientelismo le favorezca electoralmente. Lo cierto es que no se entiende que, al igual que el PP, dé la callada por respuesta a una medida de la Consejería de Salud que en nada beneficia al conjunto de los sanluqueños.

El gobierno de Andalucía del PP y Cs sustentado por la extrema derecha y en la parte que le toca al PSOE de Víctor Mora no han entendido nada de lo ocurrido con la pandemia y en vez de procurar fortalecer con inversiones la sanidad pública, deciden privatizarla, siendo el ejemplo más palmario lo ocurrido en Madrid. Comunidad en la que la pandemia ha puesto de manifiesto las dramáticas consecuencias de los recortes y privatizaciones en la sanidad pública en dicha comunidad autónoma llevada a cabo por los sucesivos gobiernos del PP.

Puño en Alto

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