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Llevo varios días queriendo dedicar una líneas al organismo interventor municipal de mis jereles. Una subvención a una asociación de vecinos cuyas bases están claras ha de justificarse —presentar facturas— con un tope de tres meses después de su ejecución de la actividad que se pide subvencionar, y si esta no lo hace en el plazo tope se le retira o niega la subvención y santas pascuas. Pero lo que no se puede ir enredando en expectativas de cobro a un colectivo pidiéndole año tras año rectificación y reformulaciones de la solicitud. Han sido durante cinco años posteriores —con aprobación de la subvención en consejo de gobierno local incluso— y acabar los cinco años de esperanzas ciertas e incluso pidiendo que justifique tras esos años con las facturas originales.

Creo que el expediente administrativo y el económico deben de ir de la mano, coordinados atentos el uno del otro. Y no comprometerse en avanzar en el administrativo cuando el económico —no se entregó facturas originales— estaba errado. Como uno está por la mejora efectiva, la eficiencia y eficacia de los servicios públicos, dejo aquí mi propuesta de que nadie, quiero que ningún colectivo pase por este calvario de pedir papeles para un expediente que está errado desde un comienzo al no haber entregado las facturas originales en el plazo de tres meses desde la realización de la actividad.

En mi ánimo colaboracionista y en el respeto a los profesionales técnicos municipales de mi Ayuntamiento abogo por la mejora de los servicios y enriquecer la metodología o hoja de ruta que se ha estado usando con las dichosas subvenciones del 2009 y del 2014 a las asociaciones. Estamos viviendo un cambio de cultura y la implicación de los técnicos municipales en cada firma es de mucha responsabilidad, lo que abogo es por no crear expectativas a colectivos que ven cómo su tiempo y esfuerzo en reparar los errores administrativos cuando una de las condiciones esenciales en las bases no se ha cumplido en su tiempo o plazo. No me vale que me digan que se tiró para delante por si el interventor se arriesga y por si se puede hacer algo —hacer una interpretación flexible del articulado de las bases por el interventor municipal—. Pues no, no vale que se haya tenido que recurrir a una pregunta en un pleno municipal para que nos digan que definitivamente no se cumplió hace ocho años atrás un requisito esencial. El expediente estaba muerto y los vecinos ilusionados en cobrar la subvención estábamos de parranda sin saberlo.

Carta al director de Jesus Palomo Rodríguez.

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