La carretera, esa “ninguna parte” de la que habla Paul Auster en casi todos sus libros. Un like a Rolling Stone de fondo, y ya está. Durante cinco años estuviste haciendo una media de dos viajes al mes (ida y vuelta) de ocho horas cada uno.
Te gusta observar, simplemente eso. Gasolineras, “praos” que dicen los del norte, coches, perros, vacas, caballos, enormes casas de campo abandonadas, polígonos industriales (ay, la belleza triste de los polígonos…). Adorabas atravesar Despeñaperros, y te divertían las caras asustadas de los demás. Si llovía, mejor. Si ibas sola, mejor.
Road trippin.
También te preguntas cuántos pies habrán pisado los campos y montes por los que pasas. Y esas casas abandonadas que por alguna razón que no conoces te parten el alma. Cuando dices a los demás que no te importa mucho pasar ocho horas en un autobús, te miran incrédulos. Pero lo cierto es que lo prefieres al tren, a pesar de la incomodidad.
Landslide.
Sabes que no te importaría vivir en la carretera. Siempre lo has sabido. Eres un poco de varios lugares, y quizá eso hace que no te desagrade la idea de pertenecer todavía a más sitios. Pero no quieres meter más pájaros en la cabeza de los que ya tienes.
I'm on fire.
Una de las voces que más te apetece escuchar cuando estás en la carretera es la del Boss, especialmente esta canción, una de tus favoritas. Tiene la capacidad de transportarte a una ruta 66 interminable de noche, a diners llenos de viajeros solos, a tazas desportilladas de café americano y tortitas con sirope y huevos revueltos.
Starman.
Hace relativamente poco que descubrí de verdad a David Bowie y este tema suena constantemente en el modo aleatorio de mi móvil. No sabía qué hora era y...
Take it easy.
Resuenan ahora los Eagles en tu cabeza, y piensas que podrías estar, como dice la canción, en cualquier esquina de Winslow, Arizona. La carretera es carretera, al fin y al cabo. Suena la psicodelia de Tame Impala. Tres horas para llegar, el cuerpo entumecido. Ya empiezas a dudar eso de que prefieras el autobús al tren…
Comentarios