En política, como en la vida, las palabras importan, pero los hechos son los que terminan marcando la diferencia. Pedro Sánchez y su ministra de Hacienda, María Jesús Montero, han querido vestir de solución lo que no es más que un truco contable: la condonación de deuda a las comunidades autónomas. Lo presentan como un alivio financiero, pero en realidad es una trampa y una mentira.
Trampa, porque se disfraza de medida general lo que no es otra cosa que una concesión a Cataluña, la comunidad que más se ha endeudado. Mentira, porque la deuda no desaparece: la pagaremos entre todos, también los andaluces, que hemos hecho los deberes.
Esta quita es como si en una comunidad de vecinos se decide que todos paguemos la deuda del que más ha despilfarrado. No hay justicia ni equilibrio en esa propuesta. No premia al que gestiona bien, sino al que gasta sin control. Y ese no es el camino que merece Andalucía.
El Gobierno habla de un “beneficio” de 18.000 millones para nuestra tierra, pero no es más que humo. Esos números no se traducen en un hospital abierto, en un aula nueva o en una plaza de dependencia más. Ni un euro de esa operación llegaría a mejorar la vida de los andaluces. Lo único que consigue es mantener a Sánchez en la Moncloa y pagar la “fiesta” de los independentistas.
Frente a esa farsa, Andalucía muestra la solidez de la gestión. En 2018, con el PSOE en San Telmo, nuestra comunidad necesitó más de 4.000 millones de euros del Fondo de Liquidez Autonómico para poder sostenerse. Hoy, tras años de responsabilidad y rigor, la situación ha cambiado de raíz: en 2026 Andalucía no pedirá ni un solo euro al Estado.
Será la primera vez que nuestra tierra acuda sola a los mercados financieros, con la solvencia de quien ha hecho sus deberes y con la confianza de quienes invierten en lo serio y en lo estable. No hay condonaciones ni artificios. Hay resultados: la deuda más baja en trece años, menos de la mitad de la que soporta Cataluña.
Eso tiene un nombre: gestión. Y tiene un responsable: Juanma Moreno, que ha demostrado que gobernar es pensar en la gente y no en los pactos de poder.
Sánchez y Montero deberían tenerlo claro: Andalucía no está en venta. No aceptaremos una operación que no beneficia a los andaluces y que solo responde a un chantaje político. No se puede pedir a nuestra tierra que pague con su esfuerzo los excesos de otros. Andalucía no paga peajes políticos.
Andalucía ya ha demostrado que puede caminar sola. Lo hará a partir de 2026, libre de dependencias, libre de muletas financieras y libre de las trampas de un Gobierno que no piensa en esta tierra más allá de la propaganda.
Frente a la mentira de la quita, Andalucía se reafirma en la verdad de su gestión. Frente a los trucos de salón de Sánchez, Andalucía levanta la cabeza con orgullo. Frente a quienes pretenden usar nuestro nombre como moneda de cambio, reitero las palabras del presidente Juanma Moreno: “No a costa de los andaluces” “A más Sánchez, menos Andalucía.”