Hace unos días Fátima Báñez, esa señora que jamás ha trabajado fuera de la política y que sin embargo es nada más y nada menos que Ministra de Empleo, se despachó con unas declaraciones en las que afirmaba que “la congelación del Salario Mínimo Interprofesional tiene un efecto beneficioso para el bienestar de todos los españoles” y que “con esta medida queremos contribuir con más fuerza a la recuperación y la mejora de la competitividad”.

Desde que Báñez está al frente del ministerio, el S.M.I. (645,30€/mes) no registró ninguna subida el primer año, una del 0,6% el segundo y este año vuelve a sufrir la congelación que nos permitirá competir con países como Bangladesh no en innovación y desarrollo, sino en ver quien puede pagar menos a sus trabajadores. Quizás para el 2015 fije el cuenco de arroz diario como S.M.I., aunque mejor no le doy ideas.

Ayer mismo por cierto, la Comisión Europea comunicó que encontrar trabajo en España no es garantía para salir de la pobreza y que solo alrededor del 35% de la población española en riesgo de pobreza entre 18 y 59 años que encuentra un trabajo, logra salir de ella.

¿Puede explicar esta señora cómo degradando el mercado laboral, fomentando la temporalidad y con un Salario Mínimo ridículo puede resultar beneficioso para los españoles? Y no solo al trabajador por cuenta ajena, sino también al pequeño comerciante, ese cuyo mercado no es el exterior, sino el vecino del barrio que le compra la fruta o el pan, ¿le beneficia que sus potenciales clientes sean cada vez más pobres? ¿Y al que tiene un bar? ¿Irá a tomarse una caña el que apenas llega a fin de mes?

Hace un año y medio y al grito de “que se jodan”, nos anunciaron el recorte en las prestaciones por desempleo, porque según el PP “desincentivaba” la búsqueda de trabajo.

Su alternativa a un subsidio miserable es un salario aún más miserable y si no, siempre te queda la opción del exilio económico, llamado por ellos eufemísticamente “movilidad exterior”. Y si dicha estancia en un país extranjero dura más de 90 días, te retiran la tarjeta sanitaria (para eso no son tan “providas”). Los gobiernos socialistas de Andalucía y Asturias han anunciado que no aplicarán dicha medida.

Vistos los resultados, lo lógico sería que la hubieran cesado hace tiempo, pero su labor que tan malos resultados está dando para la mayoría, no lo es para a los que se debe realmente el Partido Popular, que no somos los que les pagamos sus salarios declarados.

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