Atún y suerte en Algeciras

La relación que uno establece con la suerte es algo personal. Yo me ufano de racionalista pero soy consciente de que este motorcillo funciona sobre un armazón todo de gustos, preferencias y fobias

Ganadores de premios de la Ruta del Atún de Algeciras.
Ganadores de premios de la Ruta del Atún de Algeciras.

La relación que uno establece con la suerte es algo personal. Yo me ufano de racionalista pero soy consciente de que este motorcillo funciona sobre un armazón todo de gustos, preferencias y fobias. Lo único que se puede hacer, como dice Arcadi Espada, es ir con los prejuicios por delante. Si no los pones a prueba, te vas a reducir como una salsa a fuego lento. Pero dicho esto, creo que gozo de algún tipo de suerte. Tiene algo de numérica, es puramente intuitiva, y funciona. Hace unos días, sin ir más lejos, gané uno de los premios de la III Ruta del Atún de Algeciras galardonado con una estancia en el Hotel Punta Carnero. ¡Qué enclave!

Pero volvamos, si no le importa sofocado lector, al viernes en que salimos de ruta. Desplegamos el plano de la ciudad. Marcamos los puntos de interés. Nos pertrechamos con lo necesario y pisamos la calle con la garganta seca, las piernas frescas, el estómago rugidor y la actitud curiosa. Hicimos un alto en el primer punto. ¡Qué placer ese de hacer de crítico gastronómico! Con el tapaporte sellado, retomamos la ruta, el carrito de la niña y alcanzamos el segundo punto de interés. Imagínese usted los tonos que adquirimos cuando nos zampamos un marmitako en la Plaza Mayor. Pues un poco después véanos en la estrechez de la calle Sáenz de Laguna tomando un blanco seco y engullendo un delicioso atún de bellota. Y si no es mucho pedir, observe en una esquina sombreada de la Plaza Neda a nuestra entrañable pareja con su niña dormidita en el carro que reciben con los ojos desorbitados un atún estofado con setas y salsa de soja. En la ciudad había la cantidad justa de personas, el tiempo era agradable, la compañía sublime y el motivo, ya les digo, la III Ruta del Atún organizada por Apymeal. Al acabar el día, nuestros tapaportes tenían algunos más de los sellos requeridos. Los introdujimos en la urna y pa casa.

Este día ya fue en sí mismo un premio. Pero una mañana que se presumía anodina llegó al teléfono un mensaje de Apymeal: le comunicamos que ha sido usted ganador del sorteo de la III Ruta del Atún de Algeciras. Le ha tocado un alojamiento y cena en el Hotel Punta Carnero. ¡Qué maravilla, amigo lector! Este fin de semana hemos consumido el premio. El Estrecho, la piscina y la niña, el interior elegante y acogedor del hotel, el monte Musa, el viento en calma al atardecer, la tapa de chistorra de atún con patatas y huevo frito, la botella de vino vacía, la terraza, los delfines, la noche estrellada sobre nuestras cabezas, el sonido riguroso del mar, la piara de jabalíes correteando, la niña dormida, el firmamento otra vez, los tres faros y nosotros tres sumidos en el caos del universo creyendo que algún tipo de divinidad ha hecho que esta noche se alineen así las estrellas para nosotros. Gracias a Apymeal y a todos los restaurantes participantes hemos recobrado la confianza. La suerte debe ser eso, una especie de optimismo.

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