El presidente de la Junta, Juan Manuel Moren, tranquilo y sin preocupaciones.
El presidente de la Junta, Juan Manuel Moren, tranquilo y sin preocupaciones.

"Tranquilos y sin preocupaciones", decía el amigo en nuestro último encuentro para dar un sentido al resultado electoral andaluz. Pero realmente no se trata de un motivo sino de una disposición.

—Síntoma entonces, ¿de qué?-, me pregunta ahora.

Otros más sofisticados añaden en su análisis la confirmación de un cambio de ciclo en el Gobierno autonómico, y la izquierda se anticipa a apostillar que a peor. Pero si se piensa un poco, para ocupar largo tiempo San Telmo basta con no olvidar tan rápido el legado del antecesor, aún corpore insepulto.

"Tranquilos y sin preocupaciones" era el estado de los atenienses, espoleados por Demóstenes en la asamblea frente al peligro de Filipo de Macedonia. Si quisierais vivir tranquilos y sin preocupaciones, seguid así, gastando sumas ingentes de dinero público en fiestas y entretenimientos. Pero si lo que deseáis es liderar algo, como la democracia, entonces tomaos esto en serio.

Andalucía y España evidentemente, están en un estadio muy posterior. Ya nos vencieron, y a cambio, vivimos dentro de Occidente tranquilos y sin preocupaciones. Nuestra democracia, por otra parte, es joven.

—Bueno, pero en las elecciones tampoco teníamos alternativa ¿no?-, me dice mi amigo en esta nuestra última velada.

Así es, ¿quién va a meterse en su sano juicio en la aventura aislacionista de oponerse al capitalismo o de resucitar a una especie de régimen franquista? Es que la gente tiene la manía de querer vivir bien, más o menos, como un buen burgués.

Lo que ha faltado en la carta de candidatos era una opción que representara un avance democrático y del Estado de Derecho, digamos que fomentara el sentido de la responsabilidad en un ordenamiento jurídico realmente ordenado (con el Covid se ha evidenciado disperso e inseguro); que tuviera en mente una reforma de la Administración para hacer que su funcionamiento estructural fuera más horizontal entre unidades; que ilusionara por vía del emprendimiento desde nuestras potencialidades comunes para un progreso y mejoramiento de la vida presente, en vez de importar contenidos ajenos.

—Sí, un perfil así, más progresista, hubiera sido el único con posibilidades de competirle al continuismo vencedor-, le aseguro a mi amigo ya en las vísperas de nuestra despedida.

—Oye ¿y qué pasó con Demóstenes?

—Si no recuerdo mal, antes de ser aprehendido por los macedonios, consumió el veneno.

—Pues se quedaría tranquilo y sin preocupaciones ¿no?

Archivado en:

Si has llegado hasta aquí y te gusta nuestro trabajo, apoya lavozdelsur.es, periodismo libre, independiente y en andaluz.

Comentarios

No hay comentarios ¿Te animas?

Lo más leído