El intelectual impulsó el Centro de Estudios Andaluces, creó la Junta Liberalista con Blas Infante y llegó a ser el primer director y conservador municipal de los Reales Alcázares de Sevilla. En 1977 volvió a la ciudad hispalense, pero su corazón no aguantó hasta las históricas movilizaciones del 4 de diciembre. En Portugal una lápida le recuerda como "andalucista histórico".
Quizás Andalucía necesite un foro alternativo que, lejos de esta visión privada y castellanista, ni nos diga qué tenemos que decir porque hablamos mal, ni se mofe de nuestra modalidad lingüística