Hay unanimidad desde hace tiempo. Los reconocimientos, mejor en vida. Dónde va a parar. No hay constancia documental de que ningún fallecido recibiera con euforia o satisfacción el aplauso de los que fueron sus vecinos o conciudadanos. Ni de que lo rechazara por inconveniente o molesto.
María Valle (Algodonales, 1951) recibe ahora una ovación sonora, permanente y, algo infrecuente, con plena vitalidad. Las ha conocido de todos los colores pero en cada una se impuso a base de perseverancia.
Ha superado dos veces la enfermedad más mencionada, madre de cuatro hijos, tuvo ofertas para entrar en política y ejerció de empresaria. Pero sobre todo, en todo, fue y es “luchadora”.
Por esa condición, el colegio de Infantil y Primaria Carola Ribed pasará a tener su nombre el próximo curso. “Ahora las madres dirán: voy al María Valle a recoger a mi hija. O le escucharé a los niños: estoy en tercero en el María Valle. Qué cosa más rara oír eso, me va a costar acostumbrarme”, bromea.
La Ley de Memoria Histórica precisaba del cambio porque la señora Ribed era esposa de un dirigente franquista (Rodríguez de Valcárcel). Ella cedió el suelo con el deseo específicio de que se creara un colegio en 1947. Le pusieron su nombre y quedó en el glosario local, o de Puertatierra, como El Carola.
Más de 75 años después llega el momento del cambio. Se somete a votación. En el imaginario bombo están nombres de mujeres muy populares (sólo había una propuesta masculina) como Elvira Lindo, Almudena Grandes o Adela del Moral. También algún personaje histórico, pioneras del feminismo… Al final, la propuesta de María Valle se impone con mucha claridad. Obtiene 44 votos cuando el segundo más respaldado apenas rondó los 20.
Además de su tenacidad confesa, María Valle también puede resaltar por ser una mujer de asombrosa actividad. “No puedo estar mano sobre mano, lo reconozco. Tengo que tener la cabeza ocupada con algún proyecto, con algún plan, siempre con mucho trabajo”.
Esa actitud le llevó a rebelarse en 1992 contra un anuncio inesperado. “El director del colegio, del Carola Ribed, nos dijo que le daban tres días para que los alumnos pasaran a otros centros, el Carmen Jiménez, por ejemplo, porque iban a tirar el colegio, lo iban a derribar. Desaparecía porque en su lugar se construía la avenida que ahora pasa por ahí, la Constitución de 1812”.
Esta madre serrana, que ha vivido en Cádiz desde los cuatro años, estaba en mitad del conflicto. Dos de sus hijas habían sido alumnas (con el tiempo, también lo serían sus nietos) y otra realizaba prácticas de formación, como docente, en el centro. Lejos de resignarse, inició década y media de batalla dialéctica, argumental, para defender que el colegio no podía desaparecer. “Siempre apoyada por padres y madres que también pelearon”, resalta.
El traslado, la eliminación del colegio, siempre le pareció un error y un horror: “Entonces estaba la vía del tren porque no la habían soterrado todavía. Para ir al Carmen Jiménez había que dar la vuelta o coger el puente de San Severiano, o la pasarela de Guillén Moreno. Había gente a la que le quedaba bastante lejos y era un recorrido poco seguro, complicado, con tráfico”.
"Pilar Sánchez era una mujer de trato muy difícil, muy complicada. Era partidaria del derribo y con ella, más que conversaciones, eran discusiones"
Alguien en la Junta de Andalucía había decidido que “ese colegio se quitaba, que el Carola se cerraba y se tiraba”. Desde la administración autonómica se alegaron excusas clásicas como “la aluminosis en las vigas, en la estructura, pero no era verdad”.
El director en el momento crítico era Jaime Garrido: “Movió todos los hilos que pudo hasta que se dio cuenta de que el suelo era privado”, estaba cedido para uso educativo pero era de propiedad privada y eso daba margen para la lucha. Comenzaron casi 15 años de movilizaciones, protestas, reuniones y más reuniones, encuentros, debates y desplazamientos.
María Valle no era presidenta de la Asociación de Madres y Padres de Alumnos pero le pidieron que se pusiera el frente por su capacidad para negociar y reclamar. Su recuerdo de aquellos años es una enciclopedia de la pequeña política provincial. Conoció a varios delegados de Educación y tuvo que vérselas con dos alcaldes (Carlos Díaz y Teófila Martínez).
La lucha comenzó con dificultad. La primera delegada de Educación de la Junta a la que se enfrentaron abiertamente los padres por la supervivencia del colegio fue Pilar Sánchez. La que luego sería alcaldesa de Jerez.
"Teófila Martínez se reunió con nosotros 20 días después de ser alcaldesa y se comprometió en firme. Carlos Díaz, no. Que no y que no"
Hace gestos de disculpa con la mano, como para olvidar algunas actitudes con el paso del tiempo pero al final admite: “Una mujer de trato muy difícil, muy complicada. Era partidaria del derribo sin más y fueron muchas conversaciones. Bueno, con ella eran más discusiones pero vamos a dejarlo ahí”.
El primer golpe se detuvo, el traslado y el derribo quedaron inicialmente frenados. Hubo más intentonas administrativas, como fusionar el Carola Ribed con el colegio Reyes Católicos, reconstruido después 500 metros al Sur, pero los padres habían fijado su postura. Querían un colegio nuevo, propio y en la misma zona en la que estaba, un poco más allá o acá, según las necesidades urbanísticas, pero muy cerca.
En 1995, tres años después del primer anuncio de derribo y con el colegio activo, aparece una aliada inesperada. “Teófila Martínez se reunió con nosotros apenas 20 días después de ser alcaldesa y nos tranquilizó. Se comprometió en firme, nos aseguró que iba a respetar un terreno próximo al colegio de entonces para construir el nuevo y así fue. Carlos Díaz, el anterior alcalde, amigo de mi marido, no se comprometió, no se quería meter, que no y que no”.
También hubo encuentros tensos con consejeros como Manuel Pezzi, "que se puso muy sonriente ante la prensa pero nos había dicho antes en la reunión que la idea de quitar el colegio seguía adelante. Fue muy brusco". Hubo interlocutores efímeros, otros duraderos como Francisco Menacho. Los años se sumaron, hasta 14, entre el primer anuncio de cierre, frustrado, y la inauguración del nuevo colegio reconstruido en 2006.
Familias en fuga
La imagen del colegio se desgastó por el camino. Algunos padres pensaban que la eliminación del Carola Ribed llegaría tarde o temprano y eso rebajó el número de matrículas. "Algunas familias preferían buscar otro colegio para evitarse problemas y traslados si luego iban a cerrar el Carola. Estos días he estado viendo orlas de la época y había clases con once alumnos. Es una alegría enorme ver hoy clases con 24 niños", resume María.
La llegada de Manuel Brenes a la Delegación de Educación de la Junta supuso el giro definitivo, anticipó el final feliz. Este dirigente socialista siempre fue partidario del plan de los padres, construir un colegio a pocos metros del que existía entonces, mayor y moderno, que dejara espacio a la nueva avenida transversal pero evitara el traslado de alumnos ni el cierre de aulas.
La hemeroteca deja constancia de la inauguración en septiembre de 2006, tras cuatro años de obras y con un presupuesto final de 1,4 millones de euros. Inicialmente contó con nueve unidades y albergó a 225 alumnos, más del doble de los que tenía el antiguo. Además, amplias pistas deportivas, aula matinal, comedor escolar y actividades extraescolares.
María Valle y los suyos habían ganado. "Fueron años manifestándonos con nuestros cartelitos cada vez que venía un presidente de la Junta, un ministro, en muchos actos. Algunas veces la liamos, recuerdo una en la plaza de San Antonio -ríe- pero siempre sin gritar ni acosar a nadie. Nosotros nos poníamos allí hasta que podíamos hablar con quien fuera. Fueron muchas reuniones, algunas fuera de Cádiz, mucho tiempo que le quitábamos a nuestras familias pero creíamos que el colegio no se podía perder".
Hoy es el centro público de Infantil y Primaria con más prestigio de Cádiz. "Es el único público, junto con alguno concertado, que tiene más solicitudes que plazas disponibles". Lleva años así de solicitado y en plena crisis demográfica que deja los centros sin niños: "Parece que la gente ha decidido tener perro en vez de hijos", lamenta con cierta sorna.
Este jueves, 24 horas antes de la entrevista, niños del actual Carola Ribed, futuro María Valle, le entrevistaban en la radio: "Me puse más nerviosa que cuando hablaba con los políticos". Acaba de tomar café con Manuel Brenes, el exdelegado de Educación que resolvió el rompecabezas: "Ha sido una alegría verle, está muy bien". Los reconocimientos le llegan de todos lados, entrevistas, saludos cariñosos, "y el nombramiento de presidenta de honor del AMPA que ya me hicieron hace unos años".
Un aplauso en forma de nombre, de placa, que reconoce una historia inaudita en la que ganaron los pequeños, los civiles, los buenos, los vecinos frente al frío e implacable aparato de la administración y la burocracia. El colegio no se perdía y no se perdió. Gracias, entre otros, a María Valle que ahora le dará nombre.
José Valle, Algodonales y la conciencia hereditaria
La pasión por la educación pública y la conciencia por hacerla accesible a todos desde muy niños parecen ser hereditarias en la familia Valle. El padre de María, José, ya fallecido, es responsable directo de que Algodonales tenga hoy abiertos uno de sus mayores centros educativos. Tan capacitado que recibe alumnos a diario desde otras localidades serranas en autobús. Ese colegio es posible porque José Valle, hace más de 60 años, atendió a la petición de un alcalde del entorno que tenía como fijación hacer escuelas rurales.
El padre de María se comprometió de inmediato y donó un terreno en una finca llamada La Madriguera, a unos tres kilómetros del pueblo. "Primero fue una escuela muy pequeñita pero hoy es muy grande. Además, la mayoría de colegios públicos de alrededor han desaparecido y recibe muchos alumnos. Han asfaltado el acceso, cada vez está más equipada, ahora tiene de todo. Es un orgullo. La gente no le da importancia pero yo sí. La escuela está ahí gracias a mi padre y espero que le den algún reconocimiento, algo que lo diga, simplemente. El alcalde me ha dicho que sí, que lo harán".
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