Luisa, con cáncer de mama metastásico tras estar un año con un tumor "probablemente maligno" sin saberlo

Luisa Peinado es una vecina de El Puerto que ha denunciado al SAS para que "esto no vuelva a pasar", como víctima de los errores en la comunicación de diagnósticos de los cribados de cáncer de mama en Andalucía

Luisa Peinado, afectada por los fallos en el cribado de cáncer de de mama en Andalucía.
Luisa Peinado, afectada por los fallos en el cribado de cáncer de de mama en Andalucía. JUAN CARLOS TORO
07 de diciembre de 2025 a las 08:20h

Luisa Peinado, una noche, sintió un dolor muy fuerte debajo de la axila. "Como si fuera una puñalada", describe ella, de forma muy gráfica. Y fue a su centro de salud. El facultativo que la atendió le preguntó si no estaba sometida a tratamiento. Al ver su historial, en un informe leyó que tenía un tumor "probablemente maligno".

Pero nadie le había comunicado nada. Un año antes se hizo una mamografía rutinaria. Fueron pasando los días, los meses, y ni una llamada, ni una carta. Hasta la noche de la "puñalada". Tres días después le estaban haciendo una biopsia. El diagnóstico: cáncer en estadio 4, es decir, metastásico. Del pecho se le había propagado al hígado.

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Luisa sostiene la denuncia interpuesta contra el SAS. JUAN CARLOS TORO

"Entonces supe que tenía varios tumores, al menos cuatro o cinco, y que era un grado 4. Para entonces ya había pasado más de un año desde aquella mamografía", recuerda Luisa, una de las víctimas de los fallos en los cribados de cáncer de mama en Andalucía. Una de la cifra indefinida de mujeres que se han visto perjudicadas por los errores en la comunicación de diagnósticos.

Son 2.317, según datos de la Junta de Andalucía, pero más de 4.000 para Amama, la Asociación de mujeres enfermas de cáncer de mama de Sevilla que alertó sobre estos errores. La crisis del cribado se cobró la dimisión de la antigua consejera de Salud, Rocío Hernández, y obligó al Gobierno andaluz a anunciar medidas, como un "plan de choque" dotado con 12 millones de euros, para contratar a 119 profesionales que agilicen los procesos.

Cuando Luisa empezó a conocer noticias sobre este asunto, sintió "impotencia", "vergüenza", "dolor". Ahora intenta evitar estas noticias. No le hacen bien. "En televisión a veces lo enfocan como si fuera una cuestión política, ¿pero qué tiene que ver la política con mi vida, con mi cáncer, con lo que estoy viviendo?", se pregunta. 

Por eso decidió denunciar al Servicio Andaluz de Salud (SAS), porque considera que no puede quedar impune. "Tuve claro desde el principio que había que denunciar, nadie me tuvo que convencer", sostiene Luisa Peinado, que se apoyó en Amama para poner en marcha el proceso, porque "no sabía cómo hacerlo". Hasta los médicos le preguntaban si no pensaba interponer denuncia.

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Peinado, durante la conversación con lavozdelsur.es.   JUAN CARLOS TORO

Cinco tipos de quimioterapia en un año

Luisa Peinado tiene ahora 61 años. Hace uno que sabe que tiene cáncer de mama metastásico, con afectación en el hígado. En este tiempo, ha probado cinco tipos de quimioterapia. "Al haber metástasis, la primera que me pusieron no servía. Si me lo hubieran detectado antes, probablemente me podrían haber operado del pecho a tiempo y habría sido diferente", sostiene.

El 20 de septiembre de 2023, Luisa se hizo una mamografía de cribado en una unidad móvil, en El Puerto, donde reside. "Por edad, me correspondía. Me la hacen cada dos años, pero nunca me habían mandado carta antes", explica. Por eso no estaba preocupada. "Si no llega nada, es que va todo bien", pensaba.

Pero de esa prueba derivó un informe en el que se reflejaba que el tumor era "probablemente maligno". "Y nadie me llamó, ni a mí ni a otras muchas mujeres", agrega. Como a ella le pasó a las vecinas de su bloque, que se sometieron al cribado el mismo día. "Ninguna recibió carta, todas pensamos que estábamos bien", dice.

Luisa no sospechó nada, pero ahora con el paso del tiempo, echa la vista atrás y tiene dudas razonables. Como si los dolores de espalda que sufría, en lugar de efectos secundarios de su trabajo, tenían otros motivos. 

"Trabajaba limpiando casas, terminaba en una y me ponía con la mía. Si me dolía la espalda, pensaba que estaba cansada, pero ahora pienso que todos esos dolores podían ser del mismo problema, pero en ese momento no lo sabía", reflexiona Peinado.

A la portuense también la sometieron a una operación para extirparle los tumores del hígado. "Estuve tres horas en quirófano y no me quitaron nada", lamenta. "Me dijeron que no se podía, que el tumor estaba escondido, que no lo veían bien", señala.

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Luisa Peinado, vecina de El Puerto, donde se sometió a un cribado del que no tuvo respuesta.  JUAN CARLOS TORO

Empieza la quimioterapia... y fallece su marido

Apenas un mes después de haberle diagnosticado el cáncer metastásico a Luisa, su marido empezó a encontrarse mal. Desde que manifestó los primeros síntomas hasta que falleció pasaron ocho días.

"Tenía como un forúnculo, le mandaron antibiótico y una crema", recuerda Peinado. Pero el antibiótico le provocaba efectos secundarios de todo tipo, entre ellos vómitos y diarrea.

Ella estaba entonces sometiéndose a las primeras sesiones de quimioterapia. No tenía fuerzas para cuidarlo. Llamaron a un facultativo para que lo atendiera en casa, y les dijo que lo llevaran al hospital, "si no queríamos que se nos quedara muerto aquí mismo". Falleció a los pocos días de ingresar. 

Una situación que está afectando a la familia. A sus dos hijos sobre todo, que tienen 32 y 37 años. "Siempre he sido muy llorona, era María llorona, cualquier problema me parecía enorme, todo era llanto. Pero desde que me enteré de lo del cáncer, he cambiado. No duermo bien, estoy distinta, pero no lloro. Ahora tengo problemas mucho más grandes y no lloro. No sé si es un caparazón que me he puesto", señala Luisa.

Todo mientras ella estaba recibiendo quimioterapia, después del shock que le supuso enterarse un año después de que la mamografía detectó que tenía cáncer de mama. "Los médicos me explicaron que si en septiembre de 2023 tenía un grado 4, y no me avisaron hasta un año después, ese cáncer podía llevar al menos dos o tres años en el cuerpo. Siento que he perdido esos años, que me los han robado", agrega.

"Si no me hubieran diagnosticado tan tarde, estaría trabajando"

Luisa tuvo que dejar de trabajar. Desde antes de saber el diagnóstico, iba "dejando" casas que se encargaba de limpiar, porque ya no podía asumirlo. "Si no me hubieran diagnosticado la enfermedad tan tarde, estoy segura de que a día de hoy seguiría trabajando", sostiene. Ahora vive de los 600 euros que le quedan de pensión.

A su hermana, que la ayudaba en ocasiones, se lo comentaba. Que estaba cansada. Que no podía con todo. Por eso, se turnaban para limpiar viviendas. "En vez de echar cuatro horas sola, estaba dos con mi hermana, y así lo llevaba mejor", explica.

Hacía jornadas maratonianas. Salía de una casa y empezaba en otra. Y cuando llegaba, en la suya. Pero llegó un momento en el que la flaquearon las fuerzas. "Me cansaba muchísimo", dice.

Ahora no puede ni hacer apenas tareas domésticas en su hogar. "Intento meter la ropa en la secadora y colgarla de modo que no haga falta planchar, porque no puedo", señala.

La historia de Luisa Peinado, afectada por la crisis del cribado.

Ahora sigue con un tratamiento de quimioterapia en pastillas, que no le deja grandes efectos secundarios. "Me encuentro bastante bien para lo que tengo", dice. "De ánimo estoy fuerte, porque pienso que si yo no estoy bien, no está bien nadie", agrega.

De momento, el tratamiento le ha curado una herida que tenía en el pecho. Tiene esperanza de que sea la definitiva, de que vaya siendo "eficaz". Para ganar calidad de vida. 

Qué espera de la denuncia

Luisa Peinado denunció al SAS y espera que sirva para que "esto no vuelva a pasar". "Que no se pierdan papeles, que no se deje a una mujer un año entero con un informe de probablemente maligno sin avisarla", dice.

"A mí, si me hubieran cogido el cáncer a tiempo no estaría en grado 4, probablemente no tendría metástasis, y mi vida sería otra", reflexiona. Aunque es consciente de que "pensar en eso sirve de poco". Ahora intenta mantener el ánimo —"por mí y por los míos"— y espera que "se haga justicia".

Estos días se ha sabido que la Fiscalía Provincial de Sevilla archivaba la denuncia presentada por Amama por la "supuesta desaparición" de pruebas médicas en el SAS. Sostiene que los "fallos” en la visualización de pruebas en ClicSalud+ se debieron "a una saturación de los servidores por exceso de demanda, sin que se produjera borrado ni alteración de los historiales clínicos".

Una decisión que celebró la Junta de Andalucía, y que Amama anuncia que recurrirá. Luisa es de las que piensa, como la presidenta de la asociación sevillana, que hubo "manipulaciones" en los historiales médicos, algo descartado por Fiscalía.

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Francisco Romero

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