El discípulo maya de Miguel de la Quadra-Salcedo que hoy vende chocolate de sus ancestros en Sevilla

Guillermo Xiu ha vivido mil vidas que "nadie creería". Impulsó la Ruta Quetzal, trabajó en una gran empresa chocolatera y hoy es activista por el pueblo maya. Su abuelo, explica, fue uno de los últimos jefes

Guillermo Xiu, en su puesto del Festival de las Naciones, en Sevilla.
Guillermo Xiu, en su puesto del Festival de las Naciones, en Sevilla. MAURI BUHIGAS
26 de octubre de 2023 a las 20:12h

"No escribo un libro porque nadie creería mi historia". Lo dice Guillermo Xiu. Cuenta que fue antropólogo. "Fui", como si el título de la Universidad de Berkeley, una de las más prestigiosas del mundo, se hubiera evaporado. "Fui", porque esa es solo una de sus muchas vidas, las que ha vivido un hombre por el que parecen no transcurrir los años. Su última vida consiste en perder dinero. "Podría estar bajo una palmera bebiendo ginebra en un coco, porque es lo que hecho durante la pandemia, pero he vuelto". Ha vuelto a Sevilla, al Festival de las Naciones, donde tiene un puesto de chocolates. Discreto el espacio, pequeñito, un estand más con una bandera de México bien visible, un país que, cuenta, no le representa. Porque él es maya, insiste, y bien podría poner la de Guatemala, El Salvador, Honduras o Belice. En todos ellos se mantienen las comunidades mayas. Solo es que, circunstancialmente, él nació en México. La historia de Guillermo se cuenta de muchas maneras. Esta es una de ellas.

Guillermo nació en una de esas comunidades mayas. "Nosotros no tenemos una unidad como tal. Tenemos 17 dialectos, pero tenemos nuestra identidad. Como le pasa al Kurdistán". Un pueblo que ha sido y es objeto de su estudio, y sobre el que ha realizado divulgación, como un documental, y como presidente de la Red Orgánica Maya. Y no solo eso. "Fui el instigador de la primera Aventura 92, que después sería conocida como Ruta Quetzal, financiada por Banesto, y liderados por el aventurero Miguel de la Quadra-Salcedo. Dice de él que sigue vivo en su corazón, fruto de la gran amistad que les unía, o les une.

"Miguel de la Quadra-Salcedo fue el motor de muchos trabajos de mi vida"

"Él fue quien metió interés por Iberoamérica. El iberoamericanismo es esencial, porque puede contarse su parte sangrienta, pero también podemos recordarla como el proceso por el cual un primer español regresó del viaje y habló de las maravillas que había visto. La Ruta Quetzal la hicimos en diferentes países y lugares y yo solamente trabajé con él en la parte maya. El último que hicimos fue en mi tierra, Balcar", conocida también por "la laguna multicolor". Una laguna multicolor como la de la canción de la Abeja Maya. Porque de ahí viene el origen de la serie que antes fue cuento de Waldemar Bonsels. "En el alemán original no dice 'me llamo Maya', sino que dice 'yo soy Maya'".

De este sur de México y norte de países de América Central, cuna de los mayas, surge el cacao, que luego sería replantado en África y el Amazonas, explica Guillermo. Y, también, de allí es la miel de aquellas abejitas mayas. Por eso, hoy vende mezclas de chocolate producido de forma artesanal y miel recolectada con los mismos métodos de sus ancestros. Él mismo viene de una familia recolectora, aunque no una cualquiera, sino de los Xiu, una de las familias que mandaban en la civilización. "Cuando el rey Juan Carlos y la reina Sofía viajaron a México, pidieron conocer al rey maya, y a quien le presentaron fue a mi abuelo", rememora como una anécdota.

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Guillermo Xiu muestra semillas de cacao, pastillas de chocolate y la manteca que surge en el proceso de creación.  MAURI BUHIGAS

Una de las vidas de Guillermo ha sido trabajar con Meliá como escultor de chocolate. Como suena, realizando figuras. Comenzó trabajando en un taller y su amor por el cacao le llevó a desarrollar el proyecto de la mano, también, de una "gran marca" española. Lo abandonó, dice, porque "lo que a ustedes le venden es un placebo". "Fui el símbolo de una campaña de esa chocolatera por el Quinto Centenario del Descubrimiento del cacao gracias a Miguel de la Quadra-Salcedo, porque fue el motor de muchos trabajos que hice en mi vida". Una vez con el aventurero español comió chocolate que encontraron en tumbas mayas. "Yo tengo chocolate envasado al vacío de hace 100 años y es fabuloso, porque es como el vino, fermenta y es como la solera".

Ese chocolate comercial del que recela, dice, genera reacciones adversas por el gluten, la lactosa y el azúcar. "Lo que yo hago es un plan nutricional para que todos puedan comer chocolate sin recurrir ni a la sacarina y sin azúcares. Que eso no es ni azúcar, es un polvo de remolacha pintado de blanco y con un agente antihumectante para que no se apelmace". Para Guillermo Xiu, defender el chocolate es, en parte, defender el legado maya. "El chocolate actual no es nada saludable", sentencia.

"Las abejas, al ser femeninas, necesitan que recolecten la miel mujeres. Si no, pican"

El que se consume actualmente es el que procede de Brasil o África. "Se parece al de nosotros, pero tal y como se comercializa, desestabiliza el metabolismo". Ni siquiera le gusta el chocolate del famoso 99%. "¿Y ese 1% qué es?", bromea. "Lecitina de soja", se responde a sí mismo. "Porque si no, ese cacao tiene un sabor demasiado intenso". En su puesto del Festival de las Naciones de Sevilla, que estará abierto hasta el 1 de noviembre, puede adquirirse por apenas 3 euros unas bolsitas de pastillas de chocolate. Dos variedades, uno con miel y otro sin miel, cacao puro. La propuesta que realiza es tomar ambas a la vez y tratarlo en la boca como un caramelo. "El cacao es un sabor umami, ni dulce ni salado, y se siente especialmente al final de la lengua, casi en la garganta".

A través de la Red Orgánica Maya, continúa con la recolección de la miel y el cultivo del cacao. No llega a números de venta importantes, no hará crecer el producto, ni lo vende a precio de reyes. "Pierdo dinero, es mi hobby", ríe. Allí en esa comunidad maya, "son madres e hijas las que recolectan la miel. Porque las abejitas, al ser femeninas, si se acerca un hombre, le pican", bromea.

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Guillermo Xiu, retratado por MAURI BUHIGAS.

Una de las grandes batallas como activista, una de sus tantas vidas, ha sido contra Monsanto, el gigante de las semillas y los insecticidas gracias a la transformación de cultivos en laboratorio. "Hay glifosato en toda la península del Yucatán, incluso el agua contiene agentes desestabilizantes, o se lanzan en aviones para fumigar los campos. Los campos crecen gracias a que el Gobierno mexicano les ha abierto las puertas. Cuando vencimos a Monsanto para evitar que llegaran a esta zona, sacaron un nuevo producto aliados con Bayer para volver a intentarlo", relata.

Otro de los productos que vende en su puesto es el cacao en polvo, que se parece más, una vez preparado, al chocolate de Navidad que al colacao. Además, vende manteca de cacao, una especie de jabón blanco que recomienda a quienes padecen algún problema en la piel, como la psoriasis. En la cultura maya, desconocida mayoritariamente, no es que fueran sacerdotes o curanderos. "Somos fitobotánicos y hacemos ceremonias, pero no es un sacerdocio. Hacemos ceremonias para la lluvia. Y curamos, pero con plantas, porque los medicamentos provienen de las plantas". Algunos de los más consumidos proceden de un tubérculo de la zona del Yucatán.

"Curamos, pero con plantas, porque de ellas provienen los medicamentos"

Sobre ese legado de los mayas, que se va perdiendo, cuenta varias razones. Una, que los propios hijos de mayas acaban acudiendo a la ciudad, hartos de una vida pobre y rural. Acaban renegando de sus orígenes o cayendo en las drogas. "Por ejemplo, no nos hemos beneficiado en nada de lo que ocurre con el turismo en la Riviera Maya. De hecho, son playas privadas y no tenemos derecho a pisarla". 

Otra de las razones es la naturaleza "desprendida" del maya. Cuenta la historia de un sacerdote maya que curó con medicina basada en plantas a un chino rico al que su propia medicina oriental le daba por desahuciado. Este hombre le ofreció dinero. "Le dijo: 'Podrías comprarte el pueblo, ser el dueño'. Y el sacerdote le contestó: 'El pueblo ya es mío'".

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Un momento de la entrevista a Guillermo Xiu.  MAURI BUHIGAS

Después del Festival de las Naciones, a saber por dónde estará. Aunque está casado con una aragonesa y tiene hijos en España. La vida de aventurero es muy difícil y ya tuvo que decidir, si familia o aventuras. Y le tiró la familia. Guillermo tiene un aire entre místico y pragmático, consciente de que vive una vida que extraña. Por ejemplo, que fue vecino de un tal "Francisco Sánchez, allí en playa del Carmen", y que aquel 25 de febrero de 2014, en que Francisco Sánchez, más conocido como Paco de Lucía, falleció, estaba con él en la playa, a apenas 100 metros. "Cayó en la arena como uno debe irse, sin enfermar".

Esta anécdota es solo una realidad más de aventuras y momentos ocurridos que ya ni siquiera buscaba. Una vida que por mística pudiera parecer prestada de Colombia y su realismo mágico. Sí, pide para la lluvia, pero también considera que se ha pervertido esa imagen mística para aprovecharse de la cultura maya en México. Hace chocolate premium, defiende con artes de vendedor veterano los beneficios de su producto, y a la vez, rechaza hacer más grande su pequeña industria. Esta vida de Guillermo Xiu, la de chocolatero, es solo una de muchas. Y esta era una forma de contarla. Quien quiera, puede ponerse en contacto con la Red Orgánica Maya para realizar estancias en su región junto al lago multicolor, el de la Abeja Maya. O puede acudir antes del último día del Festival. El primero de noviembre beberá tequila con chocolate en su puesto para despedirse de Sevilla. Hacia la próxima aventura.

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Pablo Fdez. Quintanilla

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