Otro 'Black Friday' en los mercados 'zombis' de Jerez

Tres comerciantes resisten en las 'Plazas' de La Plata y Federico Mayo, que en este caso tiene instalaciones costeadas con fondos europeos hace una década. En La Plata, Antonio el zapatero es quien abre y cierra ante la desidia municipal de los últimos años. El nuevo ejecutivo promete actuar, pero necesita financiación

Manuel, pescadero del mercado de abastos de Federico Mayo, el penúltimo superviviente de un centro municipal inaugurado hace diez años. Aquí no saben nada de 'Black Friday'.
Manuel, pescadero del mercado de abastos de Federico Mayo, el penúltimo superviviente de un centro municipal inaugurado hace diez años. Aquí no saben nada de 'Black Friday'. CANDELA NÚÑEZ

Más que en Black Friday, la fiesta del consumo masivo y compulsivo en el mundo occidental, las plazas de abasto de barrios históricos de Jerez, La Plata y Federico Mayo, vivan en un permanente Blue Monday, ese que llaman como el lunes más triste del año. Precisamente los nuevos modos y maneras del comercio, muy digitalizado, muy volcado en las multinacionales, tenga mucho que ver con la negrura de barajas echadas de los mercados tradicionales.

Unas instalaciones municipales que son como muertos vivientes. Zombis que abren sus puertas cada día para que por sus galería desfilen espectros. Solo sus últimos detallistas resisten como supervivientes de otra época, capaces de aguantar el tipo día tras día y mantener una pequeña llamita de un comercio tradicional en extinción. 

Manolo y Antonio son dos de los tres miembros de esta resistencia de las plazas de abasto de la periferia de Jerez. Si el mercado central de abastos trata de sacar la cabeza del agua, en la popular barriada de El Chicle, en el Distrito Sur, y en la del histórico barrio de La Plata llevan años tocados y hundidos. 

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Antonio, fotografiado en días pasados, tiene la llave para abrir o cerrar el mercado de La Plata.   CANDELA NÚÑEZ
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Desperfectos en las instalaciones.   CANDELA NÚÑEZ

"Yo llevo 50 años en la Plaza de El Chicle, con 12 o 14 años empecé y tengo ahora 62 años", cuenta Lolo, pescadero de toda la vida en la barriada que vivió como hace una década se producía la demolición del viejo (pero vivo) mercado de abastos de Federico Mayo y se inauguraba, con cargos a los fondos europeos del Plan Urban, estas nuevas instalaciones municipales. Curiosamente fue María José García-Pelayo, la actual alcaldesa, la que cortó la cinta, pero el mercado no entraría en funcionamiento hasta un año después por diversos problemas en la infraestructura. "En ocho años la anterior alcaldesa, Mamen Sánchez, no piso esto", lamenta ante un puesto que a duras penas resiste. "Lo que hago es acarrear bolsas y acercarlas a las clientas, ¿no ves que esta barriada es sobre todo de gente muy mayor...? 

El mercado es un cementerio comercial. Todas las barajas bajadas. Paredes desconchadas y algún cartel recordando que las instalaciones se sufragaron hace diez años con dinero de Europa. Los bancos de la plaza exterior los han puesto dentro a buen recaudo, "para que no los rompan". Unos 700.000 euros para un teóricamente moderno edificio que cuenta con doce puestos. Pero apenas resiste Lolo con sus merluzas y acedías. El recovero, el otro placero que mantiene el hilillo de vida de esta Plaza, se encuentra de baja, por lo que también su puesto permanece cerrado. Aquí no hay ofertas, ni Black Friday. Si abre es porque el pescadero gira la llave de la puerta y levanta un día más, un día menos, la persiana.

El último en llegar hace veinte años y el último en irse

Algo idéntico ocurre varios kilómetros al noroeste de la ciudad. En La Plata, es Antonio el que tiene la llave. Él abre y cierra el mercado de abastos del histórico barrio. Él, que curiosamente hace duplicados de llaves en la zapatería que regenta en el interior de unas instalaciones, por lo demás, completamente vacías. "No tengo ni idea de qué va a pasar con el mercado, lo único que sé es que me están pidiendo que me vaya", asiente.

"Cuando estábamos el pescadero y yo no había problema, pero desde el momento en que se fue me empezaron a decir que no podía estar aquí. ¿Qué voy a hacer?", insiste Antonio, pendiente del futuro de un mercado que, en teoría iba a rehabilitarse —según se anunció—, pero que tuvo la mala suerte de perder los fondos europeos que se prometieron. 1,5 millones de euros que iban a servir para transformar la Plaza de La Plata en un mercado gastronómico. El futuro, los clientes, la resurrección. Pero por ahora, tampoco será.

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Antonio, en las galerías vacías del viejo mercado de La Plata.   CANDELA NÚÑEZ
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Desoladora imagen de la 'plaza' de Federico Mayo.   CANDELA NÚÑEZ

Su local actual mide 14 metros cuadrados y asegura que quieren enviarle al mercado de abastos del centro, de apenas 6. Antonio y Lolo cuentan las dificultades para traspasar y gestionar estos puestos. Un sistema burocrática obsoleto que no hace atractiva una concesión que otorga, con muchas dificultades e inversión, el Ayuntamiento. 

"Llegué el último y voy a ser el último en irme", lamenta el zapatero, un hombre que comenzó a trabajar en el mercado de La Plata hace casi 20 años y que ha vivido de primera mano su imparable declive, conforme envejecía la población y los grandes distribuidores multiplicaban sus cuentas de resultados. O la piratería y la economía sumergida para sobrevivir. "Yo me voy a tener que ir a vender pescado con el coche, como hacen otros; esto está imposible, entre los gastos que tenemos y que no hacen nada para que venga gente...", comenta con evidente resignación el pescadero de El Chicle, ante otra semana negra de ventas.

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Antonio y un cliente, en el mercado de La Plata.   CANDELA NÚÑEZ

Actuaciones a largo plazo; actualización del reglamento municipal, a corto

En un pleno municipal reciente, a pregunta de Vox, la actual delegada de Comercio, Nela García, aseguró que, en el marco de las líneas prioritarias del gobierno municipal, cada uno de estos dos mercados necesitarán actuaciones específicas, "con búsqueda de subvenciones o fondos para hacerlas posibles".

"La fase de evaluación ya ha finalizado y desde ese momento estamos en la definición de objetivos y en la planificación de acciones a llevar a cabo en los próximos años. En esta fase estamos trabajando conjuntamente con otras delegaciones municipales y con la participación de agentes sociales del sector comercial y de las zonas más cercana a estos citados mercados. Hay cuestiones comunes a mejorar en las dos ubicaciones".

Entre estas últimas, dijo, estaría actualizar el reglamento municipal en cuanto a las actividades comerciales a desarrollar dentro de los puestos "para dar la posibilidad de ampliar la oferta comercial y de servicio de estos puntos de venta".

Sobre el autor:

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Paco Sánchez Múgica

Periodista, licenciado en Comunicación por la Universidad de Sevilla, experto en Urbanismo en el Instituto de Práctica Empresarial (IPE). Desde 2014 soy socio fundador y director de lavozdelsur.es. Antes en Grupo Joly. Soy miembro de número de la Cátedra de Flamencología; hice la dramaturgia del espectáculo 'Soníos negros', de la Cía. María del Mar Moreno; colaboro en Guía Repsol; y coordino la comunicación de la Asociación de Festivales Flamencos. Primer premio de la XXIV edición del 'Premio de Periodismo Luis Portero', que organiza la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía. Accésit del Premio de Periodismo Social Antonio Ortega. Socio de la Asociación de la Prensa de Cádiz (APC) y de la Federación Española de Periodistas (FAPE).

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